el frío es algo con lo que se aprende a vivir, pero más cuando todo lo que conociste fue la piel fría, que al momento de conocer el calor, no lo quieres soltar, aunque ese calor sea el fuego del mismo infierno
- más o menos, su cuerpo físico está ahí, pero espiritualmente está en cualquier lugar donde la recuerden.
- entonces no está conmigo?
- por que dices eso? Siempre le traes dibujos y le escribes cartas.
- pero no la recuerdo, mamá - la pequeña abrazo a su madrina mientras miraba triste la lápida.
- no te preocupes mi pequeña, tu madre está contigo, ella se preocupo tanto por ti me que me pidió que te cuide y yo lo hago todos los días, lo importante no es el recuerdo sino el sentimiento.
- gracias mamá.
La pequeña Olwen de tan solo 5 años se sentía acompañada siempre por su madrina, en algunos momentos no la entendía, aun en su mente pequeña no entendía porque ella comía hamburguesas mientras que los demás iban al bosque a comer ciervos, pero que más daba, mientras más tiempo pasaba con su familia podría dejar pasar mil cosas.
Una de las muchas cosas que Olwen adoraba era colarse en el cuarto de su madre a dormir, Alaska era frío, los cuartos también, su madre también, pero no importaba le encantaba poder oler a su madre, ese olor que siempre la acompañaba, era dulce, era su olor.
- mami, como era mi papi?
- de donde viene eso? - pregunto mientras arropaba a la niña para que no sufriera del frío.
- es Kate, me hablo sobre cómo se hacen los bebés, y dijo que se necesita una mamá y un papá para tener a un niño, entonces quiero saber como era mi papá.
La respuesta a esa pregunta no la tenía Irina, jamás la tendría, Isabella jamás le dijo nada a ninguno de ellos sobre el padre de Olwen, pero algo era claro no le mentiría a la niña, jamás lo haría.
- tu madre nunca nos habló de tu padre, así que si quieres podemos decir que solo eres hija de tu madre, eres la pequeña Olwen, única en todo el universo.
- soy única en el universo!
Con esas palabras la necesidad de pensar en el origen de Olwen pasaba a segundo plano por un tiempo.
En otras circunstancias el clan Denali hubiera querido saber más del ser al que estaban acogiendo, pero el solo ver a la pequeña con ellos los hacía sentirse satisfechos con la ignorancia, obviamente habían tomado las medidas necesarias para que no hayan mal entendidos, la habían presentado a los vulturis, con lo mismo de que explicaron su diferencia con su raza, por lo que vivían sin miedo a nada, lo único que temían era el tiempo mismo.
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- Jacob así no se juega! - grito una niña mientras perseguía a su amigo.
- mi casa mis reglas! - grito el niño mientras subía las escaleras corriendo.
En cierto modo la amistad de Jacob y Bella era algo ya esperado por sus padres, los dos tenían una conexión muy fuerte.
En esta ocasión los dos niños estaban en la casa de Jacob jugando mientras Billy hacia algunas cosas en el granero, ni bien comenzaron a jugar en los pisos superiores se encontraron con algunas cosas que pertenecían a las hermanas del chico.
