WITH ME || Manjiro Sano

capitulo 33

[Ume]

«Hace tres meses»

Entre risas me despedí y colgué la llamada de Manjiro. Me levanté del sofá y estiré mi cuerpo, eh estado mucho tiempo en el sofá.

Me siento muy confundida ahora, todos estos días eh tenido los mismos recuerdos, cada vez más y más claros y coherentes.

No sé cómo debería reaccionar, sé que Manjiro hizo mal pero sé que también recibió un castigo. Aún así, se siente extraño tener esos recuerdos tan vivaces.

Suspiré con cansancio.

Mi padre está dormido, sé que se esfuerza por adecuarse completamente a nuestro idioma, lo eh visto leer libros por horas tratando de entender y aprender lo más que pueda. Debido a su internado en un hospital psiquiátrico aqui en Tokio pudo adecuarse casi completamente al idioma pero todavía hay mucho que le falta aprender.

Es por eso que cuando estamos solos me habla en Ruso, y al igual que él se me complican algunas palabras pero nada que mi padre no pueda corregir. Es divertido.

Tarde me dí cuenta que una llamada había llegado a mi teléfono, últimamente lo mantenía en silencio así que no era novedad. Lo revisé por curiosidad y descubrí que se trataba de Izana.

Fruncí el ceño, confundida.

— Que extraño, Izana no suele llamarme — Murmuré mirando mi teléfono. En eso vuelve a sonar nuevamente y está vez contesté — ¿Que sucede Izana? Estás no son horas de llam-...

— ¿Una chica? Bueno, no me sorprende.

Me quedé sorprendida y callada por un instante, definitivamente esa no es la voz de Izana. Es una mujer.

— ¿Quién es usted? — pregunté con más seriedad.

— Karen Kurokawa.

¿Kurokawa? ¿Es algún familiar de Izana?

— ¿Porque me está llamando a esta hora? — volví a preguntar algo preocupada, si alguien más tiene el teléfono de Izana significa que algo malo sucedió ¿Verdad?

¿Que sucedió con Izana?

— El chico no deja de repetir tu nombre, ven a buscarlo y llévatelo.

¿Que?

— ¿Que le hiciste? — fué lo primero que se me vino a la cabeza.

— Déjate de preguntas estúpidas y ven ahora — ordena en un tono desinteresado — Me estoy cansando de vigilarlo, te enviaré la dirección.

Colgó la llamada sin decir nada más, un mensaje con la dirección de un casino cerca llegó a mi teléfono.

Parpadeo varias veces tratando de entender pero no puedo, sacudí la cabeza soltando un gran suspiro. Fuí a ponerme un abrigo para el frío y tomando la tarjeta de la entrada me dirigí al ascensor.

— ¿En que problemas se mete ese chico? — Murmuré entre dientes.

En mi cabeza, una serie de preguntas luchaban por tomar mi atención mientras caminaba hacia el casino. ¿Por qué Izana estaba en un casino? ¿Por qué una tal Karen tenía su teléfono? ¿Y por qué tengo que involucrarme en todo esto?

Cuando llegué al casino, me sorprendió lo concurrido que estaba. La música estaba a todo volumen y la mayoría de las máquinas tragamonedas estaban ocupadas por jugadores expertos. No pude evitar que mi mente saltara a la conclusión de que Izana estaba en algún tipo de problema de apuestas.