Capítulo 14. Sombras.

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Cuando Jenna entró a casa a las 6:00 a.m., el día aún no se iluminaba y era la mejor señal de que el invierno había comenzado. Tenía el rostro demacrado y las ojeras profundas. Su cabello suelto estaba tapándole un poco el rostro y las mangas de la hoodie negra le cubrían los brazos más allá de las manos.

Arrastró los pies con cansancio y llegó al espacio entre la cocina y la sala, a su izquierda, sin que lo note, estaba sentada su compañera de piso, quien tenía las mismas ojeras y el mismo cansancio esculpido en el rostro. Ella suspiró y Jenna volteó para encontrarla.

-¿Dónde estuviste? -Emma sonaba, más que enojada, triste. Como decepcionada.

-Ahora no, Myers...

Emma sabía que cada vez que Jenna quería hacerla a un lado o poner una barrera entre ellas, solía llamarla por su apellido. Y pese a que ella no disfrutaba que le llamase así, en sus labios no sonaba tan mal. Dios. Estaba volviéndose loca.

Jenna caminó a su habitación y la chica de cabellos cortos notó que cargaba una mochila en el hombro derecho.

-¿Ahora no? -caminó tras ella apoyándose en las muletas. -Desapareces una noche. Te vas dos días, sin decirme nada, pero "¿Ahora no?". -Jenna había dejado la puerta abierta, así que decidió entrar. Era una de las pocas veces que entraba a la habitación principal. -¿Ahora no, Jenna?

-Le dije a Joy a donde iba, ¿no? -le estaba dando la espalda, mientras sacaba algo de ropa que había guardado en la práctica mochila.

-Le dijiste a Joy, Naomi y a Johnna. Y a mí no.

-Estabas dormida.

-¿¡No pudiste despertarme?!

Jenna se detuvo por un instante y luego siguió doblando su ropa.

-No soy yo la que interrumpe el sueño de otros de madrugada, ¿O sí?

-¿Un mensaje? ¿Una llamada?

-Joy te dijo que estaba fuera.

-¡No entiendo por qué tienes que ser así conmigo!

-Así, ¿Cómo?

-Cerrada...-buscaba las palabras, pero no las encontraba, -... y callada.

-¿Eso es todo? Por qué si es así, quisiera dormir un poco.

-Podrías ser un poco más considerada.

-¿Tú hablando de consideración? -Jenna volteó y la encaró. Tenía los ojos rojos, como si hubiese estado llorando. Cuando Emma vio también su nariz roja, se dio cuenta que sí: En definitiva, había estado llorando.

-¿Jenna? -murmuró.

-Déjame sola, por favor. -volteó hacia su cama y empezó a quitarse la camisa. Junto con ella, se levantó también la camiseta que llevaba debajo y Emma pudo apreciar la cintura morena de la latina. Parecía tan suave que sintió la necesidad de acercarse, pensó que estaba tan frágil que quizás necesitaba un abrazo.

Pasó saliva.

¿O el abrazo lo necesitaba ella?

No era el momento, definitivamente.

Salió despacio, cerrando la puerta tras de sí.



[...]

-¿Cómo te fue? -la voz de Joy sonaba delicada y precavida.

THE APARTAMENT. [JEMMA] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora