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—Y... ¿hubo beso? —preguntó mi amiga Nichole, con entusiasmo.
—Eh.. ¿no? —sonó más a pregunta que a afirmación.
—Meh, que estafa. —se cruzó de brazos.
—¿Y no fue incómodo? —preguntó Red.
—Un poco. —hice una mueca. —Pero... nos arreglamos, y es lo que importa.
—¿Realmente se arreglaron? ¿O solo se arreglaron por arreglarse? —Preguntó Bebe.
—Bebe, explícate. —Wendy frunció el ceño.
—A ver, me refería a que si esa disculpa fue sincera, o solo se perdonaron por perdonar.
Eso que dijo Bebe, me dejó pensando un poco. ¿Realmente fue una disculpa? Porque, si les soy sincera, no lo sentí así del todo. Se sintió... forzado. Pero no la disculpa de Kyle, la mía.
—Yo.. creo que fue una disculpa sincera. —mentí.
Y es que no me malinterpreten, yo si quería arreglarme con Kyle, pero me siento igual a cuando estábamos peleados. Y creo que se el por qué: no hablamos sobre el casi beso del armario.
Esa era la principal razón de mi disculpa, eso era lo que quería aclarar y es un hecho que me mantiene confundida hasta el día de hoy, pero eso mi incomodidad. Y mientras no hablemos eso, el sentimiento seguirá ahí. "Entonces, ¿por qué no le preguntaste?"
Por vergüenza. Me da vergüenza el que el tal vez ya no recuerde ese suceso, que no le haya tomado importancia siquiera, y que yo no pueda sacarme esa imagen de la cabeza desde el día de la fiesta. Va a ser evidente lo que siento por él, lo que sigo sintiendo.
—¡____! —una voz femenina me sacó de mis pensamientos.
—¿Ah? —volví a la realidad. —¿Qué?
—Hasta que por fin reaccionas, te estuvimos hablando cinco veces. Ya es hora de irnos. —Dijo Wendy.
—Oh, claro. —me levanté de la mesa junto con mis amigas, y salimos de la cafetería.
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