capítulo 39

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En sus ojos siempre podía ver todo, su enojo, su decepción, sus pensamientos, jamás me hice llamar telepata pero con ella... solo necesitaba sus ojos, sus ojos color lila.

- te repito...! Esta es la niña que viste? - pregunto Cayo.

- no, esta niña es más grande, no es la misma - hable mientras solo intentaba conectar mi mirada con aquel lobo que estaba estatico sin mirarme directamente.

- entonces tus acusaciones son falsas! Sabes el precio a pagar por tus crímenes - sabía que lo que hice no tenía perdón, cerrando mis ojos, recordé todo de aquel día.

Había escuchado la conversación de Kate y Olwen, sentí terror, no sabia que más hacer que ir hasta Forks únicamente para poder estar con ella, era una madre que buscaba el bien de su hija, ni siquiera me había alimentado en todo el trayecto hasta ahí, pero al llegar... vi a esa niña, abrazada a Bella, la había visto saltar tan alto como un vampiro, tal vez mi terror me hizo correr y huir, o tal vez ver de nuevo a ese lobo junto a Olwen me hizo sentir asustada, no lo se con certeza únicamente sabía que lo que había visto era un crimen, pero ahora, ver a mi familia de parte de los Cullen, la misma niña de cabello cobrizo ahora era más alta, jamás había visto nada igual.

- me equivoque y pagaré el precio! - dije con un hilo de voz intentando mantener la compostura.

Pero en ese mismo momento pude ver como el lobo de pelo blanco como la nieve se volvía humano, dejando ver a mi Olwen con sus ojos lilas mirándome asustada.

- ELLA NO TIENE LA CULPA! - su grito fue tan agudo que muchos dudaron de que fuera real.

A lo lejos pude ver como uno de los lobos se volvía humano y le daban ropa para que se pudiera acercar a Olwen, parecían muy unidos ya que ella tomó su mano mientras volvía a hablar.

- FUE TODO UN MAL ENTENDIDO! TIENEN QUE PERDONARLA!

- es imposible,  provoco un problema muy grande que no sucedía hace muchos siglos - explico Aro mientras movía sus dedos para que la guardia Vulturi se acerque a mi.

No necesitaba respirar pero comencé a inalar el aire buscando captar ese aroma tan distintivo de Olwen, solo quería olerlo una última vez.

- NO! Paul por favor déjame ir con ella!

- no! Olwen! - grito Edward haciendo que me calme un poco sabía que ellos la mantendrían en control.

Lo último que mi mente podía hacer era recordar la primer promesa que hice, la estaba por romper, tal vez existía el cielo para los vampiros, y la vería ahí.

- por los crímenes de falacias y injuriar contra un clan, se te condena a la muerte!

- NO!! - se escucho el grito de mis hermanas y mi hija.

Pude ver como comenzaban a correr hacia mi, quería gritarles que no lo hicieran, podrían dañarlas, pero simplemente la voz no salía de mis labios.

A Tanya la sujeto Edward, a Kate la sujeto un chico alto, se notaba que el estaba dispuesto a todo, ya que se retorcía de dolor pero aun así no la soltaba, pero la que más me sorprendió fue Olwen, era sujetada por dos personas, el hombre lobo y un hombre de barba y ojos dorados, este la sujetaba fuertemente mientras le decía que su madre no querría que le pasara esto, el no me conocía, pero sabía que decía la verdad, sus ojos conectaron una última vez conmigo, podía decirse que nos dijimos mil cosas, pero la que más dijimos fue

- lo siento.

En el mundo la alegría depende de las personas, las lágrimas de uno pueden ser las alegrías de otros.

Una madre puede recordar un momento tal hermoso como cuando su pequeño bebé luego de caerse después de dar sus primeros pasos estiro sus brazos hacia ella, en un intento por ser consolado, ese bebé recordara esa caída como algo horrible, pero para una madre, no importa si ni siquiera hubo una palabra de por medio, saber que su hijo la busca a ella es la mejor alegría, saber que su amor es tan fuerte es lo que hace que hasta un corazón tan inmobil como el de un vampiro sienta un último latido.

- mamá... - el pequeño susurro se escucho en el cuarto mientras la pequeña criatura entraba lentamente.

- que sucede? Hace una hora debías estar durmiendo - señaló la rubia mientras dejaba de un lado su libro para tomar en brazos a la pequeña.

- tuve una pesadilla.

- quieres contarle a tu madrina?

- un monstruo se llevaba a mamá.

- ningún monstruo se puede llevar a tu madre, ella está aquí - explique señalando su corazón.

- pero no quiero que desaparezcas - habló en un susurro mientras abrazaba mi cuello fuertemente, en lo que era capaz.

- mi niña, quiero que recuerdes esto, yo soy tu madre, no te lleve dentro de mi, pero le prometí a la que lo hizo que te protegería, para toda la vida, siempre, eso es algo que jamás, ningún monstruo ni nada podrá hacer, entendido? - pregunte mientras la abrazaba para sentir su calor en mi cuerpo y su moviento de cabeza en señal de .

- te quiero mamá.

- y yo a ti.

Dicen que morir se siente frío, pero para los vampiros, es tibio, en mi mente quise hacerme a la idea que las llamas de mi cuerpo eran los brazos de Olwen que me abrazaban como aquella vez mientras reía al son de mis canciones, esa era la mejor forma de morir, morir sonriendo.

Dicen que morir se siente frío, pero para los vampiros, es tibio, en mi mente quise hacerme a la idea que las llamas de mi cuerpo eran los brazos de Olwen que me abrazaban como aquella vez mientras reía al son de mis canciones, esa era la mejor fo...

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- entiendan si atacan moriremos todos! - intento explicar Edward pero en mi mente solo pude sentir nacer fuerza de donde no sabía que tenía.

- aunque consuman todo el aire dentro de mis pulmones, arranquen toda la piel de mis hueso, estoy dispuesto a sacrificar mi vida, con gusto de hacerlo por ella! - grite sin miedo mientras con un golpe certero alejaba a Paul y a Alistair, mi visión volvió mientras yo corría frenéticamente a mi madre, sentí como Emmet intentaba sujetarme pero lo esquive convirtiéndome en lobo saltando sobre el y volviendo a mi forma humana para volver a correr, sentía que mi velocidad no funcionaba, en cuanto conecte por última vez mi mirada con ella pude ver su sonrisa para después desaparecer por las llamas, y con eso perder todo tipo de fuerza mientras sentía de nuevo como Paul y Alistar  sujetaban mis brazos con fuerza, pero ya no hacia falta que eviten  que corra sino que los necesitaba para sostenerme ya que caí al suelo instantáneamente mientras gritaba.

Era el dolor más horrible que había sentido, me ocultaba en Paul mientras el simplemente me abrazaba fuertemente, el sabía que nada de lo que diría serviría en este momento, grite hasta que sentí mis cuerdas vocales arder, estaba sintiendo el peor dolor del mundo, perder a mi madre.

Con una mirada asesina mire al trío vulturi parados observando la escena mientras con ayuda de Paul me podía de pie para comenzar a caminar de nuevo hacia la manada, no sentía que mi cabeza estuviera aquí, sino que estuviera en aquí sino en Alaska donde fui feliz.

Sentía los brazos de Paul sostenerme mientras poco a poco mis lágrimas iban cayendo, tal vez fue por el shock del momento o simplemente porque al ver llegar a Alice todo dejó de importar, pero ahí estaba yo, congelada sin moverme, solo siendo un cuerpo sin alma.

••𝕾𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔 𝖋𝖗í𝖔••𝕻𝖆𝖚𝖑 𝕷𝖆𝖍𝖔𝖙𝖊••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora