Capitulo 11

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—Entra por favor.—Sandra invitaba a pasar al diablo.—Siéntete cómodo.

—Gracias hermosa humana.—Respondía con una voz muy sexy y varonil.—Vine a ti como me lo pediste.

—Gracias por venir.—Le respondió mientras se quitaba el baby doll color rosa que había elegido para esa noche.—Desde hace tiempo deseaba invitarte a mi casa en esta forma que tienes.—Decía mientras se soltaba el cabello y lo agarraba de las manos fuertemente para guiarlo a su cama.—Ahora, quiero pagarte todo lo que me has dado, mi fama, mi dinero, mis experiencias…espero poder complacerte como te mereces, acepta este pago.

—No me contendré contigo.

Ahora él se quitaba su ropa, ese saco negro tan elegante que había portado desde el inicio. 

Sin él podía observarse más a detalle una figura similar a la de un humano musculoso y bien entrenado. 

—Haré todo lo que se… contigo, y quizá mueras haciéndolo conmigo.—La tomó del cabello fuertemente hasta mover su cuello hacia abajo.—¿Estás segura que esto es lo que quieres?

—Si muero reviviré.—Respondía ya con una voz cachonda y excitada.—A donde vayas iré a que me sigas tomando cada noche como si fuera una historia que contar. 

La escena siguiente mostraba a Sandra y el diablo teniendo relaciones muy intensamente. Donnde ella lo disfrutaba tanto que su rostro no podía contener tanto placer. Se regozijaba mientras el recorría su cuerpo besansola y acariciandola por todos los espacios de su piel. Se despojaba de su medias negras con un corte en medio y ese babydoll tan lujoso que a cualquiera le provocaría un exceso de pasión y excitación. De corte tan provocativo que se ponía en tonos más obscuros mientras avanzaba la acción. 

El diablo usaba gran velocidad para azotarla de un lado a otro en la habitación mientras ella rompía el resto de su traje como el pantalón. Lo desgarraba como si tuviera una asfixia que deseara recuperar el aire haciendo eso. Lo besaba abriedo su boca a los límites como si quiera meterlo en ella a través de ese orificio. Se deleitaba subiéndose más a su cuerpo aferrándose a el como si fuera el único barco en una inmensa tormenta en el mar.

Los colores en la habitación cambiaban de rojo a negro y azul, mientras sentía como si se movieran por muchos lugares, dimensiones y tiempos al mismo momento que lo seguía besando sin parar. 

Lo acariciaba una y otra vez aprovechado su fuerza que la detenía sin importar la posición o lugar que eligiera. 

En momentos aparecia piel humana y en otros piel de reptil pero no parecía importar ni incomodar en ese grado de éxtasis que tenia.

"Rin, rin , rin 

Sonó el despertador.

—¿Qué, qué paso?—Se preguntaba Sandra al despertar.—¿Estaba dormida?, ¡Que sueño tan extraño!

Se talló los ojos y se agarró la cabeza mientras intentaba recuperar aire y entrar en razón.

—Me siento muy fatigada, la cabeza me da vueltas.—Hizo una pausa para adaptarse.—Ese sueño me desconcertó demasiado, parecía tan real.—Se llevó una mano a la frente en señal de decepción.—Lo que me faltaba, ahora tengo sueños eróticos con el ser que quiere mi alma.—Se quedó pensando un instante.—¿En verdad podría fijarme en un ser así?

Quedaba quieta como si en la falta de movimiento su mente obtuviera una respuesta más clara, hasta que en unos momentos rexupero9la cordura.

—Pero ¿Qué estoy pensando?, mi vida corre peligro cada día. Tengo que pensar en buenas historias para seguir viviendo o si no ese ser se llevara mi alma.—Se levantó de un brinco.—¡Tengo que hacer tanto aún! No desperdiciare mi tiempo pensando tonterías. 

Sandra se levantó y se arregló. Era dificil escoger el cambio ideal entre tanta ropa bonita y que le gustaba demasiado, por eso elegía con los ojos cerrado para no perder tiempo. Se vestía tan pronto como podía, se peinaba y se pintaba pues como buena dueña y representante de un lugar como su empresa, la imagen era muy importante. 

Al terminar salió corriendo a su trabajo, tenia una agenda muy larga, muchas obras por publicar y un sin fin de cosas por hacer en su vida aún. 

Sin duda tenia la oportunidad que muchos desearían, comprar más días para sus vidas.

***

Su día fue muy activo, trabajo, salidas, compras, reuniones, planeaba viajes, escribía a personas y familiares que deseaba, trataba de hacer buenas obras con las demás personas pensando que así lograría el perdón.

Pasó todo el día pensado en esas cosas que casi no le dió el tiempo de respirar y analizar lo importante y valioso que a veces resulta un detalle como tomar aire para sentirse viva. Aire que recogía en la calle cerca de un parque muy bonito donde ya no había nadie jugando ahí debido a la hora. 

Se detuvo un momento para cerrar sus ojos y hace ejercicios de respiración constantemente, se sentía relajada, en un mundo diferente, en uno lleno de paz. 

Al abrir los ojos pudo ver el cielo nublado tiñéndose de gris ocultando el amarillo y azul que se veían antes y que se estaban ausentando para dar paso a una noche más.

La energía del lugar se sintió pesada de pronto. Una sensación rara pasaba por sus pulmones, como si costara trabajo respirar ese aire y ahora aparecia la sensación de quemarle la garganta cada vez que entraba en su cuerpo. Era evidente que ese ser haría su aparición pronto.

—Aquí estoy, lista.—Dijo con voz temblorosa.—Tengo una buena historia para ti.

Todo lo que ella pudiera pensar y planear durante el día para sentirse preparada para la noche en su llegada era en vano. Él aparecía de la forma mas improbable y sin duda jamás se acostumbraría a la sensación que este ser producía con su presencia.

—Entonces, puedes empezar.—Dijo con una voz tan penetrante y horrible mientras aparecía detrás de ella, a unos cuantos pasos de su oído. 

Se presentó con un traje diferente al anterior. Era uno gris que justo hacia juego con el color del cielo de aquel atardecer mientras se metía el sol. Brillante pero no lucido, sino retraído  Algo impedía que brillara completamente, como si estuviera destinado a estar opaco sin importar cuanto intentara brillar.

Sandra no quería voltear aunque lo hizo lentamente, creía que haciendo contacto visual los escalofríos disminuirían. Tanto temor se había generado en ese momento que borró por completo sus sueños de esa mañana, los cuales habían dado esperanza de ver a ese ser diferente esa dia. 

Tenia tanto miedo que decidió empezar para terminar lo más pronto posible.

—Esta historia la escuche hace años y me pareció algo digno de contar.

Contando con el diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora