╚ Porque ya tienes a alguien que en casa te espera
Ella sí tiene todo lo que yo quisiera
A mí no me importaba que todos supieran
Solo me importó que tú no me entendieras ╗
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Al día siguiente, y el que le seguía y el otro también, Gala se encontraba religiosamente de 10 de la mañana hasta las 11 de la noche en esa oficina. Pintaba, organizaba y ordenaba todo para el lunes siguiente, cuando realmente iba a empezar su labor.
Ser responsable de un equipo ya formado, con sus mañas y sus internas, aún sumandole la manera poco convencional por la que fue despedido su anterior jefe, tenía sus desafíos, pero era lo que más le emocionaba.
No quería ser una jefa a la que le tengan miedo, quería ser una más y ayudar en el proceso creativo, no solo decir que si o que no, así que cuando el día llegó, decidió presentarse con la mayor voluntad a su equipo de 3 personas. Florencia, Candela y Germán estaban más que felices de haberse sacado de encima al viejo verde de jefe que tenian e intercambiarlo por una versión más joven y más copada, asi que adaptarse no fue un problema.
Era Gala la que siempre iba a viajar con la Selección, recopilando material para mandarselo a sus compañeros de trabajo (porque se rehusaba a llamarlos empleados), y que ellos terminen de diseñar todo lo necesario para subirlo a las múltiples redes sociales que manejaba la AFA. Se encargaban de futbol masculino, femenino y futsal, asi que tenían una agenda bastante movida.
La oficina de Lionel estaba justo enfrente de la de ella, y si mantenia las cortinas abiertas, como generalmente lo hacía, tenía una vista directa a Gala con su mural de fondo.
A veces parecía que no se movía, cuando estaba sola frente a la computadora mantenía un semblante neutro y concentrada, mientras que el entrenador se distraía de sus tareas y a veces era él, el que tenía que cerrar las cortinas.
Estaba muy concentrada en su trabajo cuando un toque en la puerta la sobresalta en su asiento. Indicando que pase, lo empieza a retar apenas cruza la puerta.- Vos estás buscando que yo me muera de un infarto, ¿no?
Perdon pequeña.- le dice Claudio Tapia, sentandose en la silla enfrente de su escritorio.- Pero no se como querés que me anuncie en tu oficina si no toco la puerta.
Mandame un mensaje, asi voy a saber que podés llegar en cualquier momento.- le dice como una obviedad, haciendo que se ría.
Estas generaciones...- niega con la cabeza.- Está bien, voy a hacer eso de ahora en más.
Con una sonrisa, deja de lado su computadora para prestarle completa atención a él.- Igual si necesitabas algo, me avisas y yo voy.
No hace falta, Paola siempre me dijo que me viene bien caminar.- se rie acordandose de las veces que su mujer lo retaba.- Venía a ver como andabas, te deje tres meses tranquila para que te mimetices con el ambiente pero me gustaría saber si te esta gustando todo.
Si Chiqui, me encanta.- le confieza, le debía el mundo a ese hombre.- De pasar de trabajar como mesera en España a poder trabajar de lo que estudié en mi país es lo mejor que me pudo pasar en la vida. No se como voy a agradecerte.
Se felíz Gala.- le sonrie.- Es lo único que quiero.
Gracias tio.- aunque no le decía muchas veces así y menos en el trabajo, sabía que era algo que a el le gustaba escuchar. A demás que lo podía manipular más fácil.- Pero no es esa la única razón por la que estás acá, ¿no?
Suspirando, se dió cuenta que las mentiras no funcionan con ella, por lo que prosiguió a decirle la verdad.- Tu viejo te está buscando, no sé porque, vino sin tu mamá. Me llamó y me dijo que a mi no me gustaría no saber el paradero de alguno de mis hijos aunque estemos peleados, y tiene razón, pero antes de decirle nada preferí venir a hablarlo con vos.
Tenés razón, no te quiero poner en esa situación.- le dijo entendiendolo.- Dale mi dirección o decile que estoy trabajando acá, como vos quieras, y después soy yo la que le va a poner los puntos. Porque es verdad cuando te digo que no lo quiero ver, llega 8 años tarde al reencuentro padre e hija.
Asintiendo, se va sin decir nada, sabía que ella estaba en lo correcto y necesitaba su tiempo. Es ahora Lionel quien la ve cerrar su computadora con fuerza y pasarse las manos por la cara resfregandose los ojos para luego salir de su oficina.
Dudo en seguirla, pero se dió cuenta que no estaba bien y pensó que necesitaba de alguien para hablar. En esos tres meses en los que Gala había llegado a la vida de Lionel, se había vuelto su confidente. Cuando estaba estresado, iba a ella; cuando estaba triste, iba a ella; y cuando estaba felíz, era en ella en la que pensaba.
Estaba rozando una linea demasiado peligrosa, se dio cuenta demasiado rápido que sus sentimientos eran cualquier cosa menos puros y que la manera en la que la miraba era practicamente para desnudarla.
Es en ese momento, cuando distraído, alguien lo sujeta del brazo. Mirando abajo se da cuenta que era Pablo, quien lo estaba mirando con cara de pocos amigos.
Te dejé tu tiempo Lio, porque pensé que se te iba a pasar y no ibas a hacer una pelotudez, pero cada vez te veo más cerca del precipicio.- Lionel lo iba a mandar a la mierda, pero no lo dejó hablar, sabiendo que es lo que iba a decir.- Te agradezco que siempre me apoyaste con Roma, estuviste ahi en cada buen momento y la edad no es en lo que estoy preocupado. Es el hecho de que vos seguis casado con tu mujer y andas babeandote por una mina. La vas a enredar en todo tu quilombo y es una muy buena piba, pensalo dos veces antes de hacerlo.
Sin decirle nada, dejó que Pablo se vaya y contemplo si ir o no en busqueda de donde sea que se haya ido Gala, pero la dejó ir. Cuanto más crecía el cariño por ella, más le costaba la idea de que podría estar haciendole daño y no se lo iba a permitir.
Inició su camino nuevamente por los pasillos del predio, dirigiendose directamente hacia su oficina, donde cerro las cortinas y se mantuvo ahí metido todo el resto del día.
