Cap. 11: la primera cita.

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Mis lágrimas no paraban de rodar por mis mejillas. Aaiden me apretó con fuerza. Lloré en su hombro. Permanecíamos sentados en su cama. Yo estaba encima de él en tanto Aaiden acariciaba suavemente mi espalda.

— Cariño... una persona tan mala como Nashla no merece tus lágrimas. Tú no merecías nada de lo que hizo. Todo lo que dijo sobre ti no son más que palabras cargadas de odio y envidia. No eres nada de los que esas chicas te dijeron.

Levanté la vista. Nuestras miradas se conectaron. Aaiden limpió suavemente el rastro de mis lágrimas. Me imaginé el rímel corrido. Debía parecer un verdadero desastre.

— Fue muy cruel — sollocé — Todo el tiempo pensé que fueron las animadoras quienes me habían grabado junto a Jace. No puedo procesar que Nashla haya compartido ese video y hecho memes sobre las infidelidades de Jace. ¿Qué le he hecho yo?

Controlé un hipido.

— Las personas como Nashla no necesitan argumentos válidos para intentar dañar a alguien. Se nota que el odio corre por sus venas, Laia. Ella nunca supo lo que es ser una amiga. Tarde o temprano alguien le pagará con la misma moneda.

Sollocé.

— No merece tus lágrimas. No merece disfrutar que estés en este estado. No la perdiste, en realidad ganaste. Debes ser feliz estando alejada de una persona como ella. A puesto que el aire se sentirá liviano sin las malas vibras que esa pesada ocultaba.

Reí ligeramente. Era cierto. No merecía sentirme de una forma tan triste por culpa de ella. No dejaría que ellas se rieran de mi, tampoco aceptaría que sus palabras me atormentaran. Yo era mucho y mucho merecía. Nadie debía hacerme cambiar de opinión.

Abracé a Aaiden con fuerzas. Agradeciendo internamente el tenerlo a mi lado con tal dulces palabras. ¿Quién iba a imaginar que aquel chico que sin querer me golpeó en la playa terminaría robándose una gran parte de mi corazón?

— Lamento que no hayas podido disfrutar tu bikini — Aaiden se quedó pensativo unos segundos. Pero luego sonrió, como si una gran idea hubiera pasado por su cabeza —. Laia, ¿me harías el honor de poder llevarte a nuestra primera cita?

Aaiden se levantó conmigo en brazos. Luego, me dejó en el suelo.

— ¿A-Ahora? — pregunté yo.

— Sí — sí no me equivoco, una sonrisa nerviosa cruzó su labios —. Me gustaría restaurar tu sonrisa. Y de paso, pasar tiempo con la chica que me trae un poquito loco.

Reí ruborizada.

— Sí puedes, quédate con el bañador. Tan solo ponte algo encima. Yo me encargaré de todo.

Dicho esto, besó mi frente.

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Saqué mi cabeza por la ventanilla del auto de Aaiden. Me encantaba aquel auto azul que tanto me recordaba a Patrick Jane.

Me sentía más tranquila después de todo lo ocurrido. La brisa movía mi rojo cabello. Aaiden posó su mano libre en mi muslo. Una sensación súper agradable me abarcó. Un cosquilleo inmediato no dudó en extenderse. Llegamos a una abertura por la carretera. Aaiden se adentró hasta apagar el auto.

Le ayudé a bajar una canasta un poco pesada. Tomó de mi mano guiándome, adentrándonos por medio de frondosos árboles y arbustos. Reímos un par de veces al casi caer.

— Hemos llegado — canturreó.

Un hermoso lago de aguas claras se extendía frente a nosotros. Mi sorpresa fue bastante notoria, se encontraba completamente desolado. Le seguí hasta la orilla del lago, donde Aaiden tendió una gran manta de picnic. Quité mis zapatos sintiendo el agua fría acariciar mis pies. Era agradable.

Mi cliché de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora