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—¿Tú saliendo temprano del entrenamiento?
Steph tira sus cosas en su locker y comienza a guardarlas una por una en su bolsa de deporte a mi costado. Entiendo de dónde viene su pregunta, suelo ser el que normalmente se queda hasta media hora después de que terminan los entrenamientos para practicar mi tiro, hoy en cambio salí de la cancha en el momento en el que Steve lo permitió.
Se para con los brazos cruzados a mi lado y me mira con la ceja arqueada.
—¿Qué? —pregunto.
—Me contaron que estás viviendo con ella. —responde con esa sonrisa burlona en la cara que el y Draymond ponen siempre que hablan de Indy.
—Déjame adivinar, ¿Draymond?
—Te sorprendería la eficacia con la que me cuenta las cosas aún con el cambio horario de Grecia. —responde riendo.
—¿Cuándo vuelve?
—El viernes próximo, pero no me cambies el tema.
Resoplo— . ¿Cuando se convirtió esto en un interrogatorio?
—Perdón pero hay una chica viviendo en tu casa. ¡En tu casa! La misma casa en la que ni siquiera nosotros entramos con frecuencia—resalta— . ¿Estás jugando a la casita con Indiana y pretendías que no dijera nada?
—Nadie está jugando a nada. —replico riéndome— . ¿Qué quieres saber exactamente?
—¿Cómo terminó viviendo en tu casa después de evitarte por ¡dos! años?
Pienso en mi rubia, la cara de tristeza que tenía cuando la recogí en la bahía ese día, sus ojos rojos y su linda cara hinchada.
—Tuvo un problema con su familia. —resumo lo mejor posible la situación— . No tenía a quien más llamar.
