—Aquí tienes todo.
Jacob me extiende una carpeta llena de papeles, que imagino yo, son archivos de lo que ya habíamos hablado. Todo la vida y expedientes de la madre de Artemisa están escritos y plasmados en esos papeles. Me intriga de cierta forma saber que es lo que hay detrás de esto.
Por suerte es mi día libre de trabajo y puedo centrarme por completo en el asunto.
—¿Y qué fue lo que encontraste? —pregunto, sentándome en la banca del parque sin dejar de ojear los papeles.
—Hay algunos antecedentes —eso es bueno, y me emociona—, pero no te alegres —me dice; y por supuesto que mi emoción decae notablemente.
—¿Qué sucede? —le pregunto centrando mi atención en él—. ¿Qué tan malo es?
—Son algunas denuncias por hurto a los transeúntes.
—¿Robo?
—Pero de hace muchos años. Dudo que eso sirva de algo.
Tal vez no ahora, pero, de alguna manera deja una mancha bastante grande en su historial. Después de todo, no ha dejado de repetir lo muy perfecta que es.
—¿Qué más? —inquiero con la curiosidad al tope.
—Investigue más a fondo, sobre su familia —me cuenta, pasando algunas páginas que muestran fotos de algunas personas, que imagino yo, son familiares de ella—. Viene de una familia de clase media, pero que cuenta con una pequeña campiña a cargo del abuelo de la familia. No sé muy bien porqué terminó siendo una alcohólica ni el porqué vivía en la calle, pero lo que sí sé es que no tiene una buena relación con la familia. Y que ellos siguen teniendo una buena posición económica.
—¿Y qué más?
—Busqué noticias de la familia, y mira, encontré esto —tiende un pedazo de periódico, con una nota en específico—. El patriarca de la familia está en sus últimos días de vida, y además... ha hecho público su deseo de tener bisnietos. Una gran oportunidad de formar lazos con su familia o, de simplemente hacerse heredera de esas famosas campiñas.
Mi cara puede desencajarse de los sorprendida que estoy.
—Solo tiene tres nietas —menciona—, y una de ellas es menor de edad.
Y cada vez las razones son más claras.
—Solo... quedan las otras dos —murmuro.
—Exacto. La otra está embarazada —me muestra una foto con una mujer bastante parecida a ella y que luce el vientre abultado. Si necesitan un bebé ahora, no creo que su embarazo sea muy factible—. La que resta es ella, es por eso que quiere quitarte a tu hija. La necesita si es que quiere tener algún tipo de beneficio.
—Sin ella sería inútil para su familia.
—Y no la tomarían en cuenta —razona él.
Lo sabía.
Sabía que no era nada bueno.
Y pensar que mi hija ha estado viviendo con ella desde hace dos días. No era posible un nivel de maldad a ese nivel.
—Pero no tiene una buena relación con su familia. Es una guerra interna por la herencia. ¿Cómo puede querer tener a un hijo para reclamar una herencia? Es... demasiado frívolo.
—Que no te sorprenda. Hay gente que no tiene vergüenza a nada, y ella es parte de ese grupo.
Y le doy la razón.
—¿Hay algo más? —pregunto, arqueado una ceja.
—Todos ellos viven en una casa multifamiliar, a excepción de ella. Como son las dos hermanas en disputa no pueden convivir bajo un mismo techo.
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DIOSA 3 | El hechizo final.
FanficNadie más que nosotros sabe cuanto nos dolió la despedida. La historia tormentosa nos persigue, pero ahora que he vuelto, ¿Lograremos escribir un final que nos guste?