Samael Comstock
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Ver la imagen de Deva en el suelo empapada de sangre era algo que nunca olvidaría. El tipo que la apuñalo en su abdomen la noche anterior era mandado por lucifer y de eso no me cabía duda. Tome con delicadeza su frágil cuerpo y lo lleve a mi pecho. La sangre no paraba, cada vez salía más y más. Entre al apartamento y con una gran patada lance la puerta, la recosté en la pequeña cama donde dormía, tome una gasa y la lleve directamente hacia la herida del abdomen, presione fuertemente durante cinco minutos para detener la hemorragia. Tome las vendas que se encontraban en aquella mesita de noche y las coloque con sumo cuidado en la herida.
Necesitaba llevarla a un Hospital, necesitaba asegurarme de que la herida no alcanzo a dañar algún órgano.
"El hospital causara problemas" Pensé.
Bien, la llevaría con Cristel, ella sabrá que hacer.
Tome su cuerpo y lo lleve cargado hasta el carro de color rojo que se encontraba fuera de casa. Acomode su pequeño cuerpo en los asientos y rápidamente me subí al asiento de conductor. Prendí el carro y maneje lo más rápido que podía. Faltaban dos cuadras para llegar, pero un violento golpe sacudió de una manera salvaje el carro, dos camionetas negras increíblemente grandes nos atropellaron apropósito. El carro rodo, sentí como vidrios entraban en mi piel, recordé a Deva y velozmente tome el cuerpo de ella, cubrí con mi cuerpo el de ella y la sujete con fuerza.
Quedamos a muchos metros lejos de aquellas camionetas, aleje mi cuerpo del de Deva y busque alguna herida además de la del abdomen, pero nada. La había cubierto lo suficientemente bien para que no se lastimara. Marque el número de Cristel y en segundos contesto:
—¿Si?—contesto aquella voz atraves de la pantalla.
—Cristel, necesito que vengas y tomes a Deva. Llévatela lejos, lo más lejos que puedas. Si es necesario haz tus hechizos para protegerla.
—¿Qué paso, Samael? ¿Dónde estas?—dijo preocupada
—A la esquina de tu casa, ven rápido, que no te vean.
Sin decir más, colgué. Vi por el roto retrovisor, bajaban unos hombres altos con traje de color negro, muy elegantes. Traían corbata color Vinotinto y gafas de un negro que no dejaban ver sus ojos.
Escuche una pequeña voz a lo lejos, gire bruscamente y allí se encontraba Cristel, se encontraba escondida detrás de un gran árbol. Empezó a decir unas palabras en Griego y de la nada ya no la veía
"Utilizo el hechizo de la invisibilidad"
Abrí la puerta rápidamente y sentí como unas manos tomaron mi mejilla, lleve mi mano hasta ella y la apreté con fuerza. El cuerpo de Deva desapareció y la sensación en mis mejillas igual.
Suspire con fuerza, me encontraba solo, tendría que pagar las consecuencias por proteger a Deva, sin embargo no me arrepiento en lo absoluto. Cada momento que pase con ella fue mágico, todos mis días normalmente eran aburridos y solos, pero al llegar ella a mi vida, mis días fueron llenos de color y alegría. No se como explicar lo que siento, con palabras no es suficiente. Su sonrisa, sus ojos, su hermoso cabello castaño, y la increíble persona que es, a pesar de que sufrió durante dieciocho años por culpa de la escoria de su padre, cada día mostraba una gran sonrisa frente a todos. Fingía que todo estaba bien cuando todo estaba del asco.
Todo de ella me encanta, y quisiera decírselo, cuando se de la oportunidad. Obviamente no moriré por unos estúpidos hombrecitos de trajes negros, por algo soy alguien inusual y de rango superior, que es lo que importa.
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Amores Demoniacos ©
RomanceTras la sombra del abandono, entre silencios rotos. Deva enfrenta las secuelas emocionales de ser abandonada por su madre y el tormento de ser maltratada por su propio padre. Busca sanar las heridas del pasado y encontrar su propio camino hacia la f...