THE APARTAMENT. [JEMMA] [Adaptación]

Capítulo 18. Distancia.

—Joy... —el día recién comenzaba y la chica morena había escuchado la puerta principal abriéndose y cerrándose. Jenna caminó hacia la barra. —Recuerdas que conversamos sobre mis recomendaciones? —Joy le estaba dando la espalda, ordenando algunas copas antes de abrir el local.

—¿Hace 12 horas cuando dije que Mason y Martina...?

—Soy Melissa... —dijo la muchacha desde la cocina.

—Por supuesto. Melissa. Dije que aun con Melissa y Mason no nos abastecíamos, pero incluso así haría caso omiso a tus recomendaciones... Claro que lo recuerdo. —la chica de cabellos cortos volteó para dejar algunas cosas sobre la barra y encontró a la latina con una chica delgada y de cabellos rojizos.

—Hola. —sonrió amable la desconocida.

—Joy, ella es Sadie Sink.

—Es un gusto conocerte finalmente, Jenna me hablado mucho de ti. —dijo la más alta.

—Joy Sunday. —Joy salió y ofreció su mano. —Espero haya dicho solamente cosas buenas.

—Sadie es quien me contactó con el dueño del apartamento, ¿Recuerdas?

—Recuerdo que la nombraste, claro... ¿Nos disculpas un momento, Sadie? —Joy tomó del brazo a Jenna y la llevó hacia un lado. —Cuando dijiste 'conozco a alguien' no especificaste 'y la traeré mañana'; no lo hemos conversado todavía.

—Me dijiste que necesitabas a alguien y Sadie, —señaló con ambas manos, —puede ayudarnos. —Sadie saludó de lejos sonriendo. —Es una gran amiga mía.

—¿Tiene experiencia? ¿O está en problemas como Emma? —susurró.

—¡Joy!

—Necesitamos alguien calificado que sepa de atención.

—Yo sé de atención. —sonrió Sadie interviniendo, —Atendí en la cafetería de la universidad por un tiempo para pagar unos créditos extra. Soy buena.

—Rábanos. No sabía eso. —dijo Jenna orgullosa.

—¿En serio? —volteó Joy hacia su socia. —¿Ni siquiera vas a tratar de pretender que sabías?

—Estoy tratando de ser honesta aquí.

—Ya le dijiste que...

Jenna interrumpió sobre entendiendo el asunto.

—Oh. Claro. Sadie, tu sueldo va a ser miserable, pero hay comida y buen ambiente.

Apareció una cabeza por la ventana, al lado de la puerta.

—Eso del buen ambiente aún lo estoy dudando, ¿Sabes? Pero el sueldo sí es miserable. —Era una chica de cabellos oscuros.

—Ya hablamos de eso, Melissa. —respondió Joy.

—Buenos días, chicas. —entró un joven moreno, alto y de sonrisa brillante. Melissa rodó los ojos y metió su cabeza para seguir en los suyo.

—Hola, Mason. Buenos días.

—Él es Mason. —dijo Jenna. —Ella es Sadie.

—Buenos días, Sadie. —saludó con todos sus dientes y sonrisa resplandeciente y entró a la cocina.

—Llegas tarde. —reclamó Melissa desde adentro.

—¡Eres tan irrespetuosa! ¡Ni siquiera respondiste mi saludo! —respondió Mason.

—Yo no estoy haciendo nada ahora, solo le sirvo a mi novia de maniquí hasta empezar el semestre. —intervino Sadie para evitar seguir escuchando la infantil conversación entre los chicos.