El secuestro.
Me acerqué a la habitación de Yoongi, mi hermano, para despertarlo. Hoy era su cumpleaños número doce. A pesar de que tal vez no eran las épocas más festivas de nuestras vidas siempre trataba de mantener el espíritu vivaz activo en su mente. Era difícil para mí teniendo diecinueve años, un trabajo y un hermano que mantener. Pero había elegido esto. Tener la desgracia de vivir sin nuestros padres no era una aventura.
Ellos habían tratado muchas veces de deshacerse de nosotros, resultamos ser unos estorbos en sus perfectas vidas. Si había algo que agradecía a esos mal nacidos era el hecho de no haber usado protección siete años después de haber nacido yo. Yoongi era una bendición, además de ser un hermano comprensivo y cuidador. Él hacía todo lo posible para alivianar mi tarea como padre de casa, cocinero, trabajador y estudiante.
-¡Arriba dormilón!. Grité cerca de su oído.
-¡Quiero dormir, Jimin!-exclamó con voz tierna. Sus hormonas estaban en constante cambio así que no me sorprendía que a veces sus tonos fueran más graves de lo normal.
-Es tu cumpleaños pequeño Yoon-. Canturreé usando su apodo.
-¡odio que me llames así!-gritó y me lanzó bruscamente una almohada.
-¿qué demonios te pasa?—chillé al ver que el almohadón había dado con el cierre en mi labio generando una pequeña fisura.
-yo...- miró m boca-. Lo siento Mimi, sabes que no quiero lastimarte.
-ven aquí.- Abrí mis brazos para recibirlo en un abrazo.
-también odio tus abrazos.
-podríamos simplificar en que me odias a mi-. Dije.
Solíamos hacer bromas de este tipo para salir del mundo mediocre que nos rodeaba. Cuentas para pagar, trabajos, escuelas y falta de padres eran cosas diarias en nuestra corta existencia.
-sabes que te quiero. -Me abrazó más fuerte.
Amaba esos abrazos, eran el tipo de abrazo que hacia plantearme lo que haría por él. Y la respuesta era todo; iría a la China, Egipto, incluso al fin del mundo si eso significaba que Yoongi estaria bien.
-yo también-. Susurré.
Tironeó de mi brazo para levantarme del suelo y fuimos a la cocina, donde había dejado un desayuno especial en la mesa.
-igracias!-exclamó Yoon al ver la gran cantidad de sandwiches sobre el mueble.
-no hay de qué, recuerda, come todo. Lo señalé. No faltes a clase hoy-. Me acerqué y besé su mejilla-. Feliz cumpleaños bebé.
-no soy un bebé-. Se quejó.
-para mí siempre lo serás-. Repliqué agarrando mi mochila y saliendo del pequeño departamento que teníamos.
¿Era lujoso? No. Era lo suficientemente espacioso para meter todas nuestras cosas y dos camas.La parada de autobús estaba a unas pocas cuadras del edificio, esperé pacientemente la cola y subí. Me senté en uno de los asientos de primera fila y cerré los ojos. Estaba cansado, la noche anterior había estado haciendo los aperitivos para Yoongi y no había descansado mucho.
Llegué al lugar de trabajo con tiempo de sobra. El gastado cartel de neón me recibió mientras hacía mi entrada al majestoso restaurante... de comida rápida.
-¡Orden de papas y hamburguesa grande!—gritó por el altavoz un compañero.
-¡Ya voy!-respondí sacándome mi abrigo y dejándolo a un costado.
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EL SECUESTRO ┆km ඞɞ
Random-para, por favor, para-. Supliqué. -no quiero parar, muchos meses tuve que esperar para esto-. Dijo apoyando sus rodillas alrededor de mi cintura para que no escapara y sacando su polera dejando ver su bien formado cuerpo. -estás loco. -nunca lo ne...