Bebe y Rebecca se encontraban peleando en la cafetería. Al parecer, Bebe atrapó a Rebecca coqueteando con Clyde, su novio.
—¿Que te pasa, eh? ¿Quién carajos te crees? —escupió con enojo mi amiga de rubia y rizada cabellera. Los demás estudiantes empezaban a juntarse para ver la "pelea".
—Dios, relájate. No es la gran cosa, coqueteo con todo mundo ¿sabes? —Dijo sin interés. —No es para que te lo tomes personal.
Mi amiga río amargamente. —¿y todavía tienes el descaro de decir que haces esto con todo mundo? ¡Maldita puta! —Bebe se acercaba con enojo a la chica de orbes celestes, Wendy quiso detenerla, pero Stan se lo impidió.
Una sonora cachetada se escuchó en toda la cafetería. Rebecca tocó su mejilla, con una expresión incrédula.
—Tú... ¿acabas de golpearme?..
—Sí, lo hice. —Dijo Bebe, con una sonrisa victoriosa. —¿qué vas a hacer ahora, idiota? ¿Coquetear? es lo único que crees hacer bien, y dudo que te sirva.
Esto empezaba a ponerse cada vez peor. Se que no era mi asunto, pero.. no quería que mi amiga terminara en problemas o herida. Caminé hacía ella.
—Bebe, te meterás en problemas. —susurré, tomándola del brazo. —No vale la pena, vámonos.
—No voy a coquetear, estúpida. Ahora verás lo que puedo hacer.
—Vámonos, por favor. —le pedí a Bebé, pero no escuchó. Esto va a terminar mal.
—Quiero verte.
Rebecca se acercaba, decidida.
—Vas a hacer el problema peor. Lo mejor sería ir-
—No, _____. Creerá que ganó la pelea. —me interrumpió. —La enseñaré a esa oxigenada a no meterse con lo mío.
—Pero-
Antes de que pudiera terminar ví cómo Bebe se movía hacía un lado, haciéndome recibir un gran golpe en la nariz. Todo empezó a dar vueltas.
—Ay, ¡juro que no quería darte a ti! ¡Te atravesaste!
—¡Cierra la boca!
Escuchaba todo distorsionado y veía borroso.
—¿_____? _____, ¿estás bien?
Fue lo último que recuerdo escuchar, antes de ver todo negro.
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Abrí mis ojos. Olía a medicina y a humedad. Había paredes blancas y al parecer me encontraba recostada.
—Oh, ya despertaste. —Una enfermera se acercó a mi. —Soy Lidia, enfermera de la escuela.
—¿Lidia? Creí escuchar que usted se llamaba-
—Me acaban de transferir, soy nueva aquí. La antigua enfermera renunció.
