Entrelazados

CAPITULO XIV

Talvez no fue una buena idea molestar a Inosuke, ¿Porqué?, bueno pues porque es peligroso molestar a un jabalí salvaje. Todo lo que quería era una venganza por todas aquellas ocasiones en las cuales el jabalí lo molestaba, claro esto era solo el principio pero también el final, no piensa otra vez volver a mencionar ese tema con el jabalí.

Ahora lo único en que pensaba es en el porque siempre parecía que el jabalí estaba molesto.

Dejando eso de lado, se enfocó en la próxima misión se preguntaba si está sería fácil, no quería volver a ver a sus compañeros destrozados por lo mal herido que estaba el pilar de la llama, hablando de el, aún no había despertado de su coma le preocupaba que jamás despertara o que al despertar perdiera la memoria, ha escuchado de muchos casos iguales y ojalá este no sea el caso.

Mira la entrada de la finca perdido en sus pensamientos, no quería volver a sentirse como esa vez no sabria realmente como manejar esto, se culpaba por muchas cosas hasta que en cierto punto se enojaba al imponerse esa culpa, ya era tiempo de estar en paz consigo mismo al menos por un tiempo.

Al parecer todos en la finca tenían sus propias preocupaciones y culpas que inponerse, pues todos estaban en un silencio profundo sin prestar atención a su alrededor.

No soportaba estar entre ese silencio, era sofocante he inaguantable camino hasta la habitación que compartía con el pelinegro, intento no hacer mucho ruido tomo uno de los libros del estante y tomo asiento a un lado de la ventana, encendió la lámpara de mesa y se dispuso a leer, el libro en si era muy extraño hablaba de hierbas medicinales además de algunas recetas de venenos.

No era una persona que le apasionara leer asi que después de algunas páginas lo dejo de lado, mira al rededor de la habitación hasta quedarse mirando al pelinegro cubierto por la sábana profundamente dormido, cada que pensaba en el pelinegro un sentimiento de opresión le inundaba el pecho, si algún día vencieran al rey demonio¿Kaigaku sobrevivíria? Sabía perfectamente que al instante que el rey demonio fuera vencido todos los demonios bajo su control morirían, esto significa que habrían unos pocos fuera de ese control pero quién le aseguraría que Kaigaku está fuera de ese control cuando sucediera eso, tantas preguntas sin respuesta.

Miro la catana del pelinegro preguntandose el porque no la usaba, después de todo el era quien sabía las demás posturas de la respiración del rayo.

~Talvez pueda preguntarle si puede enseñarme aunque lo dudo~ pensó en la posible respuesta negativa del pelinegro.

Estaba a punto de quedarse dormido no era fanático del silencio mucho menos de estar en un lugar sin hacer algo interesante, pensó en ir con sus compañeros pero temía interrumpirlo en sus tantas cosas que hacer.

De pronto se escuchó un gran alboroto en el piso de abajo, fue tanto que el pelinegro se estremeció moviéndose a los lados, Zenitsu al notar eso de inmediato fue a ver que pudo ser todo ese alboroto, camino a la puerta lo más lento posible la abrió y salió cerró la puerta con cuidado dejo el pasillo y bajo las escaleras encontrándose con bastantes personas, las cuales tenian vendajes en todo el cuerpo pero eso no les impedía festejar algo.

Se escabulló entre la pequeña multitud hasta que reconoció dos voces, intento escuchar con más cuidado dándose cuenta que se trataban de sus compañeros, ellos parecían ¿Llorar? si eso era el caso ¿Porque llorarían?

_Señor Rengoku!~_escucho como un susurro, pero eso era suficiente como para que se llanará de preocupación ¿Porque le lloraban al señor Rengoku? ¿Acaso ya despertó?  o  el ....

~No eso es imposible no! No no!~  se repitió las palabras que le había dicho la señorita Cocho, que el pilar de la llama estaría bien en un par de días ya había pasado lo pero.