𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 4 ✧| 𝓔𝓵 𝓻𝓲𝓽𝓾𝓪𝓵 𝓭𝓮 𝓚𝓲𝓸𝓼𝓾𝓾

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Deva Miller

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—Samael...–no podía ver, veía borroso, mis extremidades me dolían, mi cabeza, mi cabeza esta que explota y siento un ardor en todo mi cuerpo.

—Por fin despiertas, estaba preocupado por ti, después de ese golpe...

– ¿Qué paso?

–Bueno, después de lo que paso con tu padre volviste a desmayarte...

– ¿Desmayarme? ¿Qué fue lo que paso?

– ¿No lo recuerdas?

–Me duele todo mi cuerpo, me arde, y mi cabeza esta que explota, recuerdo que estabas furioso por lo de mi padre, llego a la casa y pretendías ir a enfrentarlo pero...–no pude terminar de hablar, sentí una punzada en mi cabeza. Tome mis manos y me las lleve hasta ella. Escuchaba a Samael hablarme pero su voz estaba muy lejos, demasiado lejos.

–Samael–llame. El dolor no se iba, cada vez era más fuerte, pude abrir los ojos pero lo que vi me dejo estupefacta.

Grite y grite, luche lo que más pude, había demasiadas manos negras intentándome llevar hacia un agujero negro, sentí una carraspera en mi garganta, mis ojos ardían. No tenía fuerza, las manos me arrastraron con brutalidad hasta aquel agujero negro, mis ojos poco a poco fueron cerrándose hasta que así fue.

Samael

—Deva, ¿Que tienes? Aquí estoy—ella gritaba descontroladamente, me lanzaba patadas, puños, aruñetasos. —Hey Deva—no hubo respuesta, su nariz goteaba sangre, intente pararla y no pude. Cada vez salía más y más, estaba hirviendo de fiebre y no sabía qué hacer, hasta que ella dejo de luchar y quedo inconsciente.

—Maldita sea, ¡¡Deva!! —tome su delicado cuerpo y lo lleve hasta mi cama—Deva despierta—dije constantemente.

Al ver que no hubo respuesta, salí dejándola en cama para buscar alguna solución a lo que sea que le este pasando.

Iba apurado, necesitaba saber que le pasaba. Entre a una farmacia llamada "Farmastep" compre unos analgésicos para la fiebre que tenía y otros que según la que atendió serviría.

Durante el trayecto mi cerebro se concentró en una sola cosa.

Asmodeo

Mierda

Él es el responsable, ya tuvo que haber comenzado el ritual de kiossu. Este tiene 5 etapas, la primera son visiones hacia el inframundo el cuál se siente como si estuvieras allí. El segundo te hace ver toda la clase de seres malignos que rondan por la tierra, te volverían loco. En el tercero empiezan a formarse agujeros en todo el cuerpo, cuando terminan de formarse, desaparecen y vuelven a formarse otra vez. Así repetidamente.

La cuarta y quinta etapa son las más fuertes

Se empieza a ver la persona que más amas como la torturan una y otra vez seres malignos del más allá. Y finalmente se hace el sacrificio, la persona quien hace el ritual logra acabar con la vida de aquella persona con quien la ato.

Llegue al apartamento y Deva aún seguía inconsciente. Espere un rato hasta que finalmente despertó:

—¿ Qué fue eso? —fue lo primero que dijo al verme, aún no podía contarle del todo la verdad, mucho menos sobre Asmodeo. Me limite a mirarla.

­—Samael me estoy volviendo loca, una manos me llevaron a un agujero negro. Se sintió como si estuviera muriendo.—sus ojos castaños se tornaron llorosos. —Está bien, no pienses en eso ahora, ten te traje esto—estire mi mano y le di los analgésicos. Tome el vaso de agua que se encontraba en la mesita de noche y se lo di.

Cuando termino de tomarse los medicamentos me miro con extrañeza.

— ¿Qué está pasando Samael? Porque llegas a mi vida y se pone más asquerosa de lo que estaba. —su rostro reflejo molestia, quería decírselo todo pero no podía, no lo entendería. Tendría que ser en otro momento.

—No hagas preguntas porque no pienso responderlas, toma una ducha en lo que resuelvo un asunto.

Sin más no le di tiempo de responder, me gire y camine hasta la entrada. Tendría que hacerlo.

Tendría que hablar con Asmodeo.

Era de noche, las 9:30p.m para ser exactos. No hubo señal de humanos por ahí rondando, así que desplegué mis alas. La brisa se sentía tan cálida, hace tiempo que no podía volar con libertad, siempre tenía que utilizar esos estúpidos  ¿carros? para parecer un "humano normal".

Llegue.

Toque el timbre un par de veces pero no hubo respuesta. Volví a timbrar y a los segundos abrió el.

—Asmodeo. —Susurre más para mí mismo que para él. Su cabello desordenado de color negro, sus ojos verdes y un gran volumen de cejas. Llevaba un simple vaquero oscuro y una camisa color negro al igual que yo

–Vaya, pero miren nada más quien apareció después de 50 años, pensé que los años harían efecto en ti, pero veo que sigues igual de feo, casi igual a..—llevo su mano en dirección a su mandíbula como si estuviera pensando. –ya me acorde, igual a un Aye. –Estire la comisura izquierda de mi labio en un gesto de sonrisa

–Y tú sigues siendo igual de insoportable–rompí nuestra distancia y lo abrace como unos muy viejos amigos.

– ¿Qué te trae por aquí Samael? –Dijo mientras entraba para sentarse en un sofá y hablar más cómodos

–Deva—al decirlo, sus ojos se abrieron de par en par y su boca hizo un gesto de "o".

–Ya veo, así que te intereso la humana.

—Mas que eso, Asmodeo.

Amores Demoniacos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora