Deva Miller
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Hace dos meses que fue el último campamento estudiantil. Logré buenas calificaciones a lo largo del curso y obtuve una mención de honor como recompensa. Mi relación con los hermanos Comstock cada vez estaba de mal en peor, durante esos meses en donde me la pasaba estudiando día y noche para aprobar el curso, no dirigía ninguna palabra con ninguno de los dos. Sus comportamientos eran más extraños al pasar los días. De vez en cuando se escabullían en mi apartamento para asegurarse de que tuviera la cabeza en mi lugar, pero nada más.
En menos de un mes sería mi graduación, y el no tener a mis padres en una fecha tan importante como lo es aquella, dolía profundamente. Las lágrimas amargas todas las noches, inundaban mi rostro haciéndome sollozar hasta poder conciliar el sueño.
Ahora, estaba frente a mi otra verdadera pesadilla «Aixa Collins» cada palabra que pronunciaba su boca, me hacía dar ganas de arrastrarla y mandarla a donde salió
—No creo que la humana aprenda eso—su voz chillona me produce dolores de cabeza
—Aprenderá, tomará el tiempo que sea necesario pero lo hará—extiendo mis manos para recibir la pequeña poción verde que me ofrece Cristel
—Tienes que concentrarte, alejar cualquier pensamiento que surja y concentrarte en el objeto frente a ti—bebo la poción verde y bloqueo cualquier pensamiento como me lo pide la bruja
Inhalo y exhalo profundamente, concentrándome y dándole toda mi atención en las pequeñas dagas. Intentando levantarlas con mi mirada y apuntar con ellas hacia el blanco. Intento una, dos veces, tres veces pero no hay resultado.
—Ves, no sirve para esto—espeta Aixa cruzándose de brazos
—¿Tiene que estar necesariamente aquí?—me dirijo a Cristel ignorando el resoplido burlón de la pelirroja
—Asmodeo no puede estar al pendiente de ella, así que es ahora mi deber vigilarla. Traerá problemas si no la mantenemos aquí—susurra Cristel acercándose y echándose un polvo blanco en las manos
—No lo dudo—digo en voz baja
Después de más de dos horas intentando controlar y manipular los objetos, puedo lograrlo. Alzo el mango de varias dagas y sin pensarlo dos veces los atravieso hasta el punto blanco del medio de la diana.
—Magnífico—comenta Cristel
Sonrió complacida por mi resultado, volteo en dirección a Aixa que sigue con los brazos cruzados y le dedico una mirada victoriosa, lo cual provoca que ruede los ojos y mire hacia otro lado
—Poco a poco controlas tus habilidades, tienes la fuerza, la velocidad, la resistencia...—hace una pausa cogiendo una bola de cristal moviéndola y cerrando sus ojos mientras murmura cosas en otro idioma
—¿Que estas...?—me callo al instante en el que veo un resplandor que me ciega completamente. Parpadeo varias veces para recuperar mi vista y me centro en el enorme portal frente a mí que surgió en el momento que la bruja movió la bola de cristal
Mis mejillas arden al reconocer aquel rostro, aquellos ojos verdes mezclados con avellana, el color rubio de su cabello, los labios rosados y carnosos. La mirada que a cualquiera intimidaría
«Deja de observarlo»
Pero por más que intento dejar de verlo, o de pensarlo se hace más clara la imagen de él. Transmitiéndome sentimientos y sensaciones que hacen cosquillas en todo mi cuerpo
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Amores Demoniacos ©
RomanceTras la sombra del abandono, entre silencios rotos. Deva enfrenta las secuelas emocionales de ser abandonada por su madre y el tormento de ser maltratada por su propio padre. Busca sanar las heridas del pasado y encontrar su propio camino hacia la f...