Amores Demoniacos ©

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 12 ✧| 𝓢á𝓭𝓲𝓬𝓸𝓼 𝓲𝓷𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓸𝓼

Nash Comstock

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La noche era bastante hermosa, a decir verdad, la luna brillaba más que de costumbre y las estrellas que la acompañaban le daban un perfecto toque al cielo nocturno. En este mundo lo único que me agradaba era los ineptos humanos que habitaban en él, así podía disfrutar de todas las maneras posibles con su dolor, los humanos son tan sencillos e inútiles que caen rendidos ante cualquier acto "bueno", no miden las consecuencias de dejar entrar a cualquier persona a tu casa solo porque tienen un bonito rostro o son gentiles, como por ejemplo la chica que tenía frente a mis ojos, me basto solo con sonreírle amablemente para que pudiera entrar hacer mi trabajo.

Su cuerpo estaba frágil por las veces que pase mi navaja en ella, no podía moverse por todo el daño que cause en ella de todas las maneras posibles para que hablara. Bueno al menos obtuve un poco de información sobre el padre de Deva, al escuchar como hablaba sobre el supe que era un hombre digno del sufrimiento, lástima que ya se encontraba muerto

—¡¡Mamá!! —grito la mocosa mientras se acercaba corriendo a mí con un bate de beisbol

¿De verdad creía que con un bate podría hacerme algo? patética

Rápidamente la golpee en el abdomen antes de que pudiera hacer algo con el bate, la tome de su pelo color negro con fuerza y la empuje hacia un costado, me dirigí a ella nuevamente y la tome del mentón con brusquedad

—Entonces—sonreí complacido por como sus ojos me miraban con desprecio—un placer en conocerte Keira—mi sonrisa se marcó más al ver como ella intentaba zafarse de mi agarre, cosa que era imposible que sucediera

—Vete al infierno hijo de puta—masculló mientras me escupía en mi rostro

Vacilo un poco antes de responder

—De ahí vengo—las comisuras de mis labios se alzan formando una perfecta sonrisa

—¿Quien mierda eres y porque haces esto?—el temblor de sus labios relata el nerviosismo que causo en ella

Vaya mujer, ya me está cansando tener que escucharla

—Voy a ser directo contigo y espero que me des una puta respuesta, mi paciencia se está agotando y no querrás saber que pasara cuando se agote—la acerque más a mi rostro, podía sentir su respiración agitada—¿Dónde está Deva?

—No lo sé, y aunque supiera no te lo diría bastardo —respondió

«Vaya agallas de esta chica»

—Con que así quieres jugar, intente ser gentil, pero eso al parecer se me da mal—alce los hombros con desinterés, me aleje de ella y camine rumbo a su madre que se encontraba en el suelo aún consciente

Saqué mi juguete favorito, mi pequeña navaja y lentamente empecé a cortar la delicada lengua de su madre. Oía como gritaba y sollozaba del dolor, intentaba huir, pero eso era imposible. Porque cuando cometió el error de caer en las garras de alguien como yo, no tenía piedad, desde que era un niño no conocía ningún tipo de emociones que no fuera la satisfacción y el placer de herir a las personas por gusto o por necesidad

Viernes, 13 de julio

Hace un año

12:00 am

El dolor en mi rostro no pasaba desapercibido, un día como lo era hoy, era un día de total horror y sentimientos que no podía controlar, aunque quisiera. La paliza que recibí por parte de mi "padre", si es que así lo podía llamar fue magnifica, Lucifer no mostraba piedad alguna. Si tenía, aunque fuera un pequeño error, no lo dejaba pasar, lo haría pagar de la misma forma que uno grave. En todos mis cumpleaños era lo mismo, en lugar de recibir regalos, cariños y abrazos por parte de alguien, lo que recibía a cambio era latigazos, apuñaladas y golpees que si no fuera por la bruja que había en aquel lugar estaría muerto sin dudar. El recuerdo de Nyla cada vez se hacía presente, nunca perdonaré a las personas que estuvieron involucradas. No dejaba de pensar la manera tan atroz en la que falleció y odiare toda la vida a las personas que la quitaron de mi camino