Capitulo 15

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Comprando la verdad

Aquellas vacaciones eran perfectas para la familia González. Su estancia en Venecia Italia había sido muy plácida y benéfica. Distracciones, conocimientos, buena comida, paisajes hermosos, en fin, algo digno de recordar por siempre.

Era el último día para estos vacacionistas y no querían desperdiciar ni un minuto. Habían desalojado ya el hotel al medio día y caminaban por el centro buscando el mejor restaurante antes de partir. 

Eligieron el "Wisteria Restaurant" donde disfrutaron de unos manejares exquisitos. 

Al terminar y para finalizar este gran viaje, la hija mayor de nombre Eliza convenció a su madre de regresar a una tienda para comprar un vestido más.

—Tal vez nunca regresemos, por favor mamá—palabras contundentes de una niña para lograr obtener algo de sus padres.

El más pequeño también hizo lo mismo y salió con su tío de compras. El jefe de familia al quedarse solo y después de pagar la cuenta salió diciendo a su familia.

—Tienen solo una hora.—Los veía correr.—Nos vemos aquí. 

La familia no iba a perder tiempo y fueron por sus últimas compras. Lo cual le generó una gran idea también a él quien no se iba quedar parado esa hora esperándolos. 

Comenzó a recorrer las calles con locales. Pensar en llevar un souvenir no era mala idea. Buscaba en tiendas de arte, instrumentos, manualidades, pero nada lo convencía del todo.

Encontró una tienda que llamó mucho su atención "Antigüedades" se sintió atraído y entró para mirar. Al entrar contempló una tienda muy grande y con muchos objetos, algunos incluso sin saber que eran pero funcionaban como atractivos visuales.

 Recorrió la tienda durante algunos momentos hasta que se acercó al mostrador. Ahí lo atendió una mujer joven muy amable.

—Buen día señor,—lo miró a los ojos—¿Qué tipo de verdad desea llevar?

—¿Perdón?—Preguntó desconcertado.

—Tenemos verdades pequeñas, incompletas y completas, ¿Cuál desea?

—¿Me está bromeando?—Pasó de desconcertado a un poco molesto. 

—No señor, lexplicaré...-Seguia con su tono amable.—En esta tienda vendemos antigüedades, entre ellas algo que es muy antiguo como es el decir la verdad. Las personas vienen y a cambio de un pago escuchan la verdad sobre algo que quieran saber.—Seguía hablando mientras capturaba más la atención de su cliente.—Las dividimos en 3 niveles porque muchas veces los clientes no están preparados para escuchar toda la verdad, mientras que hay otros que siempre quieren saber más. 

—Entonces, ¿Ustedes pueden decirme cualquier verdad que yo deseé saber? 

—Así es señor.—Ccontinuaba sin bajar la mirada ni esa amabilidad que la caracterizó desde el inicio. 

—¿Cuánto cuesta saber la verdad?—Preguntó muy emocionado. 

—Primero necesita decirme que tipo de verdad requiere. 

—La verdad completa, deseo saberlo todo.

—Muy bien señor, le pediré entonces pasé a esta habitación.—Salió del mostrador para dirigirse a una puerta en el fondo de la tienda.—Pase por aquí, mi compañero lo espera en la habitación.—Abrió la puerta para que su cliente pasara.

—¡Buenas tardes!—Lo saludaba un anciano vestido con un overol de mezclilla azul que estaba sentado en el piso al fondo de la habitación. 

—Buenas tardes.Respondió él mirando cada detalle del lugar. Paredes sin decoración y algo desgastadas, piso de madera pero con un olor muy atractivo. 

Contando con el diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora