Rebecca se removió en el nido. Estaba de espaldas a Freen, con el pecho caliente de la alfa pegado a su cuerpo. Esa posición le gustaba mucho, ya que su creciente estómago quedaba de lado y era más cómodo, además los fuertes brazos de la alfa eran como un ancla que la mantenían firme.
Suspiró complacida.
Entre sueños, la Pelinegra la estrechó más hacía sí misma. Sentía su respiración ardiente en su nuca, y la mano protectora encima de su vientre.
Freen está muy caliente, pensó.
Abrió de repente los ojos, grandes como un plato. Había algo más... algo más, pegado a su cintura baja. Algo duro, y grande. Tragó saliva.
Intentó moverse hacia delante, pero Freen gruñó entre sueños. Todo su cuerpo vibró, y su entrada empezó a palpitar despacio y a humedecer lentamente.
Como pudo, dio vueltas entre el brazo y el cuerpo de Freen, quedando a un palmo por debajo de la cabeza de la mayor, justo en su cuello. La piel ardía, le llegaba las ondas de calor que irradiaba.
El día recién estaba empezando, las nubes tiñen de gris el cielo londinense. Fuera hacía frío, todavía el clima imperioso se rehusaba a desaparecer.
Al estar tan cerca, se dio cuenta.
Por un instante temió. Cerró los ojos, y pensó. Recordó. Todos esos alfas que le habían maltratado, de los que tuvo que hacerse cargo siendo apenas una adolescente, y Non. Pasaban como una mala película por su mente, imagen tras imagen.
Grandes, fuertes. Manos sosteniendo su cuerpo, su boca. Flashes. Rostros difuminados, olores que se desvanecían, días y noche.
Sacudió esos pensamientos de su mente, porque esa había sido otra vida aunque no hubiera pasado tanto tiempo parecía muy lejano, aunque por momentos también cercano.
Pero no, no eran ellos quienes estaban a su lado en ese momento. Es Freen, se obligó a pensar. Freen. Freen. Es la mejor alfa que conoció nunca, que la trata bien, que es dulce y amable, que la quiere y la respeta, tanto a ella como al cachorro, que le brinda su calor por las noches y su brazos cálidos de día. Que la besa tan dulce, tan suave, tan delicado. Cómo si... como si ella valiera algo en verdad.
Como si valiera.
Tragó.
ㅡFreen ㅡsusurró. Esta se movió, y su dureza pegó en el muslo de la menor. Sonrió, apenada. ㅡFreen, despiértate. Alfa, por favor ㅡrogó, moviendo el hombro de la alfa.
Miraba sus facciones. Fascinada. Freen era como una Diosa, con sus perfectas facciones delicadas y un suave perfil.
Hubo un pequeño gruñido. Se movió. Le besó la mejilla. Sus labios eran fuego, y el aroma que desprendía la alfa era cegador.
ㅡRebecca ㅡsusurró, todavía dormida. Su boca entreabierta, y su cabello revuelto.
ㅡFreen... estás... estás ㅡbalbuceó. ㅡ¡Alfa! ㅡLlamó, más alto al ver que Freen pretendía seguir durmiendo.
ㅡ¡Si! ㅡSe sentó de repente, con la mirada nublada. ㅡ¿El cachorro? ¿Es hora...? Las cosas... ㅡMurmuró atropellada.
Estaba perdida.
Rebecca murió de amor, un poquito más.
ㅡNo, no Freen ㅡla calmó. Le tocó la espalda, y estaba sudada y caliente. ㅡNo es el bebé, tranquila alfa. Tranquila.
Freen parpadeó. Gimió bajito.
Miró hacia los costados, la pequeña omega tendida en su lado con las mejillas rojas y tratando de evitar su mirada.
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BURDEL •Freenbecky•
FanfictionSarocha Chankimha es una alfa, fuerte y segura, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligada por su amiga de la vida, pero está está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a una ome...