Freen conducía con tranquilidad, sonriendo hacia su omega que tenía la cara de felicidad pintada en su rostro.
Estaban volviendo de una pequeña tienda de ropa para bebés recién nacidos, y Rebecca tenía en sus manos un par de pequeños escarpines blancos tan, tan, chiquitos que entraban en su dedo pulgar.
Habían comprado bastante. La omega se enloqueció con los enteritos, pantalones y gorritos. Freen eligió batitas de varios colores. Eran neutros, verdes y blancos. Con mariposas, autitos, gatitos.
Rebecca no quería ropa que tuviera género, y eso le pareció adorable a la mayor. También compraron cambiadores, bolsos para llevar todo lo que necesita. La omega miraba con ilusión todo, y le brillaban los ojitos viendo cada prenda, tocando la suavidad con sus dedos, oliendo el aroma a perfume suave.
Parecía que el bebé era ella y no quién estaba en su vientre y Freen pensó que era la cosa más hermosa del mundo, ver la emoción a flor de piel en la menor, pero se derritió un poco más de amor cuando apoyó los pequeños escarpines en su vientre e hizo que diera pequeños pasos sobre la tela de la ropa, que la marcaba aún más. Freen la tuvo que besar ahí, se la quería comer entera. La omega era la más sonriente de la tienda, con sus dientes blancos y sus labios cerezas.
Rebecca volvió a llorar cuando vieron la cuna que podría ser para Richie. Compraron una, que iban a llevar directo hasta la casa. También consiguieron pañales, mamaderas, peines, shampoos y una bañera.
Era realmente hermoso ver cómo todo iba tomando más dimensión. Ver el carrito lleno con todo lo que necesitaban, como Rebecca reía y señalaba algo que inmediatamente Freen lo guardaba.
Rebecca amaba la cara de Freen, conteniendo las lágrimas con cada cosita nueva que agregaban a la lista.
Hablaban y elegían, y la omega era el ser más feliz y Freen quería que fuera siempre, siempre así.
Salieron, con las bolsas llenas, así como su corazón rebosante de alegría. Cargaron el auto, y fueron a la consulta que tenían pactada para ese día.
Freen no dijo absolutamente nada del auto que vio que las venía siguiendo.
°°°°°°
ㅡLa presión arterial está bien, pero el ritmo cardíaco es un poco alto ㅡmurmuró la Dra Ramos, hacia Rebecca y Freen, mirando el monitor que indicaba los niveles. ㅡNecesito que te relajes un poco, Rebecca.
Rebecca asintió, un poco más nerviosa por lo dicho.
Estaban en la consulta para decidir bien qué fecha iba a nacer el cachorro. La doctora quería programar la cesárea para dentro de dos semanas, para así asegurarse que llegue a término.
ㅡ¿Pero está todo bien? ㅡMurmuró la pregunta la omega, sosteniendo la mano de su alfa, mientras la enfermera tomaba nota de los valores, terminado que la respuesta no sea la esperada.
ㅡSí, todo lo demás está perfecto, Rebecca ㅡse acomodó las gafas de pasta oscura. ㅡTodavía es pronto para nacer, si entraras en labor en este momento el bebé nacería un poco prematuro, eso no es bueno ㅡinformó. Rebecca tragó saliva. ㅡEstas a ya de treinta y seis semanas, pero aun así lo que necesitamos es que puedas llegar al menos a la treinta y siete. Lo óptimo es entre las treinta y ocho hasta las cuarenta y dos, pero no llegaras a tanto. Es por eso que vamos a agendar para dentro de dos semanas, así nos aseguramos de que todo esté bien.
Ambas suspiraron. Todo iba bien por el momento. Rebecca tenía una panza muy grande que sobresalía por debajo de cualquier cosa que se pusiera salvo que fuera alguna de las grandes camperas de su alfa.
ㅡ¿Y qué sucederá si no llegara a esa fecha? ㅡConsultó la alfa, un poco pálida.
La enfermera parpadeó.
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BURDEL •Freenbecky•
FanficSarocha Chankimha es una alfa, fuerte y segura, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligada por su amiga de la vida, pero está está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a una ome...