CAPITULO III

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(Este capítulo contendrá un poquito del anterior pero desde el punto de vista de Kaigaku)




Cuando llegaron a la finca los recibió una señorita un poco rara según el, tal parecía que era de un nivel alto porque cuando apareció no percibió su presencia.

Zenitsu y esa extraña persona parecían que ya se conocían, intercambiaron algunas palabras y luego se despidieron, luego de unos instantes el rubio le dirigió la palabra exactamente no escucho con claridad ya que estaba perdido en sus propios pensamientos.

El menor entro a la gran mancion el desafío quedarse afuera porque no sé sentía cómodo estando allí, no fue mucho tiempo ya que el rubio llegó hasta donde estaba y le indico donde se quedaría.

Después de "despedirse" del rubio si eso se podía decir, entro a la habitacon por la ventana a primera vista era una pequeña recamara común, una cama, un pequeño estante con libros y una mesita de noche también algunos adornos en la pared, no le importaba mucho la habitación solo quería salir de ahí.

Mientras esperaba al  rubio se sento aún lado de ventana mirando al bosque, era tan extraño el sentimiento de melancolía que le daba cada vez que pensaba en cuando era tan solo un niño, no era el sentimiento de volver a esos tiempos sino más bien era extraño el que siguiera con vida tantas cosas que hizo mal tantas veces fueron las que roba e insultaba a los demás ahora al pasar de los años se a dado cuenta que jamás a reído como muchos de los  niños que a visto pues ellos reían con felicidad no con malacia, normalmente antes o después de  golpear y robar reía porque le daba gracia como le era fácil hacer este tipo de cosas, no le enorgullece para nada ¿Pero tenía otras opciones? No, tal vez si pero no eran las que el tipo de persona como el aceptará.

La mayor parte de su vida se la paso en un templo en el cual también avía más niños huérfanos, a deferencia de ellos el había sido abandonado por sus padres a penas cumpliendo los siete, su familia si eso lo era no era muy feliz al contrario siempre habían peleas y maltratos pero un día sin más se acabaron cuando sus padres ya no regresaron a casa todo fue rápido de la noche a la mañana, tal vez por eso no sintió triste ni dolor solo ira al darse cuenta que ya no tegrasarian se fue de su casa a buscar que comer y como sobrevivir fue ahí donde llego al templo después de eso no quizo recordar.

Después de huir del templo por razones las cuales se arrepente, conoció al señor Jigoro el cual sin saber se convertiría en su maestro, al pasar del tiempo su maestro llevó a un nuevo alumno Zenitsu su dolor de cabeza, le era difícil pensar como su maestro, el no le daba ni la más mínima esperanza que el rubio sobreviviera al mundo si jamás había estando en el realmente, no diria que el sabe cómo enfrentarlo pero si que el tipo de persona como Zenitsu le es aún más miserable la vida, el comportamiento del rubio le era estresante lloraba al no lograr lo que el maestro le decía, aún así por una o otra cosa insignificante sonreía al como dar los buenos días y las buenas noches, también no comprendían como su maestro se empeñaba en que el rubio siguiera el entrenamiento si el  mismo Zenitsu decía que renunciaba.

Recuerda un día en que Zenitsu y su maestro reían a grandes carcajadas, no comprendió el porque reían pero si el chiste, al no entender se retiró muy molesto, estando sentado en un árbol en la noche escucho que alguien se acercaba era el fastidioso del rubio, camino quedando a espaldas de el, si no hablaba no le era molesto.

_Kaigaku, ¿Porqué no ríes?_la pregunta sinceramente no la esparaba un buen rato se quedó en silencio, al darse cuenta que estaba pensando en una respuesta se dio cuenta que el mismo no lo sabía, ¿Cómo era posible que no supiera la respuesta de una pregunta tan tonta? ¿Porqué mierdas pensaba en una respuesta a la pregunta tan tonta del rubio? ¿Porqué le tendría que contestar?

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