Veintiuno

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Jungkook besaba a Jimin suave y lento, su corazón latía con fuerza mientras acariciaba la cadera de su pequeño rubio, Jimin lo recibía con entusiasmo, hacía pequeños soniditos de aceptación, pero, cuando Jungkook sintió que se ponía un poco rudo y desesperado decidió separarse.

Sorpresa fue lo que sintió Jungkook cuando al abrir los ojos se encontró con los del omega que brillaban en un tono naranja salvaje, no pudo procesarlo lo suficiente ya que fue atraído de nuevo en un beso apasionado, siendo envuelto por todo el caliente cuerpo de Jimin.

^¡Oye! Es Mark, si no pudiste con Jimin menos podrás con él.

~¿Qué sugieres?

^Yo me encargo de mi Markipo.

Jungkook sonrió entre el beso estando un tanto embelesado, pero no dijo nada, solo permitió que sucediera.

Mark se aferraba más al cuerpo del pelinegro, demasiado ocupado intentando reducir el fuego que lo estaba quemando por dentro, nada mejoró cuando su labio fue lentamente mordido hasta ser succionado por unos cuantos segundos hasta dejarlo ir y parar el beso.

Las fuertes manos del alfa lo tomaron del rostro para así empezar a esparcir pequeños besos en su frente y nariz haciendo salir pequeñas risas de emoción mientras se sostenía de los codos del más alto, alzó la vista y boqueó un poco al darse cuenta de que Jungkook no estaba más.

—¿Cómo está mi Marquitos hermoso? –le preguntó con dulzura Jackson.

Mark maldijo en sus adentros, era fácil convencer a Jungkook de que le diera lo que quería y necesitaba, pero sabía que con Jackson era otro cuento diferente.

Y no se equivocó, el mayor no esperó su respuesta y aunque quiso detenerlo, Jackson ya no se encontraba más frente a él, sino que frente a la cocina en donde suponía Mark, seguía intacta la comida que estaba preparando Jungkook.

—Jackson. –se aventuró a decir. —Ven acá.

La sensación de vacío que experimentaban los omegas en la semana de celo no eran un chiste, necesitaban tener a su alfa cerca, encima de ellos, aunque no fuera de la manera sexual.

—Solo dame un momento, bonito, te haré el desayuno. –dijo Jackson concentrado de no quemarse y malabareando con la cacerola.

—Pensé que había quedado claro lo que quería desayunar. –dijo de mal humor Mark, cruzándose de brazos. —Además ni siquiera sabes cocinar, vas a envenenarme.

Jackson se giró rápidamente con la cacerola en una mano y una espátula en la otra, luciendo totalmente ofendido.

—Me matas Markipo, no tienes ni una pizca de fe en mi. –dijo con tono dolido mientras se volteaba de nuevo en dirección a la cocina, como pudo volteó el hotcake y silbó cuando vio lo quemado que se encontraba pero culpó el hecho de que Jungkook se había distraído antes y dejó abandonada la comida.

La siguiente hora fue de Mark quejándose e intentando llamar la atención de Jackson mientras éste seguía quemando los hotcakes malformados.

Cuando ya se encontraron sentados en la mesa con la comida ya hecha, observaron por unos cuantos segundos la pila de hotcakes que ni el olor le traía buena espina a Mark, observó dudoso a Jackson alzando un tenedor.

—¿Realmente quieres que me coma esto? –le preguntó Mark pinchando con el tenedor el hotcake más cercano.

Jackson dudó y prefirió arriesgarse el primero, después de todo existía aquella frase de no juzgar un libro por su portada y tuvo la esperanza de que el sabor fuera mejor.

Pero por supuesto, se equivocó.

—¡Mark no vayas a probar eso! –gritó sosteniendo una de sus manos en su boca mientras corría lejos hacia el baño.

Mark rió con fuerza botando el resto de la comida en el cesto de la basura.

Luego de que Jackson casi muere intoxicado, Mark obtuvo un poco de lo que quería, estaba encima de las piernas de Jackson en el sillón ancho besándose, temblaba por cada roce que le daba en su espalda bajo la camisa.

Sus caderas se movían buscando un poco de alivio contra el chico bajo él, necesitaban eso, él y Jimin necesitaban liberarse, marcar a su alfa y hacer el amor, lo quería todo desesperadamente y sin importar apresurar las cosas. Sus ojos estaban cristalizados y aunque no le daba mucha gracia parecer débil y sumiso (aunque eso es parte de un omega) el gemido que escapó de sus labios cuando Jackson se alejó no era en lo absoluto posible de detener.

—Me tengo que ir, cariño. –le dijo con la voz ronca Jackson mientras su nariz se enterraba en el cuello de Mark, el aroma dulce haciéndole delirar.

— ¿Por qué? –se quejó reteniendo la cabeza de Jackson contra él.

—Ya es tiempo, es más, tú también descansa y deja que Jungkook cuide de Jimin. –sonrió divertido al ver la duda en sus ojos. —Oh vamos, no voy a dejarte por aquí, Jungkook no podrá contigo, además eres mío.

Mark rodó los ojos sin poder creer las palabras del alfa.

—¿Cómo puede ser posible que tengas celos de ti mismo, idiota? –preguntó con burla y se quejó sorprendido cuando fue apretujado entre los brazos de Jackson.

—¡Ay mi Markipo es tan lindo! Me gustas mucho ¿quieres casarte conmigo? –dijo emocionado Jackson con el chico entre sus brazos besando sus mejillas en cada palabra.

Jackson al no escuchar respuesta se alarmó un poco dándose cuenta de sus propias palabras, antes de poder decir cualquier otra cosa, Mark se alejó nada más lo suficiente para poder ver sus ojos.

—Si. –prácticamente susurro con el rostro brillante y una inmensa sonrisa. —Si quiero Jackson.

El omega pareció tímido después de sus palabras, sus mejillas adornadas con un tenue color rosa y Jackson no pudo evitar inhalar orgulloso de sí mismo al tener a un omega tan perfecto junto a él, volvió a abrazarlo ahora teniendo la cabeza de Mark contra su pecho.

—Entonces nos casáremos, amor. –susurró cerrando los ojos.

Pasaron un par de minutos de la misma forma y para cuando ambos abrieron los ojos y el omega se incorporaba sobre las piernas del alfa, era Jungkook observando con ojos brillosos al pequeño Jimin que lo observaba con miles de emociones en sus ojos y un adorable puchero.

—Jungkookie... –murmuró Jimin jugando con sus deditos sobre la camiseta de Jungkook.

—Dime, cariño.–dijo Jungkook totalmente concentrado mientras acariciaba el cabello rubio de Jimin.

—Prométeme que nos casáremos pronto. – pidió emocionado.

—Claro, hablaremos de eso y lo prepararemos lo más pronto posible.

Jimin asintió satisfecho ante su respuesta para luego seguir.

—Y-Y prométeme que cuando nos casemos, haremos el a-amor. –dijo ahora tímidamente, pero sin apartar la mirada.

Jungkook sonrió con ternura.

—Lo prometo, bebé. –dijo serio y con sinceridad.

Jimin asintió de nuevo contento ante la respuesta y pensó por unos segundos hasta que sintió que sus mejillas se tornaban rojas ante una nueva petición que, aunque no sabía si sería posible pero lo quería.

—Esta es la última, prométeme que ese día. –dijo Jimin todavía afectado ante lo que iba a decir.—Vamos a ir por nuestros cachorro, nuestro primer bebé.

Jungkook se paralizó ante aquello sin saber si eso era correcto o muy apurado, sabía que la duda se reflejaba en su rostro cuando vio a Jimin con una expresión desanimada.

—¿No es muy pronto? –preguntó Jungkook y al ver a Jimin negar efusivamente con la cabeza mientras lo observaba con esperanza, terminó suspirando derrotado para luego sonreírle con ternura.—Lo prometo, amor.

Jimin sonrió con felicidad, apoyó su frente contra la de Jungkook y rozó su nariz con la del pelinegro en un beso esquimal.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora