Wolf

Veinticinco

—¿Estas seguro de todo esto Kookie? -preguntó con voz relajada Jimin.

Hace una hora que habían vuelto de la casa de Namjoon, el pelinegro había estado pensativo en todo momento sobre la decisión que había tomado y sabía que no había marcha atrás.

—Si cariño, prometo ser el mejor líder, no te preocupes. -dijo con amor Jungkook mientras restregaba el cabello rubio de Jimin junto al champo.

Cuando iban de regreso a casa, aun sin saber cómo había pasado el pequeño omega se había caído entre los árboles en un pequeño charco de lodo, por suerte no se había lastimado en lo absoluto pero sí que había quedado todo sucio.

Jungkook lo llevó entre sus brazos lo que faltaba de camino a su cabaña sin importar ensuciarse él también y los metió directamente a la regadera no sin antes deshacerse de las prendas de ambos.

—Lo sé, tú ya eres el mejor.

Jimin se abrazó al cuerpo desnudo del pelinegro, sus mejillas se sonrojaron cuando su pene se rozó contra la del alfa y se preguntó si era buena idea hacer el amor en esos momentos.

Sus ojos se alzaron mostrando su añoranza hacia los oscuros de su alfa, le hizo una pequeña invitación silenciosa a Jungkook mientras sus labios se abultaban.

El pelinegro sonrió para luego devorarle la boca a Jimin, sus labios se ajustaban perfectamente, lo tomó de la cintura apretándolo aún más a su cuerpo, ganándose un jadeo de parte del omega ante la fricción entre sus cuerpos.

—Jungkookie...- gimió Jimin contra sus labios, sus manos aferrándose a los hombros del pelinegro mientras su cuerpo temblaba con anticipación.

Jungkook llevó sus labios al cuello de Jimin, besando su marca en ella, hizo un recorrido de besos hasta llegar a su ombligo, el omega lo detuvo cuando quiso llegar más abajo, disfrutó de igual forma la forma en la que la piel del chico se erizaba ante su toque.

—¿No quieres que te consienta, bebé? -le preguntó con voz ronca Jungkook una vez que se había incorporado de regreso, sus ojos fijos en los dilatados de Jimin.

—Yo...-Jimin pareció dudar, sus ojos brillaban con alguna idea en mente que Jungkook no supo interpretar.—Jungkook yo...

—Dime, bebé ¿Qué sucede? -preguntó ya preocupado Jungkook, la excitación bajando de apoco al ver el sonrojo en todo el rostro de Jimin mientras éste mordía sus labios con nerviosismo.

Jimin dijo algo entre dientes, demasiado bajo como para poder escucharlo, Jungkook lo tomó de los hombros demostrando confusión y Jimin habló esta vez más fuerte.

—¿Puedo marcarte? Yo realmente quiero hacerlo. -dijo tímidamente Jimin mientras agachaba un poco la vista.

Jungkook exhaló aliviado el aire que no sabía estaba reteniendo en sus pulmones, sonrió enternecido y nervioso ante la petición de Jimin.

—Puedes hacer lo que quieras conmigo Jimin, te pertenezco después de todo. -dijo coqueto mientras sus dedos rozaban sutilmente la cintura de Jimin quien sonrió triunfante aún con las mejillas rojas.

Esta vez, Jimin lo besó con más fuerza y pasión, empujando su lengua dentro de su cavidad bucal mientras hacía pequeños sonidos de satisfacción, sus dedos enterrados en el cuero cabelludo del alfa quién de un momento a otro lo alzo de sus piernas, Jimin automáticamente las enrolló alrededor de la cadera del alfa, removiendo su cuerpo contra su pene.

Jungkook los llevó directamente a la pared de la regadera, apoyó la espalda de Jimin contra ella para que el chico estuviera más cómodo mientras se besaban. Jungkook creaba pequeños movimientos contra el cuerpo de Jimin quién los recibía tembloroso ante la excitación.