Fiesta de bienvenida a "nuestra" nueva casa, casi parece que fue ayer cuando ella se marchó, pero lo que en un principio iba a ser una semana, llevó casi un mes. Ainhoa me obligó a cortar todo tipo de contacto con ella. Cuánto la extraño.
Ella contrató un servicio de comida, se encargó de invitar a nuestros amigos y familia. Está muy emocionada y a mí me da igual, en el tiempo que llevamos aquí, ella desempacó, ordenó y decoró la casa, eso le tomó más de una semana y quién la ayuda es Killian, mientras yo solo estoy acostada durmiendo casi todo el tiempo que paso aquí o encerrada en la habitación, solo saliendo a trabajar.
Me dejó un vestido para ponerme sobre la cama. Bajo con el puesto, es blanco holgado y lleno de flores rosadas. Mientras estoy en mi teléfono viendo las noticias de Cavanagh rompiendola en la sinfónica de Londres, me siento en el taburete de la americana. Está tan diferente, mucho más pálida y aunque sonríe su mirada es triste, también está más delgada se nota en su rostro.
—¿Otra vez viendo noticias de ella? —pasa Ainhoa por atrás, quitándome el teléfono.
—Dámelo —pongo la mano y ella me lo da de mala gana.
—Oye podrías ayudar un poco con todo, es tu casa y no has hecho nada en... —dice Killian.
—Si no sabés bajo que condiciones estoy aquí, mejor cierra el pico —me levanto para subir de nuevo.
—¡Audry! —él me llama— ella está haciendo todo para que la relación funcione —me frena a los pies de la escalera tomándome del brazo— podrías poner un poco más de voluntad.
—Me doy vuelta y lo empujo— Lo que ella está haciendo aquí es retenerme contra mi voluntad, cuando debería estar en Londres con la mujer que amo.
—Ella se marchó y te dejó, pero aquí como siempre, está Ainhoa a tu lado.
—¡PÚDRETE KILLIAN! Tú y ella.
—Dejala —ella lo toma del brazo que no tiene el yeso y me mira a los ojos.
—Te odio —le digo mirandola bajando un peldaño para quedar a su altura— estoy aquí porque no tengo opciones, pero te odio y aborrezco tu existencia.
Killian se queda con ella discutiendo abajo. Desde que estoy con Ainhoa él se ha alejado al menos de mí, pero se mantiene cerca de la castaña y a mí me da igual, después de todo era su amigo, no el mío.
La gente comienza a llegar y tengo que bajar a recibir a los invitados, fingiendo que estoy feliz de estar acá. Sé que hoy va a proponerme matrimonio vi el anillo que no se molestó en ocultar, por eso ha hecho tantos preparativos, como si tuviera la opción de negarme.
El ansiado momento se acerca, estoy a la orilla de la piscina, con alguien que me habla no se de qué, estoy perdida en mis pensamientos. La música se corta y Ainhoa se acerca a mí caminando, trago mi bebida hasta el fondo y dejo el vaso en la bandeja, hora de terminar con todo el show.
—Audry —todos voltean a verme— llevo enamorada de ti un buen tiempo —yo no— cuando te ví, supe que quería hacerte mi esposa —si porque fuiste tan agradable conmigo en el pasado— yo quería formar contigo una familia, —miro a mis amigas incómoda— cuando supe que te quería en mi futuro y la vida me dio una segunda oportunidad, tú me diste una segunda oportunidad —definitivamente fue mi culpa— ahora quiero saber —se agacha— si me harías la mujer más feliz del mundo dándome la posibilidad de —Killian me mira con ira— compartir un futuro juntas hasta el fin de nuestros días. —definitivamente no vamos a llevar tan lejos, pero jalo.
Abre la caja con el anillo que ya había visto, todos quedan espectantes ante mi respuesta, yo la miro y no digo nada, disfruto en cierta medida tenerla de esta manera. Sonrío viendo con placer su incertidumbre ante mi accionar, camino hasta el mozo con la bandeja llena de copas de champagne, tomo una y la bebo hasta el fondo, todo el mundo está en silencio y los murmullos comienzan a formarse, tomo otra volviendo a ella que sigue agachada, necesito un trago doble, triple y aguantar las ganas de vomitar ante las palabras que tengo que pronunciar. Vuelvo a ella que sigue agachada, cruzo un brazo por abajo de mi brazo derecho con el que sostengo la copa y tomo el anillo.
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Efecto Cavanagh
RomanceSe prometió a si misma que nadie nunca más le haría daño, pero sus promesas flaquean cuando Cavanagh aparece en escena y cuando su ex le pide una segunda oportunidad. ¿Quien ganará el duelo? ¿Que tan peligroso puede ser el amor?