Wolf

Siete

Jimin abrió los ojos con pesadez y se removió un poco en la cama al reconocer el aroma que se aproximaba hacia él.

Los recuerdos del día anterior llegaron a él y tuvo que luchar contra las lágrimas que amenazaban a salir.

Yoongi lo había rechazado.

Jimin sabía que Yoongi haría algo como eso si su pareja no era Taehyung, sin importar quien fuera, y lo entendía, él quería a Jungkook como su pareja, ver a Yoongi la noche anterior no causó ningún tipo de emoción más que el de la conexión que su lobo quiso crear con el de Yoongi, el solo recuerdo de su lobo sufriendo y queriendo luchar al ser rechazado le creó un desequilibrio a Jimin que lo hizo perder el control, tuvo que huir para evitar una transformación y una posible pelea.

Desde entonces ha perdido el contacto con su lobo y de cierta forma lo agradecía, aunque quería y necesitaba ir con Jungkook, prefirió que por esa noche debía ser sólo de él y su lobo, no pudo dormir en lo que quedaba de la madrugada por culpa de la tristeza que lo envolvió y se mantuvo llorando por su lobo herido hasta que los rayos del sol atravesaron su ventana.

Se dio vuelta en la cama para mirar directamente en la ventana, justo en el momento en el que era abierta de par en par hasta que cierta persona logró ingresar de manera fácil. Jimin se sentó rápidamente mientras alzaba los brazos emocionado.

—Jungkook.-hipó Jimin mientras los fuertes brazos del pelinegro lo envolvían hasta lograr recostarlos a ambos en la cama.

Jimin rápidamente buscó refugio entre los brazos de Jungkook y un suspiro de alivio salió de sus labios al sentir el aroma que tanto le gustaba del ahora alfa, era un poco más intenso. Ignoró la advertencia que su lobo quería expresar, se sintió lastimado al ver que Mark no lo aceptaba pero Jimin lo entendía solo tenía que darle tiempo.

—¿Cómo te sientes, pequeño?-le preguntó de manera cariñosa Jungkook mientras besaba su frente.

—Ahora mucho mejor.-respondió, se sentía en paz con Jungkook cerca y en esos momentos se arrepintió de no ir a buscarlo la noche anterior. Jimin quería y no quería hablar sobre anoche, no sabía a quién le habían dado a Jungkook como pareja, si Jungkook lo aceptó o si estaba igual de roto que él.

—¿Tus padres no han vuelto?-le preguntó curioso mientras acariciaba la espalda de Jimin de manera pausada.

Sus padres se habían ido a la ciudad desde hace poco más de una semana, era por eso que no se preocupó de ellos en el tiempo que se quedó con el pelinegro, sabía que, si ellos hubieran estado en casa, jamás se lo hubieran permitido.

—No, supongo que se quedaran unos días más.-murmuró indiferente, que sus padres no estén significaba que podía estar con Jungkook cuando él por más tiempo.

Jimin podía sentir que Jungkook estaba nervioso por algo y estaba logrando ponerlo de la misma forma a él también pero antes de poder decir o hacer algo al respecto, Jungkook lo hizo.

—Jimin, tenemos que hablar...-Jungkook no pudo terminar de hablar cuando sintió las manitas de Jimin apretar su camiseta negra su cuerpo se mantuvo lo más cerca posible del suyo y lo observó cuando cerraba los ojos con fuerza.

—No, Jungkook, hicimos una promesa sigo siendo tuyo, no importa lo que pasó anoche ni a quien me habían asignado. Yo quiero estar contigo no me rechaces tú también.-su voz salió un poco rota por la aflicción, no podría manejar un rechazo más y menos de parte del pelinegro.

Jungkook lo abrazó con más fuerza mientras suspiraba con pesar, no quería lastimar a Jimin pero realmente era necesario hablar, él no sabía cómo reaccionaría Jimin ante la noticia que tenía que darle pero lo que si sabía es que él iba a estar a su lado.