╚ Porque ya tienes a alguien que en casa te espera
Ella sí tiene todo lo que yo quisiera
A mí no me importaba que todos supieran
Solo me importó que tú no me entendieras ╗
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• Contiene escenas +18
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Estaba entredormido, generalmente para levantarse hacía falta una alarma, pero esta vez se levantó sin necesidad de ella.
El cosquilleo en sus piernas, que subía a su abdomen descubierto lo relajaba. Suaves manos recorrían su cuerpo, las sentía y no quería dejar de hacerlo, temía que si abría los ojos iba a parar.
Tirando su cabeza para atrás, se dejó acariciar sin recelo alguno. Las uñas largas se acercaban a su abdomen bajo y él se tensaba pero disfrutaba. Con la otra mano hacia lo mismo por sus piernas, pero subiendo hacia donde él más lo necesitaba.
Lionel suelta un gemido reprimido, evitando hacer mucho ruido cuando la mujer solo lo había estado acariciando. El poder que tenía sobre su cuerpo era inmaculado y si fuera por él, se quedaba así toda la vida.
Cuando comenzó a sentir besos humedos por su pecho, no pudo resistirse más y abrió los ojos. Los ojos color miel que le pertenecían ya lo estaban mirando atentos, algunas mechas de pelo se desparramaban sobre la cara de Gala y él se encargó de correrlas para poder verla bien.
Su mano se posó en el pelo de ella y la sostuvo ahí, mientras miraba como la mujer lo mimaba. Sus besos subieron hasta su cuello y cachete, mientras su mano se posaba ahora si sobre su entrepierna, poniendolo más duro de lo que ya estaba con solo caricias.
¿Que querés que haga Lio?- le dice susurrando cerca de su boca.- Vos sabes que me lo decis, y yo hago lo que vos quieras.
Gala...- solo responde con una voz grave. La mano de la mujer lo estimulaba a tal punto que le quitaba el habla.
¿Que Lio? Estoy acá para vos, solo para vos.- le susurra con sus labios carnosos casi pegados a los suyos.
Un golpe fuerte se escucha, alarmando a ambos.
Dos golpes seguidos.
Tres golpes seguidos.
¡Lionel abrí la puerta, ya es tarde.!
La voz de Samuel se podía escuchar ahora más fuerte, alertando a un destartalado Lionel quien se levantó de la cama en la que yacía solo. Sin Gala a su lado, sin sus manos suaves y sus uñas puntiagudas.
Era mucho para asimilar, pero tenía que ir a abrir la puerta, solo un poco para que no puedan ver el asunto en sus pantalones.
¿Que querés Walter?- le dice con cara de pocos amigos.
Te estabamos esperando con Pablo para desayunar como siempre y no viniste.- le dice como si fuera obvio que es lo que pasaba.- ¿Vas a venir?
Si, si. Ya voy, dame 10 y bajo.- le dice intentando que se vaya.- No me sonó la alarma.
Satisfecho con la respuesta, se retira, dejando a Lionel con su cabeza apoyada en la puerta sin saber como seguir.
Se acuesta en la cama, en la misma que segundos atrás estaba compartiendo con Gala en sus sueños. Ya no solo le quitaba el sueño por la noche, sino que lo aprisionaba por las mañanas.
