Doce

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Una semana entera había pasado, lleno de sucesos tanto buenos como malos.

Jimin y Jungkook no eran aceptados por gran parte de las personas en la manada, los juzgaban por no ser parejas destinadas y se atrevían cada vez que era posible a hacerles saber a los dos sus desagrados.

La otra parte, la que conocía la historia de la familia Jeon los apoyaba un poco, les alegraba que el joven de esa familia pudo de alguna forma sobrepasar la mala suerte que se ha llevado de generación en generación.

Esta situación no era rara para la pareja, Jungkook se había encargado de mantener las cosas armoniosas entre ambos, protegiendo a Jimin de cualquier mal comentario que escuchara.

Jimin cada vez se sentía más impaciente e inseguro, no ha perdido en lo absoluto ninguna oportunidad para hacerle saber a Jungkook que quería, necesitaba que lo marcara, pero así como la primera vez, se lo negó rotundamente.

Su lado omega empezaba a sentirse abandonado y rechazado, no podía entender por qué se le negaba algo que es natural para una pareja cuando ya están juntos, aunque Jungkook hacia todo lo posible para cuidarlo y mimarlo él se sentirá completo cuando se entregue por completo y sea marcado.

^Hay que hacerlo nosotros...

Jimin sonrió ante la idea, era temprano ese día, sus padres ya habían regresado pero él prefería seguir en la cabaña con Jungkook, así que solo les explicó un poco la situación y prometió regresar a visitarlos de vez en cuando.

Jimin observó entretenido el rostro de Jungkook quien seguía plácidamente dormido a su lado, llevó su dedo índice a su perfil hasta rozar su mejilla de manera lenta, Jimin suspiró cuando empezó a sentir a su corazón latir con fuerza y se abrazó al cuerpo del mayor.

Luego de unos minutos en la misma forma, observó como Jungkook se removía hasta girar su rostro al otro lado, hizo un puchero cuando dejó de tener acceso a su rostro.

Tragó saliva cuando sus ojos viajaron al cuello expuesto de Jungkook, recordó las palabras de su lobo y justo en ese momento no vio tan mala idea el marcarlo.

^Sé que lo quieres Jimin, esta es la única forma, será nuestro así y ese tal Taehyung no podría quitárnoslo luego.

Jimin arqueó las cejas, ante la mención del castaño y una ola de determinación empezó a nacer en su ser, apretó los ojos pensando bien lo que planeaba hacer, necesitaba ser valiente y aprovechar que Jungkook seguía dormido para por lo menos ganar tiempo y que él no pueda después detenerlo.

—¿En qué piensas tanto? - una voz ronca y adormilada hizo que abriera los ojos asustado.

Jungkook lo veía medio dormido y con curiosidad, Jimin se preguntó que expresión tendrá él en el rostro para que Jungkook lo vea así.

—Y-Yo... - dijo Jimin nervioso y hasta ese momento la decepción llegó a él al darse cuenta que había perdido la oportunidad de marcar a Jungkook.— Na-Nada ¿No quieres seguir durmiendo?

Jungkook no le creyó mucho, se alzó un poco apoyándose en su brazo para poder ver mejor a Jimin en silencio, una sonrisa perezosa apareció en su rostro cuando vio el sonrojo en Jimin.

—Ya es de día, pequeño, ya no es hora de dormir. - dijo suavemente, Jungkook se caracterizaba por ser una persona mañanera después de todo. Por cierto, buenos días.

Jimin observó en cámara lenta como el rostro de Jungkook descendía hasta rozar sus labios con los suyos, Jimin siguió el suave beso que Jungkook había iniciado, llevó sus manos a los hombros del pelinegro atrayendo su cuerpo más al de él.

El cuerpo de Jungkook se posicionó sobre el suyo y Jimin al instante le dio espacio entre sus piernas, desde ese momento el ambiente en el cuarto cambió radicalmente.

El beso de volvió más profundo y pasional, Jungkook no se permitía hacer ningún tipo de movimiento brusco, debía controlarse si no quería lastimarlo.

Jimin por el contrario se aferró al cuerpo del pelinegro el aroma a alfa de Jungkook lo estaba calentando y no faltaba mucho para que empezara a desprender sus feromonas sabía que si eso pasaba no había vuelta atrás pero no quería que Jungkook se enfadara o rechazara de nuevo, sabía que él no quería apresurar las cosas y Jimin debía respetar las decisiones de su alfa.

El rubio parpadeo repetidas veces intentando controlarse y tomar fuerzas para apartar a Jungkook pero todo quedó como intento al sentir como la lengua del pelinegro invadía su boca, no pudo más que gemir y alzar las caderas, logrando un roce contra la entrepierna de Jungkook quién gruñó con fuerza.

Jimin se lo pensó mejor, después de todo ese día podría no sólo entregarse por completo a Jungkook, sino que también tenía una leve esperanza de ser marcado.

Los labios de Jungkook abandonaron sus labios para descender hasta su barbilla y cuando el pelinegro terminó su recorrido de besos hasta llegar a su cuello, Jimin pensó que por fin tendría lo que quería.

Hasta que escucharon como era tocada repetidas veces la puerta principal de la cabaña.

—¡Miér...coles!-se quejó Jimin con las mejillas sonrojadas.—Sólo hay que ignorar a quien sea y... ¿Jungkook?

Jimin se alarmó al ver el rostro serio del pelinegro, sintió frío cuando se levantó de golpe alejándose de él y de la cama.

—Quédate aquí Jimin, ¿De acuerdo? O mejor, ve y dúchate, iré a ver quién es.

Jungkook tomó una de las camisas que se encontraban cerca y se la colocó listo para salir del cuarto pero fue detenido por una mano que retuvo la suya.

—Dame un beso primero. - le pidió nervioso mientras se hincaba en el centro de la cama.

Jungkook sonrió mientras tomaba sus mejillas para así atraer su rostro y besarlo con fuerza.

—No pasa nada, Minnie, estamos bien ¿De acuerdo? No tienes que preocuparte.

Jimin lo miró con duda hasta que asintió, parándose con dificultad de la cama.

—Te quiero, Jungkook. - murmuró, mirándolo a los ojos.

Jungkook trago saliva, nervioso, pero aun así volvió a besar los labios del más pequeño.

—Yo te quiero más, no lo dudes.

Jimin sonrió, feliz por su respuesta y camino hasta el baño para tomar una ducha, así como se lo pidió su alfa.

Cuando Jimin desapareció tras la puerta del baño Jungkook corrió bajando los escalones que le conducían hasta el primer piso de la cabaña, suspiró tenso hasta que llegó a la puerta principal.

De manera lenta, tomó la chapa de la puerta hasta girarla y abrirla.

—Ya veo o más bien huelo porque nunca abrías, niño.-le dijo Namjoon con seriedad. —Hueles a omega.

Jungkook observó por unos segundos al líder de su manada, hizo una pequeña reverencia en modo de disculpa hasta que sus ojos se posicionaron en el castaño que se encontraba tras Namjoon.

—Tenemos que hablar. - llamó su atención de nuevo Namjoon de manera seria.

Jungkook asintió sintiéndose tenso y no pudo evitar pensar en Jimin pero él sabía que era mejor dejar las cosas claras ahora que se daba la oportunidad.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora