༄12

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Sus padres muchas cosas no le habían dejado, pero lo que si tenía era la casa familiar de verano a su nombre

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Sus padres muchas cosas no le habían dejado, pero lo que si tenía era la casa familiar de verano a su nombre. Su madre la despreció desde el momento que cumplió 18 y la echó, pero su padre hizo innumerables intentos de que ella se interese por volver, no los mejores ni los que Gala se merecía, pero lo hizo de la unica manera que él sabía: cosas materiales.

Necesitaba despejarse, hacía un tiempo que se sentía demasiado mal y no encontraba salida, por lo que le pidió al Chiqui tomarse una semana, este sin duda aceptó.

El camino a esa propiedad era largo, Mendoza no quedaba cerca, pero era calmante en si el viaje. El paisaje que pasaba por la ventana era conocido, cambiado, pero era el mismo que tomaba de chica cuando iban a pasar el verano despues de las fiestas.

Solo buenos recuerdos habían en esa casa y se sentía mal de llenarla ahora de su energía tan sombría. Todo el tiempo que estuvo en España, anhelaba volver ahí. Cada vez que cerraba sus ojos en busqueda de paz, se encontraba ahí, al lado de su padre mientras pescaba, con el olor de la torta que hacia su mamá para el mate.

Se imaginó creando recuerdos propios de ella, recuerdos que no solo le traigan nostalgia, sino felicidad. Era consciente de con quien se imaginaba ahí, pero su recuerdo dolía tanto que corrió una de las sabanas blancas que tapaban el sillón para recostarse ahí y cerrar los ojos, para poder descansar un rato antes de ponerse a ordenar la casa.

⋆* ☾ ⋆*

¡Agarrala por favor que se va a caer!- grita Gala desde el interior de la casa.

No se va a caer, estoy yo.- dice una voz riendo, no podía discernir quien era porque estaba de espalda.- Aparte esta mojando los piecitos nada más.

Bueno, cuidado que hay peces.- dice sonriendo, acercandose al hombre y la pequeña.

No creo, tu papá me parece que los pescó todos.- se rie dandose vuelta. Lionel estaba con una sonrisa, un poco moreno y alzando una beba en sus manos.

Pasandosela a Gala, ella se quedó mirando extrañada. ¿Por qué se sentía tan raro pero tan normal al mismo tiempo? la respuesta le pegó rápido. Era un sueño.

La primera vez en toda su vida, donde tenía un sueño pero podía darse cuenta que lo era mientras lo estaba viviendo.

Dejandole un beso en los labios, estiró una manta para que los tres puedan sentarse a mirar el atardecer por encima del lago. Las abrazó como si fueran a escaparse y un dolor fuerte en el pecho se hizo presente al darse cuenta que todo esto era una fabricación de su cabeza.

Lo miraba atenta, lo había extrañado. Desde que se conocieron, no habían estado tanto tiempo separados como ahora y le dolía demasiado.

Yo te dije que iba a tener tus ojos.- le dice sonriente.

DOBLE VIDA - Lionel ScaloniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora