Capítulo 4.

167 12 1
                                    

Madrid, España.

Karol.

—Se ve más grande de lo que recordaba —Marco sonríe, gira sobre su propio eje mirando el lugar—. Mucho más grande. No lo recordaba así.

—Es porque hace mucho que no estamos aquí —le digo admirando la vista también. Siento la emoción en el pecho—. No te preocupes, no eres el único que lo siente así.

—Pues si que me ha impresionado. Tenga ganas de hacer turismo por todo lado.

Sonrío mirando todo al igual que él.

Llegamos hace algunos minutos al aeropuerto de Madrid. Nuestras primeras vistas de la capital son maravillosas. El lugar sigue siendo tan impresionante como la primera vez que llegue a este lugar. Lamentablemente la vida era mucho más cara aquí —al menos para mí en ese entonces—, así que tenía que buscar otros lugares.

—Y... ehm... ¿En dónde nos quedaremos? —Thania juega con sus dedos, nerviosa—. Si saben que hay que buscar un lugar, ¿no?

Cuando termina de hacer la pregunta Marco la mira, pero son solo unos segundos porque despues parece ignorarla y prefiere centrarse en cualquier otra cosa que le llame la atencion. Creo que la cosa no resultó como queríamos.

Pasa que... Marco finalmente si había decido hablar con Thania. Pasaron algunos días después de nuestra discusión y fue el mismo quien me buscó para decirme lo que estaba a punto de hacer. Claro que yo pensaba que era la mejor idea y que nada podía salir mal. Adivinen, ¿que? Las cosas si resultaron mal. Thania lo rechazó de la forma mas sutil y delicada que pudo ser. Y no precisamente porque no lo quisiera, sino que existía una razón más allá de eso y que Marco ha preferido no contarme.

La escena de Marco siendo como un desconocido para Thania se repite desde ese momento como si fuera un disco que no para.

Soy yo quien finalmente habla y le regala una sonrisa a mi amiga.

—En... mi departamento —murmuro—. Mi hermano consiguió uno cuando le dije que llegaría a Madrid, así que al menos eso tenemos asegurado.

—Vida de rica —se burla Marco—. La consentida del hermano mayor.

—No te quejes ni burles —lo señalo—, que si no, te echo a la calle.

—Una vida de rica maravillosa —dice con una sonrisa inocente—. Digna de ti.

—¿Qué tú no eres rico también? —Thania intenta integrarse a la conversación. Por supuesto él no parece muy dispuesto a permitirlo.

Marco la ignora dando la vuelta para mirar cualquier otra cosa que le parezca interesante. Thania muerde su labio, evidentemente avergonzada. Y yo, en medio de ambos, me siento mal por ambos. No es así como uno imagina las cosas cuando las planea. Al inicio me había sentido culpable. Marco no quería hablar de lo que sentía y yo y mis consejos se habían entrometido. Por suerte Marco no lo consideraba así. Para él esa había sido una prueba que no salió como quería. Fin.

—Entiéndelo —pongo una de mis manos en el hombro de Thania—. Creo que las cosas no resultaron como esperaba. Solo dale tiempo. Cuando lo asimile verás que volverá a ser todo como antes.

—No debería comportarse así —dice frunciendo el ceño—. Es muy infantil.

—No puedes juzgarlo. Se siente herido.

—Yo estoy herida también —murmura—. No esperaba que me hablara de sus sentimientos.

Aprovecho el hecho de que Marco se entretenga con algunos folletos que hay en algunos quiosquitos del lugar. Me centro en ella.

DIOSA 3 | El hechizo final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora