Capitulo 8

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Después de un rato en que permanecieron en ese laboratorio, lograron calmarse pero escucharon un ruido proveniente de la parte trasera de este lugar, la puerta se abrió y salió el profesor Miguel de química.

—¿Qué están haciendo ustedes aquí?—Preguntó molesto observando los desastres en el salón.—Deben ser los nuevos sujetos de pruebas pero, ¿Por qué no tienen cadenas?

—¿De qué habla profesor?—Preguntó Carlos nervioso.—Simplemente nos quedamos atrapados aquí en el colegio y buscábamos una forma de salir, pero pasaron muchas cosas raras.

—Saben que está prohibido quedarse en la escuela.—Dijo aún más molesto.—Pero entonces él no se ha percatado de su presencia.

—¿Quién es él?—preguntó Daniela nerviosa.—¿Usted conocía esa cosa que nos perseguía? 

El profesor miró los huesos pero no dijo nada.

—¿Usted sabe algo profesor?—insistió Cesar—díganos qué pasa aquí.

Él seguía mirándolos pero no respondía sus preguntas.

—Mejor salgan de aquí ahora que tienen tiempo y si pueden, no vuelvan a este colegio.—Comenzó a caminar por donde había entrado —Vayan a la biblioteca, ahí hay una salida de emergencia. Salgan y que nadie más los vea. 

El profesor Miguel se encerró en la parte trasera del laboratorio y no permitió que ellos pasaran. Los alumnos quedaron más impactados y temerosos. 

Decidieron hacer caso e ir a la biblioteca.

De todos ellos, Cesar era el que intentaba mantener la calma y no dejarse absorber por el oscuro momento. Analizaba cada parte importante de los acontecimientos.

Los demás solo pensaban desesperadamente en salir de ese colegio y nunca volver.

Tras unos minutos llegaron a la biblioteca después de una larga carrera. Tiempo que para aquellos jóvenes fue una eternidad. 

Entraron  y comenzaron a observar el alrededor. La puerta no era visible y en su búsqueda miraron varias cosas interesantes.

—Miren esos archivos que están en el escritorio de la bibliotecaria- comentó Roberto mientras movía curiosamente el cajón—son expedientes con ilustraciones pero no logro entender bien. 

Los demás se acercaron y juntos analizaron los papeles.

—Debe ser algún libro histórico—Dijo Cesar con voz certera.

—No—Replicó Carlos—esos símbolos son satánicos. Mira, esa estrella es de 5 picos y adentro hay una deidad.—Tomó más hojas—este representa el culto oscuro tomando posesión en los humanos y este se le conoce como Baphomet, un demonio antigüo.

—Pero estas parecen fotos de humanos deformes—comentó Daniela.

No hubo más comentarios al respecto, Carlos tomó los papeles y subieron al segundo piso de la biblioteca para seguir buscando. 

En ese piso contemplaron una puerta color café que ya conocían pero nunca habían cruzado por ella ya que solo los profesores podían hacerlo según lo indicaba la bibliotecaria siempre. 

Con gran decisión optaron por abrirla, no costó trabajo y al abrirla observaron que no era muy grande el lugar pero había muchas pantallas y 3 computadoras que las direccionan.

—Son videos similares a los que vimos en el cuarto del conserje.—Dijo Roberto cansado.

—Pero este es diferente.—Respondió Carlos.—Miren aquí estoy yo por la tarde cuando entré a tomar el libro.—Encendió el botón para que corriera el video.—Estoy sentando buscando la información… pero esperen… la bibliotecaria se acerca a mí, ¿Qué es eso que tiene en la mano?—Miró con más atención acercándose a la pantalla.—Un aerosol y lo lanzó hacia mí, no recuerdo haber sentido nada.

—Pero mira.—Continuaba Cesar.—Parece que te quedas dormido.—Tomó del hombro a su amigo.—Es un sedante en aerosol y te lo roció.

—Por eso te quedaste dormido.—Comunicaba Daniela más tranquila.—Pero, ¿Por qué lo hizo? 

—Te esta cargando.—Continuó Roberto intrigado.—¿A dónde te lleva?

En el video no se podía observar a donde lo había llevado.

Continuaron mirando buscando en las demás pantallas si estaba la continuación de la escena pero no fue así. 

Vieron otro video donde aparecía nuevamente Abram, pero este se veía diferente, más pálido y mucho más delgado que en el video anterior. Había estado en ese segundo piso de la biblioteca pero no pudieron ver la fecha con precisión. 

Terminaron de observar las cámaras y buscaron algún otro documento pero nada más les pareció de interés. 

Bajaron nuevamente al primer nivel para buscar la salida de emergencia y se encontraron con una persona que estaba sentada en el escritorio, alguien que cuando entraron por primera vez no estaba ahí; era la bibliotecaria y de inmediato la calificaron como el enemigo.

—¿Por qué me hiciste esto?.—Gritó Carlos a la distancia.

—Ustedes no deben estar aquí.—Dijo ella aún sentada.—Pero ahora él se ha percatado de su presencia y desea tenerlos a todos.

—¿Quién es él?—Preguntó Daniela.—Pronto lo sabrán.—Tomó el aerosol y se levantó para ir contra ellos.—Por ahora sean buenos y duerman.

Todos retrocedieron pero la bibliotecaria fue tan rápida que los alcanzó. Carlos fue a la ofensiva, la tomó de las manos y los demás le ayudaron para poder derribarla y despojarse del sedante. 

La bibliotecaria se levantó y en su rostro se dejaron ver unas facciones de odio y rencor. Analizó la situación durante un momento y después sacó toda esa frustración dejándose ir contra ellos nuevamente.

 Fue difícil controlarla pero la superioridad numérica se impuso y la noquearon dejándola en el piso.

Asustados, encontraron otra puerta escondida cerca de la máquina saca copias. Estaba abierta y dedujeron que de ahí había salido su atacante minutos antes. Decidieron cruzar haciéndose varias preguntas: ¿A quién se referían con él?, ¿habría cosas peores del otro lado?, ¿Cuál era esa doble vida de los profesores en la escuela?, ¿Qué pasó con Abram?

Contando con el diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora