𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 15✧| 𝓓é𝓳𝓪𝓽𝓮 𝓵𝓵𝓮𝓿𝓪𝓻

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Holaa, pueden poner la canción en el momento que Nash esta con el bartender, para mejor experiencia <3

Deva Miller

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Keira estaba bien, en una semana la darían de alta y podría regresar a su casa. Los doctores me informaron que ella fue muy fuerte al soportar tanto dolor y al seguir luchando por su vida. No tenía movilidad alguna en sus piernas, pero el medico dijo que podría entrar a terapeas y había una posibilidad de que pudiera volver a caminar con total libertad, pero por el momento tendría que utilizar muletas para poder movilizarse.

Mi teléfono timbro y no demore un instante en responder

—Hey, Deva soy yo—no dude en esbozar una sonrisa al escuchar su voz

—Megan, cuanto tiempo—dije alegremente

Megan era como la hermana que nunca tuve, a pesar de que ahora estuviera viviendo en Alemania, éramos muy cercanas. Últimamente no hemos hablado ya que me había mandado un mensaje en donde decía que por un tiempo no tendríamos comunicación por sus temas de trabajo. Volverla escuchar después de tres semanas que fueron eternas, me alegraba bastante.

—¿Cómo te encuentras?, vi tu mensaje sobre Keira, ¿Cómo esta?—preguntó

—Bien, tengo muchas cosas que contarte—resople—Keira se encuentra mejor, esta semana la darán de alta pero su casa quedo hecha ruinas, estuve pensando en tenerla conmigo en mi apartamento.

—¿Tienes apartamento propio?—inquirió curiosa

—Si, es una historia muy larga—contesté

—Perfecto, tenemos muchas cosas de que hablar, pásame la dirección de donde te estas quedando, ¡En tres horas estaré allá!—Exclamó alegre

—¿Que?—mi sonrisa se borro de golpe—¿Vas a venir? ¿Por qué no me avisaste? —puse el móvil en la otra oreja para sostenerlo con mi hombro mientras abría la puerta del apartamento

—Se supone que era una sorpresa—la escuche reírse—Agradece que te dije

Sin darme tiempo de responder colgó, me adentre a la habitación y el olor a comida chatarra inundo mis fosas nasales. Samael tenía puesto mi delantal color lila en donde al ser tan pequeño, podía ver perfectamente su abdomen tonificado.

Una sonrisa se me escapó al verlo con mi delantal tan pequeño, en una persona tan grande como lo era él.

—Se supone que debía sorprenderte pero la que me ha sorprendido eres tú—hizo un mohín

—¿Porqué lo dices?—inquirí ocultando la risa que amenazaba con salir

—Pensé que llegarías más tarde—acomodo en el centro del comedor una gran bandeja que se encontraba tapada.—Deja de burlarte —dijo en cierto tono molesto mientras me miraba fijamente

—Te ves tierno de esa manera—respondí entre risas. Pensé que se enojaría al burlarme más pero no demoro un segundo en reírse también.

—Te ríes por cosas muy sencillas Deva—negó lentamente

—Soy una mujer sencilla—alce mis hombros fingiendo total desinterés

Samael terminó de poner los cubiertos y me hizo un ademán con la mano para que tomara asiento. Antes de hacerlo acomodo la silla y tomo mi mano con delicadeza mientras me sentaba.

—Que caballeroso—sonreí de lado

—Puedo ser eso y todo lo que me pidas —cogió la bandeja y al destaparla la sorpresa se hizo presente. En ella había un gratinado de carne picada y berenjenas con salsa de tomate. A esto lo acompañaba una ensalada que se veía riquísima

Amores Demoniacos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora