tú puedes...

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El cuerpo de guardia de aquel hospital podría calificarse como una de las cosas menos emocionantes que Checo había visto en su vida. El esperaba un lugar lleno de doctores y pacientes, de aspecto convulso, esperaba escuchar la agitación de las voces, escuchar gritos y discusiones, sonidos de sirenas, pedidos de apoyo y ver a los doctores pasar de un lado a otro, agitados y con miradas preocupadas.

Sin embargo no fue así.

La calma de aquel cuerpo de guardia era casi comparable a la de su sala. Checo entró a las cuatro de la tarde, justo cuando terminaron sus clases, por la puerta principal de la sala de emergencias. La recepcionista le había dicho que se dirigiera a la consulta de medicina, que ahí era donde debía estar durante su guardia. El pasillo estaba silencioso. En los cuartos de ingreso solo había un par de pacientes de mirada tranquila, las enfermeras conversaban entretenidas en el cuarto médico y había visto solo un doctor al pasar frente al cuarto de descanso. Aquello no era lo que se imaginaba, para nada.

Llegó a la consulta por la puerta trasera y tocó quedamente antes de abrir. En la consulta solo había un escritorio con un par de sillas delante y un banco al fondo para los acompañantes. Al entrar notó que solo había una persona allí.

—Buenas tardes.- lo saludó con una leve sonrisa. El estudiante de sexto año le devolvió el saludo y la sonrisa, contento de que apareciera alguien con quien podría, al menos, charlar.

—¡Hola! ¿Estás de guardia por tercero?

—Si. Mi nombre es Sergio Pérez, de la sala de medicina interna.

—Ah, ya veo. Yo soy Pierre Gasly. Interno. Siéntate allí.- le indicó una silla frente al escritorio.— ¿Esta es tu primera guardia?

Checo asintió mientras se quitaba la mochila.

—Debes estar emocionado.- la sonrisa de Pierre era muy graciosa. Parecía tener contenida en el toda la emoción que debería estar sintiendo Checo.

—La verdad solo estoy nervioso.

—¿Por qué?

—Nunca he estado de guardia. No sé a qué me podría enfrentar hoy.

—Bueno, te puedes ir tranquilizando.- Pierre hizo un gesto de desdén mientras se recostaba sobre el espaldar de su silla.—Las guardias en este hospital no son nada del otro mundo. Este es un hospital demasiado... digamos, aristocrático, se encuentra en una zona apartada y además es un centro de investigaciones. No vas a ver nada muy emocionante aquí, al menos no en el cuerpo de guardia.

—¿Entonces qué se hace aquí?

—No es que no haya pacientes. Pero por lo general solo atendemos la población de la zona. De vez en cuando hay alguna verdadera emergencia, no te voy a decir que no, pero usualmente solo llegan gente con crisis hipertensivas, muchachos de la milicia que se hicieron algo mientras jugaban de manos o los chicos que juegan fútbol a unas cuadras de aquí que no sé cómo se las arreglan para romperse los dedos de los pies. Ni que la pelota fuera de piedra...

—Entonces podré estudiar con calma.- Checo se giró para volver a tomar su mochila y sacar su libro.

—¿Tienes examen de semiología?

—Sí, el lunes.

—Vaya, es bueno ver que te estás esforzando por estudiar.

—¿No es lo normal?

—Yo nunca estudié mucho.-Pierre se encogió de hombros, tenía un bolígrafo en sus manos y estaba jugando con él.

—¿Y cómo llegaste a sexto año?

White thrill; checlerc. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora