Una semana después.
— ¿Qué animal tienes tú, Alaia? — pregunté, con el entrecejo fruncido.
— Pues tengo un delfín — respondió mirando el cuaderno.
— ¡Pero si me has copiado! — bramé yo.
— ¿Qué querías que hiciera? — se defendió —. ¡Has puesto la letra D, es muy difícil!
Gruñí.
— ¿Sabes? No te golpeo por Kylie. No quiero que se lleve una mala impresión de mi.
La mencionada carcajeó. Robándole un beso a su novia, Alaia, quien había decidido hablar con nuestros padres hace poco sobre su relación con Kylie. Ellos lo aceptaron con total comprensión, cosa que hizo muy feliz a mi hermana menor. Así que ese día Alaia aprovechó que estábamos todos en casa e invitó a Kylie.
Kylie era una chica afroamericana. Tenía los rulos más bonitos que hubiese visto jamás. Era cool y una chica con valores. ¿Qué más se podía pedir?
Mi mirada recayó en los chicos que subieron al techo de la casa. Aaiden me sonrió nada más verme. No dudé en brindarle un espacio a mi lado. Por otro lado, Maia optó por unirse a las chicas en el sillón contrario.
— ¿Saben que estaba pensando para mi cumple? — la emoción de Maia fue más que evidente. La incitamos a continuar —. Mamá ha dicho que puedo escoger uno de los hoteles en otro país. Claro, siempre que sea uno de la cadena familiar. Pero, ¿a qué no saben qué es lo más cool?
Levanté una ceja.
— ¡Que será en Reino Unido! Papá ya está haciendo todas las reservaciones. Incluso puedo llevar uno que otro de mis amigos.
Mis hermanas no tardaron en entablar una conversación sobre aquel tema. Sin embargo, mi mente se alejó de su conversación. Si mal no recordaba, Aaiden era de Reino Unido. ¿No le incomodaría volver a su país?
— Está decidido. Será Inglaterra — finalizó Maia, quien bajó del techo junto a mi hermana menor y su novia. Permitiéndome un tiempo a solas con el ojiazul.
— ¿En qué país vives tú? — cuestioné con suavidad.
— En Inglaterra — suspiró. Imité su acción.
— Y... — no sabía que palabras utilizar sin aumentar la tensión.
— Estoy de acuerdo — concluyó —. El juicio por la custodia de mis hermanos será en un par de semanas. Tú madre comentó que lo mejor es irnos desde antes y el cumpleaños de Maia es la excusa perfecta.
— ¿Extrañas tu país? — me atreví a preguntar.
— Mucho. Deseo encontrarme con mis hermanos y amigos.
Sonreí un poco. Me alegraba que tuviera una pequeña oportunidad de retornar a su país y estar con sus allegados. Sé que le agradaba nuestra compañía, pero no era lo mismo que estar en casa.
— ¿Me enseñarás Inglaterra? — cuestioné, coqueta.
— Dalo por hecho — respondió de la misma forma.
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— ¿Qué debería escoger yo? — Maia movió los brazos mostrándole un suéter muy lindo de color platino y un jersey rosa a Aaiden, quien había sido obligado a venir alegando que el sí sabía del clima en Inglaterra.
Era evidente que Aaiden intentaba ayudar. No obstante, su rostro expresaba a gritos que prefería estar en cualquier otro lugar que no fuera un centro comercial.
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Mi cliché de verano.
Teen FictionY todo empezó como un santo cliché. La vida de Laia era sencillamente ordinaria. Nada fuera de la rutina que ella conocía solía suceder. Hasta que un día su madre les confesó una horrenda noticia: uno de los hijos de su mejor amiga se mudaría en su...