BURDEL •Freenbecky•

Extra III Parte III | Verdad y pasado|

Richie terminaba de desayunar para cuando vio por la ventana del living estacionar un auto muy parecido al de su madre alfa. Tragó el último bocado, y bebió un poco más del té que tenía en su taza.

Había sido una noche... complicada, por decir poco, no durmió tan bien como lo hacía en su casa y no por falta de comodidad sino por todos los pensamientos que flotaron en su mente todas esas horas en las que estuvo completamente sólo. Tuvo tiempo, bastante, para enfriar un poco todas las emociones que habían recorrido su cuerpo. Él, escuchando a su madre decir que Freen no era su madre biológica, que Rebecca pensaba que otro alfa iba a llevárselo, lo cual no entendía ¿Eso quería decir que ese alfa lo buscaría? También escaparse en la noche e irse a la casa de sus tías y por no mencionar lo que Sawaros dijo... eso de que había muchas cosas que él no sabía y el por qué se rehusó a decirle la forma en que sus madres se conocieron, y qué quiso decir que estaba en la decisión en su madre omega contarle o no ¿Quería decir eso que había algo malo en el pasado de su madre que no pudieran saber? ¿Que Rebecca tenía un pasado feo y aterrador, tanto como para que nadie quisiera hablar de ello?

Efectivamente no sólo parecía ser el auto de sus madres, sino que eran ellas. Minutos después el timbre sonó, y su corazón empezó a latir con más fuerza. Sus palmas sudaban, y no quería admitir, pero también tenía miedo, un poco al menos, de que estuvieran enojadas con él y el castigo que iban a darle por haber desaparecido de su casa.

Sawaros abrió la puerta, mientras Jim se llevaba a sus dos primos, Liam y Thon, a su habitación para vestir a cada chico e ir al parque, aunque fueran a penas las 9.am. Richie sabía que era para darles privacidad a él y sus madres de hablar sin temor a que nadie los escuche.

Sintió un tirón en pecho cuando notó las bolsas oscuras debajo de los ojos de su madre omega en el momento que esta entró, evidencia de que tampoco había dormido mucho. Sus ojos rojos y su pelo mal peinado, el aroma a tristeza lo golpeó justo en sus sentidos. Freen no se veía nada mejor, si cabe decir algo al respecto.

Se generó un silencio bastante incómodo cuando los tres pares de ojos se encontraron. Los grises vagaban de los miel a los marrones, sin decir una palabra.

-Por favor, escucha a tus madres amor -ni siquiera se dio cuenta cuando Sawaros se acercó, solo cuando ella susurró esas palabras y después dejó un beso en su frente -iré a buscar a Jim y los chicos, si quieren pueden desayunar, ir al living o a la habitación de huéspedes o a la mía -dijo de repente, aunque se sintió estúpida y los nervios le ganaron.

-Esta bien Sawaros, gracias -Rebecca sonrió apenas a su hermana, a la que había abrazado con fuerza cuando esta le abrió la puerta y le susurró un gracias por haber cuidado de su bebé.

La chica desapareció por las escaleras, y otra vez eran ellos solos.

Sin dudar, Rebecca se acercó a Richie y se fundió en un abrazo casi desesperado. El chico no dudó en devolver el abrazo, más allá de que estaba un poco enojado aún y dolido, era su madre después de todo y por supuesto lo amaba.

-Mi amor, estaba tan preocupada por ti -le susurró la mayor, acariciando la espalda de chico y apretándolo contra su cuerpo con fuerza como si fuera a desaparecer en cualquier momento -¿Te encuentras bien, Richie? -preguntó cuándo se separaron, mirándolo directo a los ojos llenos de lágrimas. Richie asintió, evitando con todas sus fuerzas llorar en ese momento, y Rebecca le apretó los cachetes, los brazos y el torso, como buscando alguna herida invisible. Su omega interna aullando desesperada por saber si a su cachorro le había pasado algo malo..

-¿Para tu madre no hay un abrazo? -Freen preguntó, detrás de su omega, viendo la escena. Su voz un bastante triste, pero aún alegre de ver qué Richie estaba en una sola pieza tal como Sawaros le había asegurado.