Capitulo 19

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Mientras tanto el diablo parecía disfrutar la fiesta, bebía alcohol, se burlaba de las platicas de los demás, les leía el futuro, movía sus cosas en momentos para desorientarlos, reía sin parar.

Todo hasta que decidió observar a los cercanos a Sandra.

-Veamos, tú eres Cristal la mano derecha de mi reciente cuenta historias.—La observaba bien.—Una muy hermosa, capaz de brindar mucho placer. Aunque muy avariciosa, una de estas me serviría bien. Veo en ti oscuras intenciones, deseas el poder de la empresa, desplazar a Sandra, no la quieres. Ummm… eres de esas capaces de hacer cualquier cosa, estás llena de ego, no veo en la balanza cosas buenas en ti. Estás cegada desde el divorcio de tus padres, ellos nunca te apoyaron en tus sueños ¿Verdad? ahora entiendo ese frío corazón. Los humanos son tan sentimentales y faltos de amor.—Hizo una pausa de sorpresa.—Hablado de eso, te estás acostando con alguien, ¡Uyyy! la competencia directa, eres como una espía aquí. ¡Qué doble vida!

Diciendo estas palabras se alejó para ir con más personas, pues ya sabía lo que necesitaba de ella.

—Veamos a este joven humano. buen porte, buena ropa, pero una mirada inconforme.—Colocó su mano sobre la cabeza del joven, un empleado de Sandra.—Una energía muy cansada, varias parejas bueno, eso pasa por lujurioso y avaricioso, incluso deseas a Cristal jajaja, créeme es inalcanzable por ahora, mejor ocuparse de tus mujeres actuales.—Lo miró a los ojos.—Él cree que Sandra no es merecedora de tal fama, ni siquiera le gustan sus libros pero es el que más cumplidos les da. No quiere quedarse sin trabajo por tantas mujeres jaja ni siquiera tiene buenos gustos y dudo haya leído buenos libros a excepción del kamasutra… claro que es de los mejores. 

Se alejó lentamente para ir con otra persona. 

—¡Ufff! pero qué razón tienes Sandra aquí nadie te quiere. Este piensa que esto es una pérdida de tiempo, no se siente reconocido ni merecido por su trabajo. Es una persona muy rencorosa. Sandra no le hizo nada directamente pero este la odia a morir, constantemente hace reuniones y mitines para hablar mal de su jefa. ¡Que mal agradecido! Ni yo lo soy.—Hizo un último análisis —¡Oh!, esto es mucho más profundo de lo que se ve. Tiene complejos de aceptación por sus padres debido a su homosexualidad. Y al no sentirse pertenecido aquí usa sus recuerdos para odiar al mundo. 

El diablo se divirtió con estos pensamientos por unos instantes, después se aburrió de leer mentes para conocer el mundo que rodeaba a Sandra. Decidió enfocarse mejor en ella, como disfrutaba el evento, la gente que se acercaba por un autógrafo, todo esto aparentemente gracias a él. 

—Y pensar que si hubieras sido paciente por ti misma hubieras logrado todo esto…—Dijo el diablo susurrando.—Qué curioso es el corazón humano, pasan anhelando el tiempo pero no saben usarlo ni apoderarse de él, no lo entienden. 

Se acercó a la mesa de honor donde se colocó a la espalda de su contadora de historias. Observó su actitud al recibir a las personas mientras le susurraba al odio.

"¿Quieres saber qué piensan realmente esas personas?

Sandra intentó no mirarlo para no parecer loca pues sabía que los demás no podían verlo. Pero sus palabras la distrajeron tanto, imaginar el poder de leer las mentes fue algo maravilloso para ella. Y claro que si, la curiosidad la llamaba profundamente. 

—Creo que no estoy lista para ese poder.—Le respondió igualmente susurrando. 

—Eres más sabia de lo que pareces.—Contestó el diablo burlándose.—De todas formas no está permitido que lo haga. No me preocupo por ti pero ese poder podría volverte loca.

Sandra tenia muchas respuestas y reproches pero seguía feliz firmando autógrafos y tomándose fotos con sus fans y solo dijo.

—Deberias leer mi libro y decirme que te parece mientras estás aquí, yo terminaré pronto y podemos continuar esta noche con el pacto.

—Suena tentador para el rey de las tentaciones, leer un libro de mi mismo es un gran ego de vanidad cumplido.—Dió media vuelta y dijo.—Pero ese gusto lo reservare para después, he disfrutado lo que debía aquí, ahora solo termina y te estaré esperando en el balcón para escuchar una historia. 

Sandra, satisfecha por haber sido complacida, solo asintió la cabeza en señal de aceptación y terminó disfrutando el resto de la noche.

Aunque se apoderó de su ser el nerviosismo por la ya conocida situación, disfrutó los halagos del diablo y el éxito obtenido en su día.

Todo estaba en orden, la celebración había terminado y nadie podía cuestionar el triunfo de este nuevo libro. Incluso las personas que no lo deseaban, se fueron contentas.

No pasó mucho en que ella saliera a reunirse con él. 

Su mente no estaba tranquila por ciertas situaciones; en primera no era tranquilo tener al diablo rondando por ahí afuera y en segunda se sentía mejor contando sus historias a él que al resto de las personas de la fiesta quienes muchas de ellas solo trataban de hacerla quedar mal o cuestionarlas con criticas sin sentido. Sabía que en realidad, él las disfrutaba plenamente. 

—Ahora sí podemos retomar las historias, esta es genial.—Decía Sandra mientras salía al balcón para reunirse con el.

—No demoraste mucho.—Respondió él sin quitar la mirada del cielo.

Sandra lo notó y se atrevió a preguntar.—¿Deseas regresar ahí?, ¿Extrañas tu hogar? 

—Mujer entrometida, eso me agrada.—Se asomó una ligera sonrisa de su rostro.—La visita con mi padre me despertó pensamientos del pasado, recuerdos para ustedes pero para mí es como experimentar otra vida con este mismo cuerpo.

—Algún día quizá decidas contarme lo sucedido. 

—No tendrás tanta suerte humana, tu dicha es contarme historias, no conocer los sucesos celestiales.

—Entiendo, bueno tengo una gran historia que contar esta noche.—Se notaba muy calmada ahora, a pesar de estar en presencia del ser que se llevaría su alma para torturarla.

—Muy bien, ¡Sorpréndeme!

—Asi lo haré.—Respondía con una leve sonrisa. 

Contando con el diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora