White thrill; checlerc. AU

discúlpame...

—Oye...- Carlos llamó a Checo, mientras acariciaba su antebrazo.

—Hey...- por el tono meloso de su voz ya Checo sabía que no podía tratarse de nada bueno.

—¿Qué quieres ahora?- Checo ni siquiera alzó la vista de lo que estaba leyendo.

—Ya llevamos cuatro horas seguidas estudiando. Tengo hambre.

—Se supone que a eso viniste. A estudiar.

—Pero creo que ya podemos dejarlo aquí. ¿No? Ya te lo sabes todo.

—No, Carlos, no me lo sé todo. El examen es el lunes.

—Y hoy es sábado. Llevas toda la semana matándote y matándome a mí. Descansemos ya. Mañana le damos una última revisión a todo y ya está. No necesitas volverte loco al respecto.

—Solo quiero salir bien, Carlos.- Checo finalmente lo miró, aún con el bolígrafo en la mano, dispuesto a seguir escribiendo.

—Mira. Hagamos algo. Llamemos a Lando para que nos compre algo de comer y venga a pasar la noche con nosotros.

—¿Te crees que mi casa es un motel?

—No jodas, Checo. No te cuesta ningún trabajo. Vives solo. Y es sábado por la noche. Al menos deberíamos estar unidos.

—¿No has pensado que tal vez Lando tenga algo mejor que hacer?

—En ese caso ya pensaré algo más. Pero mira, lo llamamos, y el tiempo que él se demore en llegar lo empleamos para seguir estudiando. Así atamos los cabos sueltos y, cuando estemos todos, podremos descansar. ¿Te gusta la idea?- Carlos lo miró abriendo sus ojos y haciendo un ligero puchero con sus labios. Checo le devolvió la mirada, malhumorado, pero terminó por darle la razón.

—Está bien. Pero terminemos con esto.

—¡Yei!- Carlos dio un brinco sobre el asiento y tomó su celular para salir a llamar a Lando.

Fue hasta el balcón y se recostó a la baranda para hacer su llamada. Lando contestó después de un par de tonos.

-Dime... Y no me vengas con ninguna idea loca.

-Buenas noches a ti también, Lando. Un placer hablar contigo.

-No jodas. ¿Qué pasó?

-Estoy en casa de Checo. Estábamos estudiando.

-¿Y?

-¿Podrías pasar? Y traernos la cena de paso...

-¿Por qué debería hacer semejante barbaridad?

-Ay, anda. Pasaremos la noche aquí.

-Bueno. Así sí.

-¿No tenías planes?

-No exactamente. Ya, yo voy.

-Trae comida.

-Te escuché la primera vez que lo dijiste. Pero no vayan a estudiar conmigo allí. Lo que ustedes estudian me da mareo.

-No, cuando llegues ya habremos terminado.

-Ok. Nos vemos dentro de una hora más o menos.

-Dale, y por cierto... tengo que actualizarte un par de chismes.

-Déjalo en cuarenta y cinco minutos.

Carlos colgó con una sonrisa y volvió a donde estaba Checo.

—¿Ya hablaste con él?

—Sí, ya viene. Así que metámosle mano a esto para terminar a tiempo, que Lando viene que se mata.

—¿Tan aburrido estaba?