Irin suspiró, tranquila en el hombro de la alfa pelinrgra. Jugó con el suave cabello, haciendo pequeños rulos con sus dedos.
Estaban en la misma habitación de siempre, con la iluminación habitual y todos los aromas flotando en el aire.
Noey, como todas las veces, hundía su nariz en el cabello de la omega para llenarse sólo de su aroma y dejar los demás fuera de su sistema. Gruñó, cuando la chica se movió en su lugar intentando salir de los brazos de la alfa.
ㅡMmm, mía. ㅡgruñó posesiva al oído. Los muslos de la alfa se movían debajo de Irin. Se dejó caer de nuevo.
ㅡSí. Tuya, pero me tengo que bañar alfa ㅡmurmuró. Sonrió cuando la alfa mordisqueo su orejaㅡ. Pronto tendré más clientes, y me debo preparar.
La alfa negó. No quería soltarla.
ㅡPagaré otro turno ㅡmurmuró, sobre la cabeza de la chica. Afianzó su agarreㅡ. Por favor, no. Quédate, Omega.
Hacía ya varios meses que Noey y Irin tenían encuentros que nada que tenía que ver con una relación de -cliente y contratado-. La alfa venía todas las semanas, y se quedaba por lo general toda la noche con la omega, y a está al principio le parecía un tanto extraño. La primera noche, tuvieron sexo pero la alfa en lugar de irse, luego, sin darles siquiera una mirada a la rubia, se quedó. Le pidió dormír con ella, y eso le sorprendió porque la mayoría solo buscaba saciarse las ganas y luego desaparecer. Era lo común, lo que todos hacían después de usar los cuerpos que allí habitaban.
Las noches venideras, ni siquiera había intento de intimidad sino simplemente hablar o dormir una abrazada a la otra. Irin pensó que la alfa lo hacía porque simplemente estaba sola, y no tenía a nadie más que le acompañase pero todo cambió cuando Noey le pidió que se fuera con ella, una de esas noches en las que la luna era eterna ahí fuera, que dejara ese lugar y que fuera solamente suya, en todos los sentidos.
Irin casi se desmaya ante aquel pedido. Por supuesto no aceptó. No podía. Luego llegó la fiesta de Chankimha y Noey ofreció pagarle por todas las horas para que la acompañara, pero la omega se negó a cobrar la parte que le correspondía por ese tiempo. Como a todos los que estaban ahí, en ese Burdel, una parte era para los dueños del lugar y sólo le pidió el dinero necesario para no tener problemas, porque sí los podía tener. Y muy grandes. Había visto muchos omegas tenerlos a causas de alfas molestos.
Para ese entonces, Noey ya se había propuesto todas y cada una de las veces ir a verla, y a Irin le costaba cada vez más decirle que no, por más que desease lo contrario. La alfa argumentó que era su alma gemela, y Irin ya estaba seguro que ella era la suya también.
Pero no podía. Simplemente no podía irse.
ㅡVen conmigo ㅡsuplicó la alfa, con ojos grandes y oscuros. Brillantes y suplicantesㅡ. No quiero...no te quiero más aquí. No más clientes, por favor Irin ㅡsusurró, poniendo en palabras su más profundo miedoㅡ. Me muero por pensar que no me quieres. Que no sientes lo mismo que yo.
ㅡNo, no, no, Noey ㅡse apresuró a decir, acunando el rostro de la altaㅡ. Yo sí te quiero, alfa. Te quiero, pero no puedo irme. No puedo.
ㅡYa te lo dije, ven conmigo. Vamos a solucionar todo, tu familia...lo que sea que te detenga en éste lugar, omega.
ㅡMi familia depende de mi. ㅡle dijo, con voz cansadaㅡ. Mi padre omega está postrado en una cama, con un lazo roto y dejándose morir. Tengo tres hermanitos a los que mantener, simplemente no puedo...dejar todo.
Noey iba a hablar, pero tenía el corazón roto por la historia de Irin. Era la primera vez en meses que la omega le contaba el por qué estaba ahí, sabía que no era como la de Rebecca, que había estado por obligación. Que no tenía alguien que la manejara, y era por eso que no entendía por qué Irin no quería o no podía dejar ese inmundo lugar.
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BURDEL •Freenbecky•
FanfictionSarocha Chankimha es una alfa, fuerte y segura, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligada por su amiga de la vida, pero está está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a una ome...