Epilogo pt. 1

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Max tenía una expresión extraña en su rostro a medida que acariciaba su título.

Parecían haber muchos pensamientos dando vueltas en su cabeza, cosas que necesitaba aclarar o, simplemente, recuerdos que le resultaban demasiado absorbentes como para prestarle atención a las palabras de Pierre.

—Max...- la voz de Pierre, un poco más fuerte ahora, lo sacó de esa realidad alternativa en la que parecía haberse metido.—¿En qué piensas?

Max alzó la vista para mirarlo. Pierre se veía precioso con su bata de manga larga, nueva y brillante, de un color blanco nuclear. Era como si todo él desprendiera luz propia, aun si solo estaba sentado a su lado en aquel teatro, únicamente con la iluminación tenue del escenario sobre él.

—En nada...- contestó con una sonrisa forzada.—Solo estaba escuchando.

—No creo que lo que sea que el director del hospital esté diciendo realmente te interese. Luces como si no pudieras esperar para salir de aquí.

—Es que aún no me lo creo.- Max finalmente dejó salir una sonrisa ligeramente avergonzada.—¿Pensarías que soy infantil si te dijera que tengo miedo de que venga alguien y me lo quite?- dijo, apretujando un poco su título, enrollado entre sus puños. Pierre lo miró con dulzura. En esos meses que habían pasado, Max había cambiado mucho. Aunque, en realidad, se sentía como si simplemente se hubiera relajado. Ya no parecía tener ese muro de imbecilidad alrededor suyo. Era más sincero, más él mismo, y Pierre amaba eso.

—Nadie te va a quitar tu título, Max.- le contestó, acariciando descuidadamente su cabello. Max dejó que sus mejillas se inflaran en un pequeño puchero y volvió a mirar hacia el frente.

Él no era el único impaciente. La mayoría de las personas allí presentes lucían ansiosas. Ya todos los internos habían recibido sus títulos, igual que los residentes y los especialistas de segundo grado. Aquella graduación ya había concluido, sola faltaba que el director terminara con su discurso de despedida y todos podrían irse de allí.

—¿Qué vas hacer después de esto?- escuchó de nuevo la voz de Pierre.

Sus labios se volvieron una línea en su rostro a la vez que se hundía un poco en su asiento, luciendo cansado, de repente.

—Ni idea.

—¿Estás hablando en serio?- Pierre lo miró, ahora sorprendido.—¿No irás a cenar con tu familia o algo así?

Max se encogió de hombros. El tema de su familia siempre había sido algo incómodo entre los dos. Pierre entendía que probablemente hubiera alguna razón por la cual Max era tan esquivo al respecto, pero aun así, intentaba impulsarlo a hablar. Quería que Max supiera que tenía todo su apoyo y su confianza. Además su curiosidad, o más bien, su necesidad de saber, lo hacían rozar el tema de vez en cuando, en búsqueda de una oportunidad.

—No. Supongo que solo me quedaré en casa.

—¿Tampoco saldrás con tus amigos?

Max lo miró, inexpresivo.

—Sabes que no tengo amigos, Pierre. No soy como tú.

—¿Quieres ir a alguna parte conmigo entonces?

El rubio negó suavemente.

—No. Está bien. Ve a cenar con tus padres. Te mereces una linda celebración. Has estado trabajando muy duro. No me extraña que te dieran un Título de Oro.- le dedicó una sonrisa orgullosa.—No te preocupes por mí.

Pierre, sin embargo, no tuvo deseos de sonreír.

—¿En serio, Max?

—Mis padres ni siquiera deben estar en el país. No los voy a molestar por algo así.

White thrill; checlerc. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora