Capitulo 14

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Habían sido momentos de angustia, noches enteras de historias y días de vida. Todo esto para Sandra a quién se le concedían horas de vida por su don después de su pacto tan desesperado meses atrás. 

Con sus días ganados intentaba realizar lo que más le gustaba, visitar lugares, leer libros, practicar deportes, ver series, comprar plantas, ayudar personas y hacer lo que siempre quiso incluído ir a donde deseaba. Conocer Egipto, visitar la India, recorrer Europa, pasearse por las calles de Japón, tomarse fotos en cada lugar importante de México y Latinoamérica. 

Todos estos días viviendo como si fuera el último. Disfrutando la comida, visitando la tumba de su padre, perdonando familiares e incluso recurriendo a lugares de meditación y crecimiento espiritual. 

Vivía al límite hasta que un día en un atardecer empezó a reflexionar y se preguntó qué tan larga podría ser su vida y qué tanto podría hacer con ella una vez que casi todos sus sueños los había cumplido. Ser una gran escritora, tener una hermosa casa, viajar por el mundo, platicar con personas, comprar un coche, tener una empresa, en fin, todo lo que siempre había soñado. 

Pero aún tenía muchas historias por contar pero estaban ancladas por su situación actual en la que sus noches las ocupaba ante la presencia de ese ser para mantenerse viva. Las pocas horas de sueño empezaban a cobrar factura en su energía y a su vez el rendimiento de sus actividades. Se veía desmejorada, le hacían comentarios sobre la palidez en su rostro y adelgazamiento en las últimas semanas. Ella literal solo respondía "Me esta llevando el diablo" 

Nadie pensaba que fuera en serio, lo tomaban como una más de sus frases de escritora. 

Pero no solo eso, todos los proyectos los retrasó porque quería dar prioridad a uno nuevo: Contar la historia desde el punto de vista del diablo. 

Sus trabajadores no dejaban de preguntarse el por qué de este nuevo proyecto y de qué trataba realmente. Querían saber los motivos que escondía y también qué pasaría con la empresa. Eran muchas incertidumbres a las cuales, ella solo decía "Hagan lo que les digo por favor"

Exijia una gran portada, publicidad para el libro e invertia tiempo y esfuerzo en borradores tras borradores. Deseaba tal perfección para agradar a ese ser que día a día se volvía más cercano a ella. 

Después de 4 semanas de historias y vida ganada creía que tenía lista la gran historia. 

—¡All fin terminé, el diablo por fin verá contada su historia en mis libros! 

Esa noche se convertía en la primera que ella esperaba para ver a ese ser. Contaba las horas, miraba el reloj para verlo y expresar su logro. ¿Por qué? Realmente no había respuesta clara. Ganar su favor, ganar vida ilimitada, se sentía atraída por él. Estas y más razones la hacían querer escribir esa historia. 

—Son las 18:30, no debe tardar en llegar.—Decía mientras miraba el reloj—Aunque nunca había llegado tan tarde.

El reloj siguió su curso hasta las 20:00 y el Diblo esa noche seguía sin aparecer. 

—¿Que lo detendrá?, ¿Habrá sido todo de mi imaginación para crear ese libro?—Se cuestionaba mientras veía por la ventana.—¿Será casualidad o en verdad él me ha perdonado por escribir su libro?

Pasó tiempo meditando posibles respuestas a sus preguntas hasta que decidió no perder más. Si esta era una nueva oportunidad no la desperdiciaria. 

Cruzó la puerta de su oficina que es donde esperaba la aparición para mostrar los detalles del libro, pósters, dibujos, etc. Lo hizo para salir a los escritorios de sus trabajadores y encontrarse con un edificio vacío y muy ordenado. Contemplaba lentamente todo lo que había logrado pero sin importar el gran tamaño o lujo de la habitación le recordaba la inmensa soledad por dentro, que tal vez se iba terminado con la compañía del nuevo amo de su alma. Pero ese día, al no verlo, sin duda recordó ese vacío. 

Sus trabajadores solo estaban ahí por su posición pero por más que los invitara a salir no sentía su aprecio o cariño, sabía que solo la seguían por su posición. Misma que efectivamente le había regalado ese ser.

Intentó seguir recorriendo ese espacio, caminando por más habitaciones. En el fondo deseando su aparición pero no hubo tal. 

Por primera vez en días podía descansar de ese miedo que su presencia le ofrecía. Angustia al dormir y despertar por los sueños y pesadillas que su mente experimentaba al recordar lo que le pasaría si no contaba una buena historia. 

Llegó a un departamento donde estaban almacenados sus libros. Todos sus éxitos, proyectos, premios y fotografías con sus logros. 

Hojeó cada uno mientras meditaba los recuerdos al escribirlos. Hasta llegar a uno que le invitó a detenerse.

Era su primer escrito, uno que hizo en la secundaria cuando tenía pensamientos de filosofía y descubrió su don en la escritura. Tiempo después, durante su fama lo público como una historia preliminar. Se sentó en un sillón de cuero que estaba junto a una ventana con una hermosa vista a la ciudad. 

Los recuerdos llegaron a su mente como peces hambrientos al vaciar comida en la pecera.

Su corazón aún latía muy fuerte, sentía que se le podría salir en cualquier momento. Aquella era la reacción que ya se había apoderado de su cuerpo. Era el mismo nerviosismo que todas las noches le tocaba experimentar para recibir a aquel ser, aunque en esta ocasión había algo más. Se sumó aquella posibilidad de victoria, esa que le permitiría seguir viva y disfrutar de todo lo que tenía. Esto se mezcló con aquellos pensamientos de que había pasado a la historia tras vencer a ese ser, ganar a la muerte y todo gracias a su gran talento el cual, comenzaba a disfrutar de una manera más madura.

Con esos pensamientos se dispuso a relajarse en la literatura, hacia tiempo que no lo hacía, el estrés en su vida la había consumido. Nada mejor que una de sus historias favoritas para regresar a la calma y poder sentirse viva tras sus sentidos al disfrutar. Tomó el escrito y comenzó con la lectura.

Contando con el diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora