Capítulo 7. Equilibrio.

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Emma metió la cuchara con helado entre sus labios y trató de buscar el sabor en algún punto de la crema derritiéndose sobre la lengua, pero no tuvo éxito. Odiaba los dulces dietéticos. De hecho, aún sentía remordimiento de pensar que amaba todo lo que tenía calorías y sabía bien.

Fielder cruzó los brazos —Entonces, ¿qué has pensado?

La joven de cabellos cortos salió del trance e introdujo un poco más de helado en su boca. Pasó sin saborear, suspiró y negó con la cabeza. —Obviamente: No tomarlo.

—¿Has pensado que tal vez no sea tan malo después de todo?

—No estudié para ser la asistenta de nadie, Fielder.

—Emmy, el mantenerte ocupada te hará sentir menor aburrida. Y ganarás dinero. Te sentará bien, emocionalmente. —Hunter intervino, para luego hundir su cuchara en el helado de Emma. Al probarlo, arrugó su rostro y pasó el contenido, asqueado. —Por Dios, ¿qué clase de basura es esta...?

—Helado dietético. —dijo Emma.

—El helado no puede ser dietético. Si es de dieta, no es helado.

Emma se hundió en hombros. Fielder tomó un sorbo de su té de jazmín y tomó la muñeca de la mayor dándole ánimo. —Emmy, deberías ir a la entrevista y probar si te gusta.

—Ya sabes, sólo por la anécdota. —asintió Hunter.

—Muy tarde. La entrevista fue hace una o dos horas, no lo recuerdo. —reunió el poco helado que le quedaba en el vaso de vidrio y lo colocó en la cuchara.

—¿Entonces lo hablaste con Georgie?

—Oh, no. Eso significaba discutir inútilmente una vez más.

—Bueno, es probable que le hayan informado cuando declinaste la oferta.

—No lo decliné, sólo... la ignoré y vine a comer helado con ustedes. —sonrió.

—Tu novio va a molestarse mucho cuando se entere —dijo Hunter finalmente interviniendo.

—Lo sé. Cómo igual iba a molestarse, decidí ganar tiempo buscando la forma de reconciliarnos desde ayer. —buscó en su celular —Y es por eso que necesito su ayuda, para armar esto... —las imágenes de una cena romántica empezaron a correr en la pantalla.

—Tengo cero talento para la decoración —negó Hunter.

—No hay que decorar, lo que necesito es que me recomienden un delicioso plato, un buen restaurante, dónde comprar velas y esas cosas —Emma sonaba emocionada.

—Deberías prepararle algo tú misma —Hunter enfatizó.

—No. No soy buena en la cocina. Él apreciará más algo que no esté crudo o quemado.

—Apreciará cualquier cosa hecha por ti. —Fielder sorbió un poco más de té.

—No si le causa una indigestión...

—Jenna puede ayudarte, ¿no? —dijo Hunter. —Dices que ella cocina...

—No creo que pueda pedirle un favor a Jenna.

—¿Por qué? Pensé que todo iba mejor entre ustedes.

—De hecho, increíblemente sí. —Emma asintió —pero me avergüenza pedirle algo. No es como si tuviésemos toda la confianza del mundo. Desde hace pocos días dejamos de discutir por las noches sobre cualquier cosa.

—¿En las noches? ¿Cualquier cosa?

—Era el único tiempo que teníamos para discutir... Y vernos la cara, básicamente. —se hundió de hombros. —Es lo que mejor se nos da y sin mala intención.

THE APARTAMENT. [JEMMA] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora