Capítulo 12. Atracción.

471 45 8
                                    


—Maldición. —Se le derramó un poco de café sobre la isla.

El estado de ánimo de Jenna no había mejorado con el pasar de los días.

A Emma, quien observaba discretamente mientras tomaba su ración humeante, empezaba a preocuparle. Y no solo por el mal humor, la seriedad y la sequedad de su roommate... Las pocas horas que ahora pasaba en casa estaban empapadas de un silencio incómodo. Si estaba sola, el ambiente se sentía vacío. Si estaba la otra parte, solo escuchaba ruido y murmullos. Le preocupaba también que un gran porcentaje de esos murmullos sean groserías, la reducción de uso de vegetales en el vocabulario de la latina, era evidente.

La poca presencia de Jenna en casa era indiscutible, aunque, eso sí: Siempre llegaba en algún punto de la noche para dormir.

Lo sabía porque, a veces, su cerebro automáticamente esperaba escuchar que se abra y cierre la puerta principal en algún momento de la madrugada para descansar. Ese "a veces" era cada vez más seguido.

Pero lo que más le preocupaba a Emma no era todo eso, si no, "por qué" sentía la preocupación en sí.

Jenna no podría importarle tanto.

No lo valía. Bueno, sí, pero no.

¿O sí?

—Mejor voy ya. Ayudaré a Joy con unos paquetes. —Jenna tomó las llaves y caminó a la puerta. Su bicicleta esperaba por ella asegurada en el primer piso del edificio.

Emma revisó el reloj, pues usualmente salía quince o veinte minutos antes que la latina; era el tiempo que, con el pasar de los días, había impuesto como nuevo record caminando con muletas desde casa al trabajo. Y le iba bastante mejor, así evitaba el gasto y las discusiones.

Hoy Jenna simplemente decidió salir más temprano.

Apoyó los codos sobre la mesa y se tomó la cabeza. Ese día, como algunos otros, se sentía sola. Y cuando ella pensó, meses atrás, que necesitaba alejarse de todo y todos para estar sola, no pensó que esa era la sensación. Era terrible.

Su familia estaba lejos y se mantenía al margen, salvo por los mensajes que a veces intercambiaba con sus hermanos.

Fielder y Hunter seguían en clases, aunque habían prometido visitarla. Un día. En algún momento en el que no esté trabajando o durmiendo.

Jenna era, pues, la persona que se había acomodado mejor a lo que ella parecía necesitar en el momento. Se había estado convirtiendo poco a poco en esa pieza que le faltaba por llenar y no sabía cómo, pero cuando creía tenerla, la terminó apartando.

Sintió un nudo en la garganta. Presionó la mandíbula con culpabilidad.

Quizás sí sabía cómo.

Entonces frunció el ceño.

Porque obviamente no era su culpa.

Ella no la apartó. Las circunstancias la apartaron.

Ella era víctima de las circunstancias.

¿O no?

Quizás necesitaba un consejo. Pero Stefanie... Stefanie estaría cansada de todo su drama para entonces y no merece solo dar sin recibir. Su amistad se había vuelto un juego de frontón, donde Emma parecía golpear la pelota y Stefanie era la pared recibiendo los rebotes. No era justo. Stefanie era su mejor amiga. Y le había enseñado qué hacer en esos casos: Dar el primer paso.

Emma se prometió arreglar esa situación. Pronto. Lo más pronto posible. No podía permitir que su amistad se vea afectada y ella era responsable del posible malestar de Stef.

THE APARTAMENT. [JEMMA] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora