La chica amaneció un poco mejor, pero le dolia la garganta todavía y quería convencer a su padre de que ya no la inyectara ese día, pensaba mentirle y decirle que ya no estaba enferma, pero su voz decía otra cosa. No podia decirle una mentira a su padre, pues el se daría cuenta de que mentir y lo que menos quería era meterse en un problema y la castigaran por mentir, sabia que su padre no toleraba las mentiras. Lo malo era que al tocarse la frente sintió que estaba algo caliente y supo que su plan se había venido abajo. Arturo se desperto y lo primero que hizo es fue a ver a su hija, quería saber como había amanecido. Entro al cuarto sin hacer ruido pensando en que Alexa estaba dormida, pero estaba viendo su celular.
-Hola mi amor ¿como amaneciste?
-Mejor papá, pero no totalmente recuperada.
-Es normal mi amor, apenas tienes 1 día de tratamiento-le sonrío-¿tienes fiebre?-dijo tocandole la frente-si un poco-dijo preocupado.
-Papá-dijo con pesar.
-Tranquila-sonrío por la reacción de su hija-estas tibia nada más, pero debe ser porqué aun la infección no se va por completo, lo que es normal, pues no llevas más que un día de tratamiento, hoy ya será el segundo y eso va a hacer que la infección vaya bajando-le hizo un cariño en la mejilla derecha.
Alexia temía que su padre le dijera eso, pues no quería recibir la inyección, quería evitarlo a toda costa y buscaría la manera de como hacerlo.
-Voy a ir a hacer el desayuno para después darte una pastilla para que te baje la fiebre y después ponerte...
-No lo digas-dijo rápidamente.
Arturo solo se rio por el comportamiento tan infantil de su hija.
-Ahorita te hablo para que bajes-le dijo aun sonriente.
Alexa tenia miedo y su padre lo sabía. La chica se quedo viendo su celular, se estaba mandando mensaje con sus amigas, pues era sábado, sus amigas estaban un poco preocupadas por ella, pues les dijo que estaba enferma y le estaban preguntando como estaba. Alexa escucho que su padre la estaba llamado y salió de su cuarto para ir al comedor. Al llegar le ayudo a su padre a poner la mesa y los dos sd sentaron a comer, Alexa estaba batallando un poco para tragar la comida, pues la garganta le dolia mucho. Los dos desayunaron en completa tranquilidad. Al terminar Alexa llevo los platos al fregadero y su padre los lavo. Ella se fue a su cuarto, estaba hablando con sus amigas, cuando escucho los pasos de su padre por el pasillo y rápidamente se metió al baño.
-Hija-dijo Arturo tocando la puerta-¿puedo pasar?
-Me estoy bañando papá-dijo quitándose la ropa.
-Okey cariño-le dijo-ya que termines me avisas.
-Si pa-dijo metiéndose a la regadera.
Arturo se dio cuenta de lo que su hija estaba haciendo, se rio un poco y se fue a su cuarto para ver un poco de televisión. Alexa estaba haciendo tiempo en la regadera y no quería que su padre fuera a regañarla, por lo que decidió salir después de 40 minutos. Se cambió tranquilamente. Al terminar se quedo revisando un momento su celular. Arturo estaba viendo el reloj, pero sabía la razón de la tardanza de su hija, tenia mucha paciencia con ella. Alexa dejo su celular de lado cuando al tragarme saliva la garganta le dolió mucho y fue la razón que estaba esperando para dejar que su padre la inyectara. Fue a su cuarto a buscarlo.
-Papá-dijo aflijida.
-Ya era hora cariño-dijo riéndose al verla.
Alexa tenia una carita que parecía de niña pequeña, estaba con un puchero que enternecido a su padre.
-Cariño ¿quieres que lo haga aqui o en tu cuarto?
-A decir verdad papá, no quiero que lo hagas.
-Cariño-dijo con pesar.
-Aqui papá-dijo.
-Muy bien, ahora regreso-dijo tranquilo.
Arturo sabia que inyectar a si hija sería difícil, pues el día anterior no sabia que el líquido dolia y ahora ya estaba enterada. Fue a la cocina para preparar la jeringa, pudo haberlo hecho delante de su hija, pero no quiso que viera la aguja y aumentar el miedo que veía en sus ojos. No tardó mucho en preparar la jeringa y volvió a su cuarto. Alexa estaba sentada en la cama viendo al piso, movia los pies en señal de estar nerviosa. A Arturo le dieron ganas de tratarla con pastillas, pero la voz de su hija le indico que si necesitaba el antibiótico inyectado y su salud era su prioridad máxima.
-Listo mi princesa-le dijo amable-acuéstate boca abajo.
Alexa se desabrocho el pantalón ya con lágrimas en los ojos y se lo bajo un poco de la parte izquierda junto a su ropa interior y se acostó, se puso en la orilla.
-Tranquila mi amor, es muy rápido-Arturo intento darle ánimos y de paso que se calmara un poco.
-Tengo miedo papi-le dijo llorando.
Siempre que Alexa tenia mucho miedo lo llamaba papi y se iba moviendo más para el medio de la cama.
-Mi princesa por favor no te muevas, ya vas a media cama-dijo serio, pues no quería reírse y que su hija se sintiera mal.
Alexa regreso a la orilla. Arturo paso por su glúteo el algodón con alcohol. Alexa se puso dura.
-Cariño si te pones dura te va a doler el piquetito-le dijo tranquilo.
-Papá-dijo llorando-no puedo estar tranquila cuando se que me vas a picar con una aguja.
-Piensa en otra cosa amor-dijo destapando la jeringa.
-No me la vayas a dejar caer, por favor.
-¿Cómo crees cariño? Nunca haría eso, no te muevas, respira profundo-le dijo-piquetito.
Alexa apretó su glúteo. Arturo espero a que se relaja para meter la aguja, cuando lo hizo la metió con mucho cuidado.
-Papá-brinco al sentir el piquete-duele-se quejo poniéndose dura.
-Cariño lo estoy haciendo lo más despacio posible, pero estas apretando y si no te relajas, voy a tener que sacar la aguja y darte otro piquete-le hablo amable.
-¡No!-grito-por favor no-lloraba.
-Relajate cariño-le pidió amable pues no quería ser duro con su hija.
Alexa lo hizo, Arturo termino de meter el líquido, tuvo que hacerlo un poco rápido, pues sabia que Alexa no estaba aguantando.
-Papi duele, por favor ya sacala-estas llorando más fuerte y desesperada.
-Ya termine-dijo sacando la aguja.
Le dijo el algodón y subió su ropa. Arturo se acostó con ella en la cama y se pusieron a ver una pelicula. Alexa a la mitad de la película se quedo profundamente dormida en brazos de su padre.
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Miedo a las Agujas E Inyecciones
RandomNiños, adolescentes y adultos con miedo a las inyecciones y agujas