22┆km ඞɞ

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Danubio azul

Yoongi estaba en su habitación cuando entramos. Él corrió hacia mí y me abrazó, pero al ver a Jungkook se tensó.

-hola-mi hermano achinó los ojos en su dirección-¿Le has hecho algo a mi hermano?

-no,Yoongi - le respondí, anticipándome- sólo me quedé dormido en el auto, por eso mi cara de...

-de estúpido -completó él.

-si- respondi sin pensar -Espera, ¿Qué?- mi hermano se rio- ¡Yoongi!

-pero es cierto-murmuró.

Me hice dramáticamente el ofendido mientras tiraba mi bolso sobre la mesa dispuesto al lado del sofá que teníamos en el salón.

-iré a cocinar mientras ustedes...- dejé la frase incompleta, sin saber bien qué quería decir realmente.

-te ayudo- Jungkook  rápidamente me siguió a la cocina.

-puedo solo -intenté.

-yo estaré en mi habitación- Yoongi nos dejó solos, mientras corría al pequeño pasillo donde estaban las habitaciones.

Me vi en la obligación de ir a la cocina con Jungkook pisándome los talones. Sólo esperaba que se limitara a sentarse y mirar, con la boca cerrada porque iba a joderme mucho que se pusiera a hablar. Había estado todo el puto día con gente gritándome en el oído y necesitaba calma, algo que claramente Jungkook no podía proporcionarme.

-Pondré un poco de música- Jungkook se acercó al pequeño equipo musical que estaba entre el salón y la cocina y lo encendió- ¿Qué quieres escuchar?

-no me importa, pon lo que quieras-mi voz no era de mal humor, era cansado, como lo estaba mi cabeza y mi cuerpo.

Jungkook encendió la emisora local y las canciones más viejas jamás reproducidas empezaron a sonar. Debieron de ser un éxito en la adolescencia de mi bisabuela.

No le di mucha importancia a la música mientras abría la heladera. De hecho, intenté ignorar a Jungkook mientras decidia que iríamos a comer. Saqué unos huevos y algunas verduras, decidida a hacer unas tortillas.

-¿Cómo te ayudo?- jungkook apoyó su mano en mi espalda y casi dejo caer los huevos por el nerviosismo. Todavía me afectaba que me tocara.-no poniéndote en el medio ni tocándome- forcé mi voz para que saliera de mi garganta de una manera firme.

-baila conmigo -jungkook  rodeó con sus brazos mi cuerpo al escuchar la canción que sonaba en la radio. Era el conocido vals, el Danubio azul, que ponían usualmente en las bodas -por favor, Jimin. Baila conmigo.

Me resigné.  De nada servía discutir o negarme. Terminaría bailando a la fuerza y en esto era mejor cooperar.

Jungkook  me guio con su mano izquierda apoyada en la parte baja de mi espalda, mientras movía nuestros cuerpos, sin seguir del todo el ritmo de la música.

-no sé bailar.

-no necesitas hacerlo- Jungkook tenía su barbilla sobre mi cabeza - al menos, no ahora.

Me separé un poco de su cuerpo, para poder mirarlo.

-¿A qué te refieres?

-a que tenemos tiempo antes de que nos casemos -nos sostuvimos la mirada antes de que Jungkook me hiciera girar. Torpemente lo hice -para cuando te cases conmigo...

-falta mucho tiempo para siquiera considerar la idea del matrimonio, ¿No crees?- me quise alejar, repentinamente incómodo.

-Jungkook., no te alejes.

-es que... de repente te sales con la idea de casarte y un futuro juntos cuando...- otro giro. A Jungkook el baile no parecía afectarle su capacidad para mantener una charla- cuando recién ahora estamos intentando iniciar algo, jungkook.

Finalmente se detuvo. La canción había terminado. Ahora sonaba otra melodía, también suave pero desconocida para mí.- no me imagino un futuro sin ti, Jimin -jungkook seguía sosteniéndome- no puedo imaginar una vida sin ti. Siento que desde que te encontré todo tiene sentido y...— él tragó saliva fuertemente - antes estaba ciego y tú... tú me sacaste la ceguera.

<<perderte sería como volver a ese abismo de oscuridad y eso... eso me aterra, Jimin.<<

No me aleje, no me moví, no hice nada cuando él acercó su cara a la mía. Me quedé quieto, esperando. Intentando cumplir mi promesa de darle una oportunidad e intentando confiar en la suya de no hacerme daño.

-no puede seguir sin ti luego de haberte encontrado.

Sus la bios tocaron los míos y me sentí extraña. No estaba forzándome, no estaba violándome. Estaba siendo delicado y eso me confundía. Me había habituado al jungkook agresivo que en cada beso intentaba invadir mi boca con su lengua, pero en ese momento, solo movía sus labios sobre los míos. Seguía teniendo su porte dominante de marcar el ritmo, pero no estaba siendo rudo en lo absoluto.

-Jungkook..- unos segundos después, me separé. No por falta de aire, si no por estar sumamente confundido.

-no puedo evitarlo- me sonrió inocentemente.

Me escabulli entre sus brazos mientras decía:

-Tengo que terminar con esto- para empezar a batir los huevos.

La cocina siempre me había despejado.

Jungkook no dijo nada. No volvió a tocarme ni a hablarme. De hecho, unos minutos después se fue al pasillo con Yoongi. De fondo  junto con el ruido de la comida cociéndose-escuchaba la risa de mi hermano junto con él.

Cuando terminé las tartas, llevé unos platos a la mesa en el salón y encendi la tele, tal vez podíamos ver una película mientras cenábamos. Me rei de mi mismo al ver que estaba haciendo todo lo que me había negado a hacer al poner un pie en mi casa luego del trabajo.

Caminé hasta la habitación de mi hermano y tanto él como jungkook estaban jugando con no sé qué juego en la computadora.

-vamos a comer..

Yoongi no tardó en apagar el aparato para correr a la mesa y sentarse en el sillón frente a la tele, que usualmente usábamos para comer.

-¿Podemos ver una de terror?- yoongi se adueñó del control de la tele para cambiar la programación y poner lo que él quisiera.

-pero luego tienes pesadillas...-intenté razonar pero era tarde. Ya ambos estaban centrados en el inicio de una película sobre espíritus y no sé qué otras cosas que me harían tener que cuidar a yoongi  de los 'monstruos bajo su cama!.

Me senté. Jungkook estaba entre mi hermano y yo. Yoon miraba como un poseído la película mientras devoraba la comida. Jungkook hacía lo mismo sólo que comiendo más despacio -con una mano mientras que con la otra mano acariciaba mi rodilla.

Cuando terminé de comer, me acomodé con las piernas sobre el sofá y recosté mi cabeza contra el respaldo. La película me aburría, así que cerré los ojos para descansar la vista pero me quedé dormido porque cuando abrí los ojos, estaba en mi cama, sin los zapatos y con una remera que nada tenía que ver con mi uniforme. Jungkook me debía haber llevado ahí.

EL SECUESTRO ┆km ඞɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora