capítulo 34

1.3K 172 53
                                    


Tengo sed...

Sacudí mi cabeza ligeramente al despertar, mis ojos veían borroso y mi respiración era acelerada. Mi mente está adormecida.

Mis sentidos están casi bloqueados, apenas puedo mantenerme conciente. Observó a mi alrededor tratando de ubicarme.

La habitación es oscura y pequeña, el aire es pesado y húmedo, un escalofrío recorrió mi espalda al verme en una clase de encierro.

A medida que mi mente recupera plena conciencia, me doy cuenta de que estoy acostada en una cama, y que no puedo moverse. Hay cuerdas sujetando mis muñeca a cada lado y que están unidas a la cama.

El amarre es apretado y apenas permite que la sangre pueda circular, es incómodo y alarmante.

Una sensación de ahogo inunda mi cuerpo, no estoy acostumbrada a estar tan vulnerable en una habitación que no conozco.

Poco a poco empiezo a recordar lo que había sucedido. Me ha secuestrado...

Una oleada de miedo e incredulidad se apodera de mí. No puedo creer que Izana haya ido tan lejos solo por atención.

Siento un dolor punzante en la boca al darme cuenta de que estoy sedienta.

«¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?» pensé alarmada.

Si eh desparecido sin razón entonces mi padre y Manjiro deben estar preocupados. Tengo que salir de aquí...

En eso, escucho unos pasos acercarse a la habitación, la puerta de color Marfil se abre lentamente y la luz proveniente del exterior me aturde al punto de cerrar mis ojos.

Escuché la manija volver a girar cerrando la puerta con la misma calma.

Finalmente abrí los ojos, no pude evitar mostrarme enojada y traicionada cuando los ojos violeta me miraron cálidamente.

— Tú... — Murmuré apretando los dientes, mirándolo con odio.

— Ya estás conciente — dijo con voz monótona, sin deseos de delatar sus sentimientos.

— ¿Eres conciente de lo que hiciste? — Murmuré con voz baja, casi amenazante — ¿Crees que esto es broma? Me estás reteniendo en contra de mi voluntad.

Izana sonrió ligeramente entrecerrando los ojos mientras se acercaba a la cama, cuando llegó al borde colocó una mano suavemente en mi cabeza, acariciando mi cabello con delicadeza.

— Ume, solo estoy manteniendo nuestra promesa...— dijo en un tono dulce y suave, demaciado dulce — Prometiste estar para mí cuando lo necesite.

— ¡Te ofrecí mi amistad a pesar de lo horrible que estabas siendo conmigo! — repliqué traicionada — ¡Mierda! pensé que realmente podríamos llegar a ser amigos. Aún no puedo procesar lo que está sucediendo... Izana, detente antes de que cometas una locura.

Él suspiró y se puso de cuclillas cerca a mi rostro, sus ojos brillaban intensamente, como nunca antes había visto.

— No puedo... lo intenté pero no puedo... — llevó su mano a su pecho, justo al lado del corazón, y apretó sus ropas mostrando una mueca afligida — Creo que es demaciado tarde... Haz hecho algo imperdonable Ume.

— ¿De que-....?

— Haz alborotado mi pecho, ¿Sabes lo grave que es eso? Demaciado... — Murmuró cubriendo la mitad de su rostro con una mano — Dime Ume, ¿Este era tu plan desde el principio? ¿Manjiro te ordenó destruir lo poco que queda de mi corazón?

—...

Sonrió al no obtener respuesta y acercó su pulgar a mi mejilla, acariciando suavemente.

— ¿Todo estaba planeado desde un principio? — susurró, los ojos recorriendo cada rincón del contorno de mi rostro que sus dedos tocaban — Encontrarnos en esa fiesta, hacer que nos conozcamos y que yo me deslumbre por tu presencia... ¿Esa cabeza es así de maquiavélica?

WITH ME || Manjiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora