Doce

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Las semanas en que Minho no asistía a los ensayos aprovechaba para levantarse tarde, todos los días al despertar encontraba su desayuno listo puesto que Hyunjin antes de irse lo preparaba. Pero, ese día no encontró Hot cakes listos, tal vez al bajito se le había hecho tarde.

Minho no era un experto cocinando así que para evitar un incendio decidió preparar algo sencillo, encontró un paquete de pan, tenía mayonesa y jamón, justo lo necesario para hacer sandwiches. En el momento que cortaba un jitomate en forma de ruedas vió a Hyunjin bajar las escaleras, a la vista de Minho se veía adorable, vestía una pijama rosa con dibujos de conejos que le había regalado Jisung obligándolo a que la usara, con una mano tallaba su ojo por la molestia de la luz y la otra restante se situaba en su vientre dando pequeñas caricias que ya era costumbre hacerlo. El alto inconscientemente sonrió al verlo, pero, en cuestión de segundos su sonrisa cambió por una mueca de dolor, volteó su vista a sus manos dándose cuenta que en su dedo índice había una pequeña cortada, Hyunjin lo notó y rápido se acercó a él.

-Tonto, te has cortado.

-Buenos días a tí también.

El bajito tomó su mano y la acercó al lavabo para limpiar una gota de sangre. Se fue sin decir nada, a los segundos regresó con un curita finalmente la colocó en su dedo cubriendo la herida por completo.

-Gracias, siempre tu eres el que me cura.

-Bueno, al menos tengo que servir de algo aquí ya que no hago nada.

-Hey, no quiero que digas eso de nuevo. ¿De acuerdo?-pellizcó el cachete regordete del contrario.-Solo quiero que el bebé y tú estén bien, tienes que cuidarte.

El bajito solo asintió, Minho siguió preparando más sandwiches.

-¿Por qué no fuiste hoy?

-Tenía que llevar a mi pareja, por eso decidí faltar.

-Cuando necesites llevar a alguien dime, yo podría acompañarte.

-De acuerdo.

-Bien, primero hay que desayunar y después irnos.

-No quiero ir, ayer lavé y me duele mi espalda.-un puchero apareció en él sin darse cuenta.

-Oww, ven acá.-posó sus manos en su cintura y lo atrajo un poco a él, comenzó a dar pequeños masajes y una que otra caricia desde su espalda hasta llegar a su cadera.

-Hyung, ¿eso funciona?

-No lo sé, pero quería hacerlo.

-Agh, creí que sabías lo que hacías, aunque, si calma un poco el dolor.-no quería darle la razón.

-¿Lo ves? Yo sé lo que hago.-así duraron unos segundos más hasta que finalmente se separaron.

El alto colocó dos sandwiches en un plato haciendo lo mismo con otro, los puso en la mesa, y así ambos se sentaron a desayunar.

-Ya que no fuiste, hoy es sábado y no tienes que ir a trabajar, ¿por qué no vemos películas?

-Buena idea, pero primero me daré una ducha.

-No no no, así, en pijama los dos.

-Sólo buscas una excusa para no bañarte, ¿verdad?

-Sí, no, tal vez, además algunos gatitos no se bañan.

-¿Y eso qué?

-Que yo soy uno de ellos.-sonrió.

El bajito suspiró, a veces el alto solía ser un poco infantil, pero, por dentro Hyunjin se divertía.

Y así pasaron un día agradable, sólo ellos dos.

Bueno, sólo ellos tres.

𝒀𝒐𝒖 𝑪𝒂𝒏 𝑺𝒕𝒂𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora