𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 14✧| ¿𝓠𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓮𝓻𝓮𝓼?

332 15 0
                                    

Deva Miller

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar la puerta abrirse. Al ver la persona que estaba con una bandeja de comida frente a mi, una sonrisa se manifestó en mi cara

—Buenos días pequeña—pronunció Samael mientras me daba la bandeja con una gran hamburguesa a la vista, acompañada por papas fritas y jugo de maracuyá

—¿Cómo sabes mi comida favorita?—Inquirí curiosa

—Soy un demonio, no subestimes mis capacidades—respondió orgulloso

El recuerdo de Mamá y Papá preparando hamburguesas con jugo de maracuyá los fines de semana, invadió mis pensamientos. Por mucho que esos recuerdos dolieran, tener a Samael a mi lado me hacia sentir aliviada y llena de paz, lo cual es irónico porque el es un Demonio

—¿Cómo te encuentras?—pregunto acomodándose en el borde de la cama

—Ahora estoy mejor porque tú estas aquí—Conteste con sinceridad

Mis labios se entreabrieron al escuchar la risa de Samael resonar por todo el cuarto. Nunca lo  había escuchado reírse de esa manera. Siempre lo he visto con su semblante inexpresivo y su aura que desprende oscuridad y maldad. Cualquiera que lo contemple, no creería que es la misma persona

—¿Qué pasa?—Cuestiono aún con la sonrisa en su rostro

—No es nada—dije mirando a cualquier lado que no fueran sus ojos

—Dímelo—se acerco tanto que pude sentir su respiración en mi rostro

—Es solo que nunca había escuchado tu risa—al decirlo, su sonrisa se elevo aún más y corto el poco espacio que había entre nosotros. Sus ojos celestes brillaban más de lo usual mientras observaba mis labios. Su cabello alborotado hacia cosquillas en mi rostro. Sentí como su pulgar acariciaba lentamente mis labios secos y antes de hacer lo que tanto anhelaba pronunció:

—Entonces eres afortunada—dicho eso, sus labios se pegaron a los míos con brusquedad, besaba de una manera asombrosa, tanto que no tenias suficiente de el. Sentirlo, provocaba un cosquilleo por todo mi cuerpo, necesitaba más de el.

Hizo a un lado mi pelo mientras dejaba besos por todo mi cuello hasta llegar nuevamente a mis labios. Sus manos bajaron delicadamente hasta mi cadera y se aferro a mi de una manera salvaje, mis piernas enlazaron su cintura cuando me alzo y me acorralo contra la pared. Sus manos recorrieron la tela fina de mi blusa hasta llegar a mis senos, antes de posar su boca sobre ellos, me dedico una mirada lasciva que provoco que todo mi ser se estremeciera. Los amaso y lamio de una manera asombrosa. Las emociones que me hacia sentir eran de otro mundo. Los jadeos que provocaba eran imposibles de ocultar cuando se trataba de él.

—Quiero oír mi nombre de tus labios—susurro contra mi oído. Sus manos bajaron lentamente hasta llegar al borde del pantalón de mi pijama. Antes de poder sentir sus manos en mi, un ruido interrumpió el momento.

Mi vista la opaco un chico pelinegro que se encontraba apoyado en el marco de la puerta, estaba vestido con un vaquero negro y una camisa blanca de cuello italiano, gracias a los primeros botones que tenia desabrochados, su pecho estaba a la vista y en el, había un tatuaje de calavera con una serpiente sobresaliendo en ella. Ese mismo tatuaje lo tenia Samael en el costado de su cadera. Lo se porque la primera vez que lo vi y le pregunte sobre su significado evadió decírmelo. Sus ojos verdes miraban con total desinterés hasta que una sonrisa burlesca se hizo presente

—¿Vas a quedarte a mirar como follamos?—pregunto Samael mientras se alejaba de mi aún con la respiración agitada

—Necesitamos hablar—respondió el chico que no dejaba de ojearme

Amores Demoniacos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora