Wolf

Diez

Jungkook entró a la cabaña con Jimin en brazos, para él fue demasiado difícil llegar hasta ahí sin que nadie de la manada los empezase a juzgar, no quería poner a Jimin en una situación como esa.

Caminó hasta la cocina y sentó a Jimin en una de las sillas del pequeño comedor, Jimin se quejó en desaprobación y se negó a dejarlo ir tan fácilmente.

—Jimin, tranquilo, solo quiero ir por algo de comida, sé que no has desayunado.-dijo Jungkook mientras acariciaba la cabellera rubia de Jimin quien tenía su rostro aplastado en la boca de su estómago mientras respiraba de manera pausada su aroma.

Jungkook no obtuvo ningún tipo de respuesta así que llevó sus manos hasta las de Jimin para así alejarlas de él de a poco. Cuando logró liberarse, dio un paso hacia atrás y al instante Jimin subió su rostro mientras le miraba mal.

—No tengo hambre. - dijo con un puchero mientras se cruzaba de brazos.

Casi al instante en el que esas palabras salieron de sus labios un gruñido se escuchó previniendo de él, se sonrojó al saber que provenía de sí estómago.

^Habla por ti.

Mark se quejó por primera vez desde que había pasado lo del bosque. Jimin no se atrevió a decir nada, sabía que las cosas habían cambiado con su lobo, tenía la esperanza de que después de haber sido salvados por Jungkook él los hubiera aceptado.

—Espera aquí, haré algo rápido.-dijo Jungkook caminando hacia el refrigerador, Jimin quiso sujetarlo de la camiseta y atraerlo de nuevo a él pero para tener la fiesta en paz con su lobo se quedó quieto.

***

Después de casi dos horas y medio habían terminado de comer y ahora se encontraban mirando fijamente, Jungkook le sonrió divertido, sabía que Jimin se había enfurruñado por que se sentó del otro lado de la mesa, frente a él, en múltiples veces le tocó imponerse un poco para que el omega le hiciera caso de quedarse quieto.

—Jimin.-dijo como advertencia Jungkook cuando vio como el rubio se levantaba de la silla de manera decidida.

Jungkook se mantuvo callado, lo que hizo que Jimin caminara hasta él con una sonrisa triunfadora y cuando menos se dio cuenta el pequeño rubio ya se encontraba sobre sus piernas, enterrando el rostro en su cuello.

—Kooki, amo tu aroma. - murmuró Jimin mientras apretaba la camisa de Jungkook en sus pequeñas manos.

Jimin se sentía lo suficientemente tranquilo y libre de hacer lo que se le plazca, después de todo lo había logrado, Mark lo aceptaba, estaba cómodo cerca de él. Estaba empezando a anhelarlo como si de su pareja destinada se tratara.

—A mi también me gusta mucho tu aroma, Minnie.- murmuró sobre su frente, dejando un casto beso en ella.

Pasaron unos cuando minutos, se mantuvieron callados cada uno con pensamientos diferentes.

Jungkook pensaba en la charla que probablemente tendría que retomar con Namjoon, él no quería suponer nada pero realmente esperaba que fuera lo que fuera que el líder le tuviera que decir, no le afectara en su relación con Jimin.

Mientras tanto con el rubio, se estaba haciendo un lío el solo. Con todos los pensamientos y deseos que ahora esperaba a cumplir.

Su lobo estaba exigiendo, que le pidiera ciertas cosas que Jimin no estaba del todo seguro que era el momento para llevarse a cabo. Él no lo iba a negar, en el momento en el que Mark mencionó la palabra marca, Jimin sintió mariposas en el estómago, suspiró de manera entrecortada y se apretó con más fuerza al cuerpo del pelinegro.

—¿Ji-Jimin? - preguntó nervioso Jungkook cuando sintió el ambiente más pesado, para él no fue nada difícil darse cuenta que Jimin, de alguna manera, se estaba excitando.

^Baia, Baia...

Murmuró Jackson curioso.

~No es momento...

Jungkook rodó los ojos, dispuesto a ignorarlo pero antes de hacerlo, el lobo dijo algo que llamó su atención.

^Quiere que lo marques.

~WHAT?

^Como escuchas queridín, Marquitos me lo dijo.

~¿Marquitos?

^Es de cariño.

Jungkook antes de siquiera responder a las tonterías de Jackson, soltó un jadeo de sorpresa, Jimin se había movido contra el bulto que empezaba a formarse dentro de su pantalón, se sonrojó al escuchar un jadeo de parte del rubio para luego sentir sus labios en su cuello.

—Kookie... - dijo Jimin de manera entrecortada, sus colmillos deseosos de enterrarse en el cuello de Jungkook como símbolo de pertenencia estaban listos para el ataque.

—Minnie, detente. - dijo el pelinegro cuando se dio cuenta de las intenciones del rubio, colocó sus manos en sus hombros y lo alejó hasta poder verlo a los ojos. - No es el momento todavía.

Jimin apretó los labios y luchó contra las lágrimas que amenazaban por salir ¿Lo estaba rechazando? ¿No quería marcarlo?

Jungkook se dio cuenta de que quizás no había ocupado las palabras correctas y se odió al ver la mirada lastimada de Jimin, le dio un beso suave en los labios y sonrió entre el beso al sentir sus manitas apretar su camiseta con más fuerza.

—¿No quieres marcarme? - murmuró Jimin luego del pequeño beso, aún demasiado afectado.

—Claro que quiero bebé, pero no es el momento, tenemos que trabajar en nuestra relación primero, conocernos mejor y hacer cosas de bu-bueno parejas no lo sé. - dijo Jungkook inseguro con sus palabras. —No sé mucho de relaciones Minnie pero sé que hay que tomarnos nuestro tiempo juntos primero ¿De acuerdo?

Jimin lo pensó por un momento mientras juntaba sus manos contra el pecho de Jungkook, sonrió nervioso cuando las manos de Jungkook llegaron a ellas para apretarlas con fuerza.

—Pero, promete que me marcaras, de verdad. - dijo Jimin mirándolo fijamente, encontrándose con esos oscuros ojos que lo miraban con calidez.

—Lo prometo, bebé, y también dejaré que tú me marques. - Jungkook finalizó sus palabras besando sus labios de nuevo.

Jimin llevó sus manos hasta el cabello de Jungkook acercándolo más a él para así profundizar el beso, de apoco se transformó no sólo en besos sino que también en mordidas a su pobre labio hasta que Jungkook se separó para poder besarlo en la barbilla y hacer su propio camino hasta su cuello en donde dejó besos tras besos.

—Jungkook - jadeó Jimin sorprendido cuando sintió los labios del pelinegro succionar la piel de su cuello, se removió con fuerza en el regazo de Jungkook hasta crear fricción que le ayudara a aliviar su dolor.

No pudo retener la queja que salió de sus labios cuando Jungkook alejó sus labios de él mientras reía.

—Tranquilo, también tendremos tiempo para esto. - dijo mientras apretaba sus muslos haciendo a Jimin gemir en aprobación. —Pero por ahora, bebé, enfriémonos un poco, quiero llevarte a un lugar.

Jimin se centró en la voz de Jungkook y con todas sus fuerzas logró bajar un poco la neblina de placer, se sorprendió al darse cuenta de los ojos dilatados de Jungkook y sonrió al darse cuenta del autocontrol que debía de tener para no querer continuar.

—¿A dónde quieres llevarme, bebé? - le preguntó Jimin rozando su nariz con la del pelinegro.

—Con mis padres, quiero que los conozcan.