DIOSA 3 | El hechizo final.

Capítulo 33.

Ruggero.

Voy a matar a alguien ahora mismo.

—La noticia ya está en todos los noticieros —confirma uno de los oficiales a mi lado—. Todos los medios ya lo están cubriendo.

La semana ya ha pasado y era claro que no podría seguir reteniendo la información acerca de los videos, así que hoy por la mañana todos ya lo saben. La noticia del asesinato de ese tipo en nuestra casa ya es de opinión pública de todo un país.

—¿Qué tan fuerte es su repercusión? —pregunto sin mucho ánimo.

—Hablamos de una Sevilla —comenta mi compañero—. La sola connotación de su apellido es muestra clara de que tan importante es ella. Era obvio que las luces se iban a enfocar más en ella que en cualquier cosa, especialmente porque es hija de un abogado. Muy irónico por cierto.

—Ni me lo digas —mascullo—. Quiero que haya al menos dos agentes en la puerta de nuestra casa. Los periodistas harán su trabajo de seguimiento, así que estoy seguro de que te haces una idea de lo que ocurrirá en las próximas horas.

—Te abordarán.

—Exacto. Y no solo a mí.

—De acuerdo, solo dame nombres y estarán ahí en unos minutos.

—Lo dejo a tu criterio —murmuro enfocado en el teléfono. La llamada de mi padre brilla en la pantalla, supongo que al ver la noticia tan inusual de esta mañana—. Confío en que harás una buena elección.

Asiente una vez más y después de eso desaparece de la oficina con la tarea ya encargada.

Mi mirada vuelve a enfocarse en el celular y suspiro viendo como la llamada se pierde después unos cuantos intentos, pero vuelve a insistir así que termino cediendo para evitar problemas. No es de mi agrado hablar del tema ahora, pero no tengo mucha opción.

—¿Bueno?

—¿Qué es eso que dicen en las noticias? —es directo al menos.

—Buenos días, papá —ironizo—. ¿Qué tal tu mañana?

—Ruggero, estoy hablando en serio.

—Yo también, papá.

—¿Qué ha pasado con tu novia?

Suelto un pequeño bufido.

—Lo que viste es lo que hay. Hubo un problema con un delincuente, pero no, Karol no es una asesina empedernida o algo así. Ella es la víctima. Lo que dicen en las noticias no es del todo real.

—Eso lo sé —masculla.

—¿Entonces?

—Lo que no entiendo el porqué de esa noticia en los medios. Te recuerdo su embarazo, hijo.

—¿Crees que no lo sé? He estado suplicando en mi mente porque esa noticia se pierda como si nada, pero tal parece que no da resultado. Ya he pagado lo suficiente, intenté hacerlo nuevamente pero se negaron esta vez. Les conviene más una noticia viral y la primicia.

—¿Y ahora qué? La prensa es como un grupo de hienas. Siempre listas al ataque y para darse el festín con su víctima. En este caso tu novia.

—¿Crees qué no lo sé?

—No has hecho nada por ella.

Mis puños se aprietan más de lo debido.

—Lo tengo claro, papá. No tienes porqué reprocharme a esta altura del partido. Sé que la situación es complicada y también creí que tenías superada la etapa en la que me juzgabas por todo.