El día de la Rebelión
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Nash Comstock
De repente, Asmodeo se abalanza sobre Deva, intentando clavarme la misma daga. Samael, con un último esfuerzo, se interpone, recibiendo otra puñalada. Esta vez, es la última. El cuerpo inerte de Samael cae al suelo, y Asmodeo, con una frialdad indescriptible, le clava la daga en el pecho. Mis ojos se abren de par en par, recordando cómo hace unos momentos le estaba pidiendo perdón, y ahora le está arrebatando la vida.
Mis gritos resuenan por todo el sitio. Herido, corro hacia ella, golpeando con furia a Asmodeo y a los demonios que quedan. Mia y Liam están a salvo, pero Cristel también tiene heridas graves.
Asmodeo se vuelve hacia mí, con una expresión fría y calculadora. La daga en su mano aún está manchada con la sangre de Deva. Un liquido espeso y pegajoso de color verde escurre entre sus dedos, deduzco el veneno que tiene y sin esperarlo me abalanzo hacia el.
—¡Deva!—escucho a Cristel a mi costado
Mi cuerpo arde con una energía intensa mientras mis alas negras se despliegan, cubriendo casi todo el sitio. La furia y el poder de mi linaje se manifiestan, y avanzo hacia Asmodeo con una velocidad y fuerza imparables. Lanzándome hacia adelante, le doy un puñetazo que lo envía volando contra la pared. El impacto hace que el suelo tiemble y el polvo se levante en el aire. Asmodeo se levanta, sacudiéndose el escombro, y sus ojos brillan con una luz roja intensa.
—No subestimes a un demonio de tu nivel, Nash.
Se lanza hacia mí con una velocidad sorprendente. Esquivo su primer golpe, pero su segundo puñetazo me alcanza en las costillas, haciéndome retroceder. El dolor atraviesa mi cuerpo, pero no me detiene. Uso mis alas para mantener el equilibrio y vuelvo a atacar, bloqueando sus golpes y lanzando patadas y puñetazos con precisión.
El intercambio de golpes es feroz y despiadado. Cada impacto resuena como un trueno, y las paredes se agrietan con nuestra fuerza. Asmodeo me agarra por el cuello, tratando de estrangularme, pero consigo liberarme con un fuerte golpe de mis alas, que lo lanzan hacia atrás—¡No puedes ganar! —grita Asmodeo, furioso. Sus ojos brillan con odio mientras lanza un torrente de energía oscura hacia mí
Levanto una barrera con mis propias energías, absorbiendo el impacto y devolviendo el ataque con una onda de choque que hace que Asmodeo caiga de rodillas. Al escuchar a Deva jadear del dolor que esta sintiendo, mi furia alcanza su punto máximo. El aire alrededor de mí se vuelve denso con la energía demoníaca de mi padre. Con un rugido que sacude la tierra, lanzo un ataque final. Mis manos se envuelven en llamas oscuras, y avanzo hacia Asmodeo, quien trata de levantarse pero es demasiado tarde.
Agarro a Asmodeo por la garganta y lo levanto del suelo. Puedo sentir su desesperación mientras intenta liberarse, pero mi poder es abrumador. El deseo de asesinarlo con mis propias manos invade cada parte de mi ser, la venganza contra mi hermano, contra Deva, contra mi raza y contra mi propia existencia esta por terminar. Con un esfuerzo final, concentro toda mi energía en mis manos, y un estallido de luz negra atraviesa su cuerpo.Asmodeo grita en agonía mientras su cuerpo se desintegra en mis manos, convirtiéndose en cenizas que caen al suelo. Su último grito se apaga, y el silencio se asienta sobre el lugar.
Me vuelvo hacia Deva, que está tendida en el suelo, con la vida escapándose de su cuerpo. Me arrodillo junto a ella, tomando su mano con delicadeza—No puedes dejarme Deva, no otra vez —susurro, las lágrimas cayendo de mis ojos. Ella me mira, sus ojos llenos de dolor me debilitan—No lo soportaría —mi voz se quiebra al ver su estado
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Amores Demoniacos ©
RomanceTras la sombra del abandono, entre silencios rotos. Deva enfrenta las secuelas emocionales de ser abandonada por su madre y el tormento de ser maltratada por su propio padre. Busca sanar las heridas del pasado y encontrar su propio camino hacia la f...